Por Luanna Orjuela Murcia |19 de marzo de 2023, 8:00 AM

Hace un mes se presentó en el Congreso, un proyecto de ley que plantea sancionar hasta con 12 años de cárcel a personas que están detrás de los llamados créditos gota a gota.

Este tipo de préstamos son ofrecidos por  particulares, que brindan a la persona que hace la solicitud, cierta cantidad de dinero para cubrir una necesidad urgente. Estos préstamos son una opción a la que muchos recurren porque facilitan el dinero rápido, sin trámites y no requieren ningún estudio de crédito previo por parte del prestamista.

El crédito gota a gota resulta tentador porque la devolución se realiza en cuotas muy pequeñas, pero la tragedia se origina con las altas tasas de interés.

Según datos del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), de 2020 a febrero de este año, 669 personas han denunciado amenazas de muerte u otras extorsiones tras aceptar un préstamo gota a gota.

Sin embargo, muchas personas no sospechan, que podrían estar poniendo sus vidas en riesgo al tomar este tipo de crédito. Una de estas personas habló con Teletica.com para exponer su caso y relatar la pesadilla que vive desde octubre del 2021.

Para proteger su integridad, a esta mujer de 40 años, que brindó su testimonio la llamaremos "Laura".

¿Cuándo comenzó esta pesadilla?

Esta pesadilla empezó a finales del 2021. Yo tuve una situación económica bastante difícil porque mi esposo había sufrido un accidente y se había quedado en casa casi un año completo. Y en ese momento yo tuve que asumir las deudas de la casa. Todo cayó encima mío y con mi salario no daba. Nos metimos en muchas deudas y eso nos hizo llegar al borde. Entonces una persona se ofreció a prestarme ₡10 millones. Cuando él me lo prestó, nosotros habíamos llegado a un acuerdo de que yo le iba a pagar a él mensualmente intereses (₡150.000). 

¿Cómo fue que esa persona llegó a ofrecerle el crédito?

Era un conocido, no un amigo. Pero era un conocido de otra amistad mía. Y así fue como sucedió. Yo expuse mi situación con una amiga mía y ella me dijo: ‘mira, yo conozco alguien que te pueda ayudar’. Y así fue como empezó todo.

¿Cuándo se empezó a agravar la situación?

La situación se agrava en junio del año pasado, cuando la persona que debía de cobrarme no volvió más. Entonces yo intentaba llamarlo al número que él me había dado, pero el número ya no contestaba. Generalmente él siempre se comunicaba conmigo. Nunca me di cuenta si el número que me llamaba era el mismo, porque siempre me llamaba de un privado. Pero  él era el que se comunicaba o nos veíamos en "X" lugar, o incluso pues me pareció tan normal, le di la dirección de mi casa en su momento.

¿Qué otros datos personales le solicitada?

Ninguno. Solo tenía mi número telefónico y la dirección de mi casa.

¿Qué hizo usted cuando él desapareció?

¿Cómo fueron esas amenazas? ¿Qué le decían?

Cuando empezaron las amenazas yo les dije a ellos: ‘Por favor pongámonos de acuerdo, llámeme en otro momento, ahorita no puedo hablar’. Yo estaba en mi trabajo cuando me buscaron así que les decía: ‘Me van a regañar y a ustedes no les sirve una persona que no tenga trabajo, porque cómo les voy a pagar'.

