Por José Fernando Araya |21 de enero de 2024, 8:30 AM

Creció viendo las hazañas de aquel Deportivo La Coruña, que llegó a imponerse a todos y ganaba su primera, y única, Liga Española justo en la entrada al nuevo siglo, en la temporada 1999-2000.

Aunque ya ha crecido, no escapa de su cara de niño que aún mantiene y sus ojos reflejan con ilusión los recuerdos de aquellos años, cada vez que habla del “Super Depor”, su equipo favorito, el club de sus amores y una de las razones, por las que confiesa, se vinculó al fútbol.

Tal vez no jugó nunca como profesional, pero el amor que le profesa lo hizo ser un “intelectual del deporte”. Con solo unos minutos de charlar junto a él, uno puede caer en cuenta que está ante un verdadero “friki del fútbol”.   

Su nombre completo es José Benito Rubido Vidal, pero se siente más cómodo con un simple Beni Rubido, técnico español de 31 años quien desde setiembre del 2023 asumió la Selección Nacional Femenina de Costa Rica, luego de que Amelia Valverde culminara un proceso de casi 10 años al frente del equipo.  

Es graduado como instructor en fútbol base y Derecho en Ciencias Políticas, Administración Pública y Gestión Deportiva.

Se vino a Costa Rica por seis meses, aunque ya suma un año en el país. Llegó como parte del programa de Desarrollo del Talento de la FIFA donde trabajó con un grupo de 50 niños y niñas menores de 13 años en el Proyecto Gol.

De ahí, el director de selecciones nacionales, Claudio Vivas, vio su trabajo y le ofreció el fútbol femenino donde tras participar en Panamericanos, ahora se prepara para la primera Copa Oro de la rama.

¿Quién es Beni Rubido y cómo se describe, pues usted llegó a la Selección Femenina prácticamente siendo un desconocido para nuestro medio?

-¿Quién es Beni? Es una pregunta que hay que repetirse cada uno, cada vez que uno se levanta, quienes somos o que queremos ser. Obviamente, quizás no soy un entrenador típico porque no soy del país, no he tenido una carrera como futbolista profesional, pero desde muy joven estoy en el mundo del fútbol. Ya son más de 13 años entrenando.

He tenido la oportunidad de hacer carrera internacional en FIFA, antes ser seleccionador de República Dominicana. Para mí fue una gran experiencia y obviamente creo que todavía estoy conociéndome, todavía estoy descubriéndome cada día. El hecho de haber vivido en diferentes países a uno le revela muchas cosas que tiene dentro y al principio no sabía y creo que Costa Rica es el sitio perfecto para seguir descubriendo quién soy y qué puedo aportar a la Selección Femenina.

¿Cómo llega al fútbol y, sobre todo, al fútbol femenino?

-Bueno, la historia es la historia de mi vida, en realidad, porque yo empiezo la licencia de entrenador muy joven y un compañero mío, que había sido tres veces campeón de España, pasado unos años, me llama y le habían ofrecido el Madrid femenino, ser técnico del primer equipo y me pregunta si quiero ser su asistente.

No tenía experiencia en el fútbol femenino, pero él se llevó una muy buena impresión mía en la licencia. Empecé a trabajar en el Madrid femenino. Estuve en dos etapas diferentes, una más orientada al fútbol profesional y otra más al fútbol juvenil.

Tuve la oportunidad de empezar a entrenar talento de verdad. Jugadoras que eran campeonas del mundo, campeonas. Y me abrió las puertas de lo que vino después Selección de Madrid, el Racing de Ferrol, FIFA, la Selección Dominicana.

¿Cómo puede describir esta nueva etapa con la Selección Nacional y si trabajo estos primeros meses al frente de la Tricolor?

-Bueno, empezando por el país. Es un país que he aterrizado de pie desde el principio. Me he sentido muy a gusto. Siento que los valores que me inculcaron desde pequeño los veo representados en general en la sociedad y la gente con la que comparto todo el país y en especial el proyecto de la Selección Femenina.

