Por Luanna Orjuela Murcia |10 de julio de 2022, 8:39 AM

Todos ven en la pantalla de la televisión a un Randall Vargas muy elegante y con mucha presencia a la hora de conducir Dancing With The Stars (DWTS) Costa Rica.

El periodista no aparenta sufrir cuatro duras enfermedades, con las que tiene que luchar todos los días: esclerosis sistémica progresiva, lupus eritematoso sistémico, artritis reumatoide y síndrome antifosfolípidos.

Sin embargo, estos padecimientos no lo detienen para seguir adelante con sus múltiples proyectos.

El director deportivo de TD+ disfruta el poder demostrarle a su “problemilla”, como él lo llama, que puede superarse y no dejar que este lo afecte.

Sobre su condición de salud, su experiencia en DWTS, sus proyectos en TD+ y otros temas conversamos ampliamente con el comunicador.

Puede ver los detalles de la amplia entrevista a continuación:


¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?

Me encanta ser ese hilo conductor. Yo en el programa me quedo muy relegado en el sentido de quienes son los verdaderos protagonistas. Yo simplemente soy un hilo conductor que le va diciendo a la gente que es lo que viene y trata de justificar qué es lo que estamos viendo y qué es lo que sigue. Este formato siempre me llamó la atención. Lo veía desde hacía mucho tiempo, tanto en la versión inglesa como la estadounidense. Entonces siempre me gustó y tener la oportunidad en un programa que tiene este glamour, y esta línea que siempre me llamó poderosamente la atención y siempre me sentí honrado cuando en 2014 me dieron la oportunidad de hacer ese primer formato.

¿Cómo hacen con Shirley Álvarez para que ambos resalten en pantalla?

Shirley siempre me ha parecido que es una de las mujeres más encantadoras que hay en televisión y ni que decir fuera de ella. Y sin conocerla, siempre quise trabajar a su lado. Entonces, cuando me vino la oportunidad de escoger un anfitrión yo pedí que fuera ella. Veía todo el potencial que tiene hoy día, me parece que es grandiosa. En la pantalla se ve maravillosa, así que fue extraordinario el programa. Me siento muy a gusto con ella y creo que los dos hacemos no sé, tenemos esa química que a la gente le cayó muy bien.

¿En qué se diferencia con ella?

Lo que pasa es que somos muy diferentes, tenemos personalidades muy diferentes. Nos ves en una sesión de ensayos o nos ves en el corte comercial entre un segmento y otro en el programa. Cada que suena una canción o cada que ponen música y Shirley no deja de moverse, no deja de bailar y es explosiva. Y yo tengo una línea mucho más discreta, seria. Y ese es el gran contraste que hacemos. Creo que por eso es que a la gente le gusta.

¿Cómo se siente llegar a presentar por sétima vez una temporada de DWTS?

Es un récord a nivel de televisión de formatos. No se habían hecho siete temporadas en una forma así. En este caso no es consecutiva por el tema de la pandemia, pero es todo un récord y te pones otro tipo de planes también. La gente está cansada, y dice ‘quiero ver otros rostros, yo quiero ver otras personas’, entonces uno también lo baraja. De esa manera ya comienzas también a tomar otro tipo de decisiones a futuro.

DWTS es de dos horas, ¿Cómo hace para memorizarse el guión? ¿Improvisa o memoriza?

A pesar de que el programa tiene que estar guionado por un tema de timing, porque el tiempo cuenta, es muy valioso y no te puedes andar por las ramas. El guión no es más que eso, es tu guía de qué es lo que estás haciendo minuto a minuto. Sabes cómo están elaborados cada uno de los segmentos. Esa es tu guía y a partir de ahí tienes tu juego de las cosas que puedan pasar en cada uno de los bailes o alguna cosa que digan los jueces. El domingo pasado que no corre el video con el resumen y tienes que ahora sí sacar de tu propia magia. Eso es lo que me encanta, porque estar tan estructurado te limita un poco, pero le da la fluidez necesaria a un programa, como bien decís, tan largo. Entonces ese guion tiene que ser acorde para que vaya mucho más ágil. La gente cuando está viendo la pantalla en casa, sabe qué tan acartonado estás y qué tan libres te sentís.

¿Cómo maneja su relación con los participantes?

Bien, es decir, trato de no involucrarme, no suelo involucrarme tampoco, porque vendrán momentos en los que tenés que decirle que ya no siguen el programa. Entonces mejor soy el último que llega a los ensayos o los primeros en que se arman con micrófono y cosas de los últimos que sale a entrar al programa. Al ensayo como tal lo hace. Soy el último que sale a escena también. Por lo mismo los veo, los saludo y les deseo lo mejor.

¿Qué es lo más curioso que le ha pasado en la calle por su fama con DWTS?