 Entonces ellos me dijeron, ‘Bueno sepa que tenemos su número’. Entonces yo les dije: ‘Ok, listo, perfecto. Entonces llámeme’. Cuando yo recibí la primera llamada, que fue como tres días después de la visita al trabajo, me dijeron que yo tenía que pagar el 10% de esos ₡7 millones que me quedaban semanalmente. Y yo les dije: ‘A ver, o sea, no puedo. O sea, ni siquiera es mi salario, o sea, no voy a poder’. Y me respondieron: ‘Pues vea a ver cómo hace porque nosotros sabemos dónde vive usted, dónde trabaja, sabemos que tiene hijos…’ Y les dije: ‘Vamos a ver, yo nunca le he quedado mal al muchacho que me prestó el dinero, así que yo necesito que hablemos de otra manera’. Y finalmente dijeron: ‘Bueno, usted sabrá cómo hace. Le damos dos días para que nos dé una respuesta’. Y esos dos días pasaron y la respuesta era la misma. ¿Cómo iba a pagar algo que ni siquiera podía asumir con mi salario?

¿Cuándo fueron empeorando?

Cuando ellos me llamaron a mí la segunda vez, después de los dos días que había tenido de plazo, ellos me dijeron que yo tenía que ver cómo hacía, como resolvía, que no era problema de ellos,. Utilizaban palabras bastante groseras y corrientes, un vocabulario bastante horrible. Entonces ellos me decían a mí que era problema mío porque ya yo había gastado y consumido ese dinero, entonces que ellos eso no les importaba. Cuando al día siguiente llegaron a mi casa, me dicen: ‘Bueno, ¿usted qué va a hacer? Venimos por lo que nos tiene que pagar, así que nos vamos a llevar lo que sea, el carro’. Y yo ese día me les hinqué en media cena en mi casa y les dije que por favor que me ayudaran, que cómo iba a hacer, yo que no podía. O sea, definitivamente no puede. Yo les decía a ellos yo, o sea, yo soy sola en mi casa, yo tengo mis hijos, yo trabajo para mantener a mis hijos. Yo no puedo pagar esa cantidad de dinero, por favor ayúdenme, yo no quiero dejar de pagar, pero necesito poder pagar y poder vivir. No puedo hacer nada. Voy a terminar tirándome de un puente con tanto estrés. Entonces, me bajaron la cuota a ₡300.000 por semana. Dos veces la pagué, pero después ya no pude porque entre los gastos de la casa, las cosas de los chiquitos, el trabajo, el transporte, la comida, los servicios públicos, era imposible. Y mi esposo estaba incapacitado.

¿Cómo se sentía usted cuando ya se metían entonces con sus hijos?

¿Y cómo logró usted solventar esta situación y llegar hasta el día de hoy?

Yo les dije que me mataran, ya no había nada más que hacer. Ellos sabían donde vivía yo, sabían dónde estudiaba mi hijo. Y yo les dije: ‘Voy a ser muy honesta con ustedes, yo no les puedo pagar lo que ustedes quieren. Si ustedes quieren, yo les puedo pagar, pero lo que yo puedo, lo que venían pagando. Y si ustedes ven que yo eso no es válido para ustedes, entonces mátenme. De igual manera no sé cómo le va a servir a una persona muerta para pagar una deuda’. Yo busqué cómo hipotecar la casa de mi mamá, busqué cómo hipotecar la casa de mi suegra, busqué millones de formas para poder conseguir el dinero y pagarle. Y no se pudo. A raíz de todo esto, yo me quedé sin trabajo porque era tanto el acoso en la oficina, tanto presencial como por teléfono, que terminé quedándome sin trabajo.

¿La despidieron sabiendo su situación?

Estas personas que iban a mi trabajo eran de no buen ver. Entonces todos se quedaban extrañado y decían ‘¿Qué pasa?’. Y me imagino que tal vez mis jefes pensaron y si en algún momento llegan los hombres y matan a todos. Sin embargo, yo traté de mantener las cosas muy discretamente, pero ya hubo un punto de quiebre en el que yo llegaba a la oficina y era tanto el estrés que me ponía a llorar y tuve que contar qué era lo que había pasado y pues en algún momento la empresa quiso ayudarme, pero después se arrepintió.  Para ellos era más fácil quitarse el problema de encima que tener un problema más. Y así pasó.

¿En este momento de cuánto es la deuda?