Fue un reto muy interesante con el que me sentía muy a gusto. Creo que tenemos una selección que puede ser competitiva. Creo que hay muchas cosas que hacer, pero el hecho de que Claudio (Vivas) me lo ofreciera desde un punto de vista muy técnico, muy profesional, porque no fue como suele ser normalmente, que hay una gente o tú conoces a alguien, sino que una persona de fútbol como él me había visto entrenar durante seis meses, conocía un poco de mi trayectoria y consideraba que podía aportar. Entonces eso hace que uno encima reciba con orgullo la oportunidad y que tenga la ilusión de hacer lo mejor posible.

¿Cómo le ha ido con el proceso de aclimatarse al país? ¿Costumbres, comidas? ¿Ya se adaptó a la sociedad?

-A la sociedad me he adaptado. Costa Rica sería el mejor país del mundo si no fuera por dos cosas: las presas y otra es que en la época de lluvias se hace un poco cuesta arriba lo de entrenar, pero por lo demás estoy muy contento. Obviamente le he dado una oportunidad a toda la gastronomía, a toda agua dulce, soy de probar desde un pinto hasta sopa de mondongo. Aunque admito que el pinto no me gusta mucho.

Me contaba que es de La Coruña… Por ende, ¿qué significa para usted el Deportivo La Coruña?

-Bueno, yo creo que es una de las razones por las que soy entrenador. La Coruña es una ciudad muy futbolera. El club es una representación de la ciudad. Se nota cuando el club va bien, cuando no va bien y al mismo tiempo pues tuve la suerte de que mi familia era muy futbolera. Mi padre tenía buena relación con Arsenio Iglesias, que era el técnico del Súper Dépor, y desde pequeñito viví eso en casa de tener a un entrenador profesional cerca.

Mi hermano mayor también era muy futbolero y eso hizo que a lo largo de mi vida, estuviera muy ligado al Depor. Y creo que al final me hago entrenador, porque el pasar tanto tiempo pensando en el club que tiene conquistado mi corazón, pues hizo que decidiera que yo podía aportar algo en el campo.

¿Cómo es el Beni Rubido fuera del fútbol y sus funciones como entrenador?

-Bueno, soy muy polifacético. El problema es que no tengo todo lo que debería tener en Costa Rica porque no lo he traído de España, pero toco la guitarra, me gusta mucho la música, soy muy friki de los legos, muy, muy friki, muy friki en general de la lectura.

Colecciono legos, sobre todo de las de las sagas que más me apasionan, El Señor de los Anillos, de Star Wars, pero son muy caros, entonces hay que tener prudencia en la colección. Además, siempre intento con cine y con diferentes libros, tratar de desconectarme y lo que más me ayuda en el mundo, al final es siempre mi pareja, para poder salir por ahí.

¿Ella vive con usted acá?

Pues sí, se vino para aquí y he conocido zonas muy bonitas del país que, si no es por ella, ni saldría, ni abandonaría el apartamento, tendría una vida mucho más huraña y gracias a Dios, ella está conmigo y me apoya y eso se agradece mucho.

Cuando le dicen que viene para Costa Rica, ¿qué se imaginó del país y que sabía?

-Bueno, en realidad lo recibí con mucha ilusión porque cuando vine fue por el proyecto de FIFA. Te puede tocar casi cualquier país del mundo. Entonces entre Kirguistán, Benín, como estaba algún amigo mío, Islas Fiji, pues que me tocase Costa Rica era el mejor de todos, sin duda. Y además tuve la suerte de que aparte de mi familia ha venido aquí en varias ocasiones.

Entonces hay amistades ahí, gente que ya conocíamos aquí y ha sido todo muy fácil, y como decía, me acogió todo el mundo muy bien.

¿Cómo han sido esos primeros meses de trabajo al frente de la Selección Femenina?

-Bueno, siempre un entrenador nuevo es un poco contracultural y más además si eres de otro país. En ese sentido yo me he encontrado un grupo a nivel personal y humano maravilloso. Obviamente lo comenté en su día, era como como cuando tienes un amigo con depresión porque lleva un año sin ganar ningún partido, entonces tienes que ir intentarlo, ir sacándolo de la habitación, que baje un día a la playa con uno, que disfrute, pero al mismo tiempo hay que entender que necesitas un proceso y por ahí hemos ido avanzando con la selección.

