Por José Fernando Araya |24 de octubre de 2021, 8:50 AM

Mes rosa. Campaña rosa. Lazo rosa… Octubre tradicionalmente es el mes de la lucha contra el cáncer de mama y, de inmediato, la asociación de la mayoría de las personas es que esta enfermedad va de la mano con la mujer.

Sin embargo, el cáncer de mama en hombres está lejos de ser un hecho aislado o raro, de hecho, ha ido en aumento en los últimos años.

La mayoría de los varones desconoce que también puede padecerlo e incluso es más mortal: según la estadística, solo el 5% logra sobrevivir. Incluso, de enero a la fecha se han detectado 13 casos de cáncer de mama en el país.

A sus 66 años, Roy Alfaro, educador pensionado y actual profesor de universidades privadas, cuenta cómo sobrevivió al cáncer de mama hace unos ocho años atrás e invita a los hombres a realizarse autoexámenes, pues la mayoría llega a revisión médica cuando hay poco por hacer.

Cuéntenos su historia, ¿cómo se enteró?

“La verdad me doy cuenta por accidente. El problema con nosotros los hombres es que nunca nos revisamos, a veces ni espejo tenemos en la casa. Me entero básicamente porque pegué en el borde de una puerta y siento un dolor raro, aun así, me dejo y se me pasa y se me olvida. No fue hasta dos meses después, también por casualidades de la vida, que un amigo me saluda y vuelvo a sentir el dolor, fueron como seis meses de diferencia entre un dolor y otro”

Ese dolor alertó a don Roy, quien inmediatamente llegó a revisarse a su casa: al tocarse el pecho descubrió lo peor.

“Me empecé a tocar y palpé una pelota, ya ahí me preocupé. Saqué una cita para que me revise un oncólogo para que la vieran y me dice que hay que sacarla. A los ocho días regreso para quitarme los hilos pues removimos el pezón.  

¿Creía que podía ser cáncer de mama en ese momento? Es decir, ¿sospechaba que podía ser eso?

“Nunca. Pensé que era una pelotilla cualquiera, un lipoma o cuestiones de esas que uno sabe que se tienen, pero nunca asocié con un cáncer de mama. ¿Un hombre con cáncer de mama? ¡Uno nunca hace esa asociación! Yo en realidad no sabía que había cáncer de mama para hombres”.

Al quitarse los hilos, Alfaro recibió una noticia que lo dejó frío, que lo sorprendió para mal y que, a su criterio, le cambiaría la vida para siempre.

“Cuando me quitaron los hilos, me dijeron: siéntese, no son buenas noticias, tengo que explicarle que salió maligno y es cáncer de mama.

“De momento usted se queda en el aire: ¿Cáncer de mama?, pero ¿cómo a los hombres?

“Me explicaron que había que quitarme el pecho y parte de la axila y todo esto. No sabían nada de probabilidades de sobrevivir hasta que me hicieran la operación.

“Yo dije: no estoy dispuesto a alargar mi agonía, si tengo posibilidades voy a luchar por eso, de lo contrario no. Pero ellos me dijeron no sabían nada”.

Este profesor pensionado asumió eso como un reto, pues quería ver salir adelante a sus hijos Roy Alfaro Baker y Marcelo Alfaro.

Tras superar la enfermedad, este profesor tuvo que lidiar con otros dos tipos de cáncer, el gástrico y el de hígado, pero los tres los logró superar con creces.

Pocos testimonios y sobrevivientes

¿Cuáles cree que sean las principales dificultades que puede encontrar un hombre al enfrentar el cáncer de mama?

“Al principio fue difícil. Al hablar de mama lo asociamos con femenino, pero, por ejemplo, cuando uno va a una piscina o algo así uno tiene una cicatriz enorme (a don Roy le extirparon una parte de su pecho izquierdo) y eso lo cohíbe mucho.

“Yo tuve problemas incluso hasta con el tratamiento, pues están enfocados a la mujer. Son tratamientos hormonales y para hombres no hay tantas opciones.

“Este tipo de cáncer lo provocan las hormonas femeninas. Nosotros los hombres tenemos estrógenos también, aunque en poca medida, entonces cuando esto no para, corre el riesgo uno de hasta una castración y ese es un temor que uno tiene. Entonces tiene que ver cómo el tratamiento inhibe estas hormonas, pero todo tratamiento tiene efectos secundarios, te daña los huesos, el hígado, etc.”.

“Incluso, en el proceso también es difícil, pues yo llegaba al hospital y me decían: “disculpe señor esto es para cáncer de mama” y me mandaban a otro lugar, ahí tenía que explicar que yo venía para lo mismo”.

¿Esa creencia de que al hombre no le da, nos hace más descuidados?

“Yo sí entendí algo y es que nosotros los hombres llegamos muy tarde, nunca creemos que nos puede dar cáncer de mama.

"Es como todo un tabú que hay de que al hombre no le da y creo que, si nosotros logramos hacernos el autoexamen al igual que las mujeres y tener ese control, podríamos evitar esto, pues al final de este proceso, el cáncer no te mata, te mata porque llegás muy tarde".

¿Por qué cree que falta tanto testimonio de varones con esta enfermedad?

“Yo pertenezco a una asociación de cáncer de mama y todo es rosa, yo soy el único que a veces aparece, pero es que los hombres no aceptan, y no dan testimonios. Es muy complicado por el machismo.

“Yo al final dije si uno puede hacer conciencia en al menos un varón y salvarle la vida, eso es toda una ganancia, yo por eso he optado en hacer entrevistas y dar mi testimonio”.  

¿Cree que falta mayor educación para la prevención de esta enfermedad en los hombres?

“Yo eso lo critico mucho, de hecho, así fue como me metí en las Damas Rosas y estas fundaciones. En el mall de Heredia había una foto de la lucha contra el cáncer de mama y me fijo yo, y digo: “acá hay un error grandísimo, no hay un hombre. Las campañas no incluyen a los hombres, siempre son dirigidas a la mujer” y resulta que de casualidad tenía a la presidenta detrás de mí.

“Ella me dijo que ninguno quiere y uno de mis hijos le dijo: “mi papá sí…” y bueno ahí le enseño que tengo cáncer de mama y ya coordinamos y comencé a involucrarme.

¿Ha conocido otros casos o le ha ayudado a salir adelante a otros hombres con su testimonio?

“Básicamente de apoyo sí e incluso a muchas mujeres y varones les he brindado apoyo y en todo tipo de cáncer. Los varones, los que conocí, desgraciadamente llegaron muy tarde. De los que conocí, soy el único sobreviviente. Ahora sé que hay más, mi cirujano me dijo que yo soy el número 11 que operaba”.

¿Qué consejos le daría a otro paciente que sufre de la enfermedad en silencio?

“Que sea positivo, que no tenga vergüenza y que siga adelante con fe, esperanza, y salir... no quedarse ahí para ser parte de esa estadística de muerte, seguir en la lucha, hoy nos sentimos bien y mañana no. No es fácil, algunas veces usted llora, pero depende de una gran cantidad de valor para seguir adelante”.  

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