Al final de cuentas yo empecé a buscar dineros y en un tracto, les di ₡500.000, en otro trato les di ₡600.000. Entonces ellos como que quedaron un poco más tranquilos y yo les dije: ‘Ahora, si eso ya fue lo único que pude conseguir, ya no puedo conseguir más. Eso lo conseguí porque pedí prestado y al final lo voy a deber. Tuve que endeudarme con otras personas y pues la deuda todavía no está cancelada. Les debo prácticamente que lo mismo (₡7 millones), porque lo que ellos me han cobrado son puros intereses.

¿Usted sabía que habría detrás de este préstamo gota a gota?

¿Por qué no tomó un préstamo con un banco u otra entidad financiera?

El problema que hay es que como la mayoría de los humanos, todos tenemos deudas y en algún momento quedamos mal. Cuando mi esposo tuvo el accidente, nosotros nos atrasamos con muchísimos pagos, préstamos que teníamos con bancos y todo eso empezó a mancharnos. Entonces, a la hora de querer sacar un préstamo para unificar deudas, no aplicamos ni él ni yo.

Y ahí fue cuando se dio ese problema. Sin embargo, como te digo, esa plata que a mí me dieron fue algo que yo comenté que necesitaba y se dio, se dio muy fácil y yo dije bueno, si puede ser que esté recibiendo plata mal habida, puede ser que por medio de mí estén lavando esos ₡10 millones, pero fue tan fácil y fue la solución a ese problema o a esos problemas que teníamos en ese momento. Y todo era tan fácil que jamás me imaginé que iba a pasar todo esto.

¿Cuáles repercusiones tuvo usted en su salud física y mental?

Aparte de haber perdido mi trabajo, aparte de estar en una situación de estrés y depresión absoluto, con ataques de pánico o ataques de ansiedad, me enfermé del hígado, de la cantidad de estrés que manejaba y hasta la fecha aún sigo enferma.

¿Qué le diría usted a las personas que están considerando?

¿Ahorita cómo está la situación? ¿se logró algún trato?

Nosotros aproximadamente hace cuatro meses llegamos a un arreglo, y es el que hemos estado manteniendo. Claro está, no me atraso ni un día para no tener ningún problema. Ahora es diferente porque yo cambié el lugar donde vivo, mis hijos ya viven conmigo, ahorita los reparto semana a semana. Debido a la enfermedad que tengo no puedo trabajar como una persona normal con un horario de ocho horas. Yo tengo que ir al hospital aproximadamente dos veces cada día por medio, tres veces a la semana, cuatro veces a la semana para que me pongan tratamiento para el dolor. Y pues nadie quiere tener una persona que pasa incapacitada cuatro días de la semana, pero sí estoy haciendo otro tipo de cosas para poder tener un ingreso y poder salir al menos con esa deuda.

¿En algún momento pensó en quitarse la vida?

¿Cuál es la enseñanza más grande que obtuvo de todo esto?

Bueno, primero que pues la vida no es de uno. La vida está ahí y uno lo que hace es vivir día con día. Pero en cualquier momento llega alguien que decide que ya no quiere que vivan más y se quitó la vida y ya no pasó más. Ya no existes. Tus hijos se quedaron solos, tu esposo se quedó solo y tu madre va a sufrir. Y ¿Por qué? Porque uno anda desesperado buscando soluciones rápidas a cosas que no se pueden solucionar rápido. Las cosas que uno debe de analizar, de estudiar, de ver el riesgo. Yo sé que muchas necesidades y muchas crisis lo hacen a uno cometer muchísimos errores, pero esos errores han tenido tantas repercusiones y ha habido tantas muertes que no lo valen.

Si usted está siendo víctima de amenazas de muerte tras un crédito gota a gota, debe denunciar el caso ante el Organismo de Investigación Judicial llamando al Centro de Información Confidencial al número 800-8000645 o al WhatsApp 8800-0645.

Youtube Teletica