Sí que noto que después de Panamericanos, ya con la victoria y el grupo salido de ese trauma de no ganar, quizá y ahora mismo el día a día se disfruta mucho más. Es como la gente se entiende bien, la gente va aceptando sus roles.

31 años. ¿Cree que tal vez esa juventud y esa cercanía al promedio de rango de algunas jugadoras le ayuda tal vez a cambiar ese chip esa cercanía ayuda a ese refrescamiento de la selección?

-Bueno, en ese rango de edad y mayores también, claro que las hay, son bastante más mayores que yo. Pero no, al final yo creo que la experiencia es importante. Por suerte empecé muy joven y entonces sí me siento con suficiente experiencia para el reto. Pero como dices, a veces hay que utilizar las armas de uno a su favor.

Obviamente, si yo fuera mucho más mayor que ellas, pues intentaría acercarme de otra manera, más como una figura más paternal y crear una relación más paterno filial. Pero en mi caso, como soy de la edad de muchas de ellas, intento acercarme más como como un igual. Obviamente ellas conocen mi rol, es diferente al suyo, pero al final la selección es un barco y en el barco hay que remar y a mí no me vale que estén remando porque yo estoy mirando.

Necesito que remen cuando yo no esté. Entonces creo que esa relación más, quizá una no jerárquica, sino más, más paralela, más horizontal, nos está ayudando a, como dices, a crear conversaciones cómodas, a entendernos mejor y sobre todo, a salir de ese proceso y empezar a disfrutar un poquito de la selección.

¿Y con las de mayor edad cuesta más esa relación?

-Nada. Igual. Yo creo que es que además algunas no sabían mucho de mi edad. Entonces al principio con mucho respeto todo, como digo, entienden los roles que tenemos y creo que además la legitimidad uno se la da desde el saber hacer, desde el conocimiento y desde el primer día. Yo creo que han sentido que vengo a aportar, obviamente, luego ganaremos o perderemos.

¿En estos primeros meses, cuál cree que es el principal aporte que ha hecho Beni a la Selección?

-Yo creo que sin duda ha sido como lo que hablábamos, energía nueva, también para el staff, como cuando uno se tira todo el fin de semana en la habitación y decide abrir la ventana un poco. Ese fue el primer aporte que le dimos. El no tener miedo a equivocarse, el ser un poquito más atrevidas.

Si en el proceso intentamos hacer las cosas que nos gustan, pues probablemente disfrutemos más y mejor la derrota y sabrá mucho mejor la victoria.

¿Y siente que el equipo si está percibiendo ese cambio de chip que urgía?

-Tal vez sí. Yo siento que hay una predisposición, siento un cambio de actitud. Obviamente de la actitud a la acción hay un paso y en el país tenemos muchos retos a nivel de instituciones de deporte femenino y obviamente de la Liga femenina que tenemos que afrontar, pero con honestidad, con entereza y sabiendo qué es lo que tenemos que hacer.

El cambio no va a venir solo porque ellas quieren empezar a hacerlo, sino también necesitamos aportarles nosotros lo que lo que sea necesario para que se dé.

¿Cómo encontró a la Selección? ¿Porque venía de un tema complicado que dividió por completo al país como lo fue el tema Shirley Cruz y su ausencia del Mundial?

-Bueno, yo creo que no lo tuve difícil porque por suerte o por desgracia, ese trámite o ese peaje ya lo pagaron en el anterior proceso. Además, Shirley, con la que pude conversar un par de veces ya había tomado la decisión de retirarse. Entonces como que ese conflicto circunstancial ya no estaba vivo en la selección. Además, una de las razones por las que estábamos aquí era que nos pedían un cambio generacional.

Entonces Shirley ya estaba retirada. Hay jugadoras que yo se lo he dicho, algunas de ellas a mí que tenga 36 años no me dice nada malo. Al revés, si tú estás bien, estás bien y me da igual que tengas 36 o 39. Si estás compitiendo a nivel, puedes aportar. Sí, que es cierto que nos toca ir mirando hacia adelante.