La máxima lección que yo tuve fue nada más empezando Dancing en 2014. Porque imagínate que cuando vino el programa de Dancing yo ya había hecho tres mundiales y ya venía de ser director de otro medio en deportes. Pero el impacto en la calle una vez que salió el primer programa de Dancing no se compara con nada de lo que yo había hecho antes, absolutamente nada. Entonces te das cuenta lo que significan estos programas a nivel de entretenimiento. El rating que genera y la cantidad de hogares que tocás es muy grande.

¿Alguna anécdota específica que recuerde?

Pues yo creo que la que más guardo con muchísimo cariño ¿sabes cuál es? Cuando no fui a hacer la semifinal de Dancing, en el 2017. Me tuve que internar porque estaba muy mal. Fue increíble la información se fugó, porque alguien me tuvo que haber visto en el hospital y la historia es historia. Entonces fue muy vacilón y las muestras de cariño de la gente son maravillosas.

A todos los presentadores con larga trayectoria les ha pasado algún chasco, ¿Cuál es el suyo?

Híjole, vieras que no tanto. Ahorita, más recientemente, Shirley me sacó del fango con una mención de un patrocinador, porque en el momento en que estaba hablando algo de la tablet donde estaba la guía y la apagué. Entonces me quedé a oscuras. Lo que tienes que decir de una mención comercial es clave. Y me salvó apenas en el debut de Dancing hace un par de semanas.

Sabemos que tiene varias condiciones médicas, ¿Cómo ha estado su salud últimamente?

Eso viene muy bien, a pesar de que hace tiempo no tomó los medicamentos que suelo tomar por todo el tema de la pandemia y lo que más me recomendaban era que me mantuviera lo más lejos del hospital. Sí, te puedo decir que me siento bien, estoy muy a gusto, me siento muy tranquilo, trato de no pensar en el problema de la enfermedad. No le doy mucha pelota porque tengo mucho trabajo, tengo muchas cosas que hacer. Estoy con DWTS, viene un Mundial Femenino Sub20 acá, luego viene el Mundial de la India en octubre, luego viene el Mundial Mayor, más todos los otros eventos que hago y demás. Entonces por eso me quedo bastante tranquilo por acá.

¿Podría contar una anécdota de cuando estaba trabajando y sufrió una crisis?

Recuerdo en el Mundial de Alemania en 2006 que sí tuve un problema y me tuve que salir de la actividad durante dos días. Fue bastante preocupante. Estando en mi antiguo trabajo también tuve una crisis muy brava que recuerdo que estaba editando para la edición de Noticias que tenía en la noche y prácticamente lo siguiente que recuerdo es que estaba en cuidados intensivos del Hospital México. Esa fue una de las crisis más bravas. La única vez que me ganó estando a full trabajando fue en 2017 en DWTS, yo terminé el programa prácticamente con el ojo derecho que no veía nada y al día siguiente fui al hospital y me dejaron internado.

¿Qué es algo de su condición que la gente no sabe? Y que desde su posición de figura pública le gustaría que la gente conozca.

Vieras que es muy curioso porque dentro de esas muestras de cariño increíbles que la gente te da, ellos conocen perfectamente qué es lo que pasa y qué es lo que tengo. Y aunque no tengan la misma enfermedad se identifican. Entonces constantemente recibo mensajes en Twitter, en el Facebook y en Instagram: ‘Mira, es que mi hermano tiene tal cosa o yo tengo este padecimiento o me acaban de diagnosticar tal cosa, ¿qué me recomiendas?’ Entonces es impresionante. Después de ese capítulo del 2017, que no pude hacer la semifinal de Dancing, al final de la temporada fui a dar una vuelta a un centro comercial con los babies y nunca había estado tanto tiempo en un centro comercial. La gente me paraba cada tres pasos, no te miento, pero para decirme que estaban muy admirados de que había salido adelante.

¿Qué implica tener estas condiciones, qué nos puede compartir, porque el público siempre lo ve “en todas”, pero no sabe lo que hay detrás?

Es una condición incómoda que suele ganarte a veces porque de la nada revientas con fiebre de 41 grados de un solo momento y con dolores músculo esquelético articulares muy pesados. Entonces es muy incómodo, te sentís muy golpeado, te sentís sumamente debilitado y es muy molesto estar así. Trato de no darle mucha pelota al problemilla, porque hay muchas cosas en que pensar. Entonces la última de las cosas que quiero tener en la cabeza es eso. Cada oportunidad que tengo de demostrarme a mí mismo que puedo salir adelante es un buen reto. Por eso es que trato siempre de verme muy bien y sentirme muy bien. Cuando la enfermedad gana, gana bien. Ahí no hay forma de competir, no hay forma de combatir ni competir.

¿Qué le apasiona más los deportes, los vinos o la música?

La música, los deportes o los vinos… los tres están en el tope de línea, pero voy por la música, luego voy a irme por los deportes y luego por los vinos.

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