Por AFP Agencia |12 de junio de 2021, 15:25 PM

Christian Eriksen, víctima de un desvanecimiento que durante unos instantes hizo temer lo peor en el partido Dinamarca-Finlandia de este sábado en la Eurocopa, es un mediocampista elegante, clave para la selección danesa como en su día lo fue para el Tottenham o como ha sido este curso para el Inter de Milán, con el que ganó la Serie A.

La atención mediática mundial que generó lo ocurrido este sábado contrasta con su habitual discreción.

A Eriksen le gusta ocupar titulares por su fútbol elegante, sus pases precisos a los atacantes y sus lanzamientos de falta espectaculares.

En Italia, a pesar de sus dificultades para expresarse en la lengua de Dante y una cierta falta de afinidad durante meses con el entrenador Antonio Conte, fue gracias a uno de esos lanzamientos de falta magistrales como se empezó a ganar el respeto de verdad. Fue con un tanto decisivo en el tiempo adicional de un derbi ante el Milan (2-1) en la Copa de Italia, en enero.

Finalista de la Champions.

Tras sus problemas iniciales al llegar a Lombardía en enero de 2020, terminó convirtiéndose en indispensable para los 'nerazzurri' y ha sido como titular como se ha proclamado campeón del 'Calcio' con el Inter en mayo.

Ha sido una temporada de recuperación para un jugador que, durante doce meses, fue apenas una sombra del que era cuando alcanzó la final de la Liga de Campeones de 2019 con el Tottenham.

El equipo londinense fue donde Eriksen se reveló al mundo.

Llegó allí en 2013, tras haber destacado en clubes daneses y en el Ajax Ámsterdam, con el que debutó en primera división con 18 años y con el que fue campeón tres veces en Holanda.

Con los 'Spurs', Eriksen sedujo a la Premier League con su técnica y adquirió una auténtica dimensión internacional. Se consagró sobre todo con una inmensa campaña en la Liga de Campeones (2018-2019), que vio al equipo entrenado por Mauricio Pochettino eliminar al Manchester City y llegar a la final, en la que el Liverpool ganó 2-0.

Esa temporada, Eriksen marcó el 'tempo' y fue el mejor pasador del equipo. Su siguiente temporada fue menos brillante y condujo a su salida rumbo al Inter.

"He crecido".

Pese a sus altos y bajos en el club, 'King Christian' siempre ha sido un valor seguro de la selección danesa, desde su primer partido internacional en 2010. Con 109 partidos con su equipo nacional -incluyendo el del sábado- y 36 tantos marcados, Eriksen es un auténtico director de orquesta y una referencia nacional.

Asume ese papel de líder sin dejarse llevar por la presión, que en el pasado le generó problemas.

"Hace diez años hubiera dicho que no necesitaba que nadie me mirara. Pero he crecido en mi carrera, igual que las expectativas de la gente sobre mí, y eso me da un empujón suplementario, saber que las expectativas son altas y que los ojos se dirigen a mí", aseguró esta semana a la agencia danesa Ritzau.

"En cierta medida, he trabajado para ser el jugador al que miran, así que ahora veo la presión como algo positivo", afirmó a unos días de empezar esta Eurocopa.

Es además un jugador muy querido en el vestuario, como atestiguó el enorme impacto emocional que generó su desvanecimiento. Sus compañeros acudieron preocupados y siguieron respetuosamente las maniobras médicas para su reanimación.


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