Ahora bien, me decía que había analizado muy bien por muchos años al fútbol femenino costarricense y defiende que la edad no es un problema. Bajo esos parámetros ¿usted sí hubiera llevado a Shirley Cruz a la Copa del Mundo?

-Es que no lo puedo responder. Además, he hablado con ella un par de veces antes de, obviamente mucho antes de estar en el cargo, porque tenemos algunas amistades en común y no puedo responder porque no estaba aquí. No sé cómo eran los entrenamientos, no sé cuál era el plan del staff de cara al Mundial. No sé si el perfil de Shirley podía aportar o no esas decisiones.

Yo siempre las respeto. Creo que pueden ser acertadas o no, Al final el fútbol tiene muchas maneras de contar la verdad. Obviamente, si yo hubiera estado la situación no sé si lo habría afrontado igual o diferente. Depende también de las conversaciones que hubiera tenido con Shirley y de cómo podríamos haber afrontado el proceso.

Al final, lo importante es que Costa Rica tuvo la suerte de contar con una excelente profesional y deportista, una gran líder y una referencia para las futuras generaciones y, además, una persona que ahora se está desarrollando en su carrera técnica y ojalá algún día podamos tenerla aquí y que nos dé recambio a los que estamos, porque Shirley merece todo ese reconocimiento.

Pasemos al momento del juego contra San Cristóbal y Nieves y esa goleada estratosférica de 19-0, la mayor goleada en la historia costarricense en cualquier disciplina. ¿Cómo lo vivió usted el juego? ¿Se lo imaginó así? ¿Salió tan apegado al plan que tenía?

-Bueno, a ver, cuando uno enfrenta este tipo de retos deportivos que son atípicos, porque no es normal una diferencia entre dos selecciones tan grande, obviamente había un objetivo de marcar un número de goles y cuando uno lo trata con profesionalismo y lo analiza exactamente igual que otro partido. Teníamos que hacer 14 goles,  entonces, a partir de ahí, la tensión previa al partido era como el de Haití, o sea, nadie le parecía un reto pequeño.

“Hay un detalle del partido que es estaban tan concentradas en la tarea que cuando hacen el 14 y ya ahí estamos clasificadas. Cogen el balón de la red y lo llevan al punto, al centro del campo. Para otra vez tratar de marcar y eso demostró que, tanto con el psicólogo, como con el resto del staff, habías mentalizado muy bien al equipo.

Viendo ese partido y también viendo lo que ha sido la escuela del fútbol español, ¿es parte de lo que quiere ver en la Selección Femenina, llevar esa escuela española indirectamente al equipo?

-Bueno, yo no tengo especial interés como en que la Selección de Costa Rica juegue al estilo español, porque creo que tenemos que jugar al estilo costarricense. Obviamente hay cosas que uno como entrenador trae de donde se ha educado y donde se ha formado, que pueden aportar a la selección. Yo creo que es una selección de juego posicional en la primera línea, la iniciación de la jugada, pero cuando superamos líneas de presión tenemos que ser un poquito más verticales.

¿Por qué? Porque no vamos a ser una selección tan posicional, tan superior como es la española, por ejemplo, que es capaz de tener el balón durante gran parte del tiempo. Pero bueno, como decía, al final es definir nuestro estilo, el estilo que vamos a jugar, a lo que las jugadoras son capaces y nos permiten y a lo que nos demanda el torneo internacional.

Ya pensando en ese primer reto ¿cómo analiza el grupo y lo que será esta primera Copa Oro de la Concacaf, ya que es la primera vez que se realiza?

-Bueno, la Copa Oro es un reto, te decía. Decíamos le estamos diciendo que es como un mini Mundial, porque ya no es solo Concacaf, estamos hablando de Conmebol, de selecciones como Brasil, Colombia, que son muy competitivas, Argentina y Paraguay, que ya estuvimos en Panamericanos y obviamente eso hace que uno entienda que el reto es mayor al que por ejemplo propone solo selecciones de Concacaf, pero sí que creo que tenemos opciones reales de pasar y de pasar con claridad.

Tengo entendido que ha seguido muy de cerca el desarrollo del fútbol femenino en 13 países. ¿Cómo está Costa Rica con respecto a estos otros países en ese desarrollo?

-Bueno, hay varios puntos que obviamente hacen que el fútbol tico femenino tenga que analizarse y uno de ellos, que debemos prestar atención y que alguna vez hemos podido conversar es recuperar el fútbol mixto. Las chicas jugando contra chicos es muy importante. Las competiciones de fútbol femenino, pero el gran desarrollo de talento femenino en el mundo se produce compitiendo contra chicos, por lo menos hasta los 13 años.

Así nos lo demuestra continuamente los países europeos y las potencias mundiales, Sus talentos y sus desarrollos de talento se basan en las competencias mixtas. Es algo que aquí hemos perdido y quizá hable del por qué ya no sacamos esos talentos como Raquel, como Shirley. Que, si les preguntas que ha tenido Alvarado, Kristin, todas se formaron jugando contra varones.

El otro reto que tenemos es el de es el de la Primera División. No es tanto profesionalizar porque eso es un término, sino hacerla sostenible y desde la sostenibilidad luego se profesionaliza. Y ese reto, obviamente, no me compete a mí definir cómo se debe enfrentar, pero sí creo que hay países que nos pueden ir pautando un poquito por dónde podríamos caminar.

¿Le preocupa lo que está pasando en equipos de Primera División que desaparecen, clubes que se están debilitando, presidentes que están exigiendo respuestas a la dirigencia del fútbol femenino?

-Bueno, creo que esa inestabilidad, obviamente no es positiva para la Selección. No me preocupa por qué en realidad si uno analiza cualquier proceso de selección o de equipo de lo que sea, siempre hay incertidumbre, adversidad, conflictos y al final unos dicen no, bueno, es que la ligas. La competición se ha debilitado, pero ves equipos como que se están reforzando espectacularmente bien y yo creo que van a ser muy competitivos.

Ves otros equipos, desaparece Herediano, pero aparece Puerto Viejo y te enteras de alguna jugadora que va para Puerto Viejo y dices bueno, parece que puede ser un proyecto a largo plazo. Entonces al final el ecosistema continuamente se desequilibra, pero al final todo sistema caótico tiende al equilibrio.

Entonces bueno, obviamente esa es una estabilidad, no es buena, pero estoy convencido de que dentro de dos años quedará en un episodio que sucedió en el fútbol femenino y que se resolvió.

¿Qué tanto se le puede exigir a una Selección que está conformada por muchas futbolistas que ni siquiera cuentan con un contrato profesional como futbolistas?

-No, yo creo que la yo la exigencia, no se condiciona. Yo siempre me exijo al máximo, otra cosa es hasta donde puede dar el equipo, pero la exigencia es total. Para mí la exigencia es absoluta.

¿Veremos mayor cambio generacional?

-Sí, seguro, no solo porque lo están haciendo. Y hoy en el entrenamiento había un par de jugadores sub20 que estaban dando un nivel ya de selección mayor, sino porque es nuestra obligación. Yo cuando entreno nunca entreno pensando que me puedo ir mañana. Yo entreno pensando que voy a estar aquí 100 años.

Antes hablábamos de la edad y demás, pues de la misma manera intento que las jugadoras jóvenes sientan que pueden aportar lo mismo que cualquier jugadora de 35 años. 

¿Cuál es la principal enseñanza que le ha dado el equipo o las jugadoras en todo este tiempo?

-Quizá lo que más que una enseñanza es como que me he reafirmado en la idea de que lo importante es precisamente, disfrutar del proceso. Y cuando he notado que el equipo se ha soltado y ha empezado a disfrutar y las cosas fluyen y se sonríen y vienen a cenar y escuchas al equipo hablar. Dices ‘Bueno, por lo menos estamos disfrutando’ y al final suele tener una correlación con los resultados y eso quizás es el mayor foco de atención en el que estoy centrándome ahora, en disfrutar el proceso.

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