Por Eric Corrales |14 de abril de 2024, 8:10 AM

Jairo Solano es un joven de 24 años cuya discapacidad visual no ha sido impedimento para lograr sus sueños de estudiar periodismo, e incluso ya trabaja realizando crónicas de partidos de primera división y entrevistando jugadores.

Este vecino de Paraíso de Cartago nació con una discapacidad que se llama glaucoma congénito, es una enfermedad que perjudica el nervio óptico. El glaucoma en sí afecta a personas, por lo general, con una edad avanzada, ya que el ojo se va deteriorando con el pasar de los años.

Pero el glaucoma congénito es muy extraño en niños, de 500 niños solo dos nacen con esta afección, Jairo es uno de ellos.

Este joven ha pasado por más de 10 cirugías oculares, pero esto no lo ha desanimado para poder ir paso a paso a cumplir su sueño: ser periodista deportivo y, por qué no, algún día poder ver.

Jairo Solano, estudiante de periodismo con ceguera
Jairo Solano, estudiante de periodismo

El estudiante de la Universidad San Judas Tadeo contó a Teletica.com cómo es la vida de un ciego, incluso relató que trabajó como animador en una tienda, ha tomado fotografías y hace crónicas de partidos de primera división, hasta entrevista a los jugadores en el estadio.

¿Por qué periodismo deportivo?

La comunicación siempre me ha apasionado mucho, y en especial la parte deportiva. Conforme pasaron los años fue desarrollando el sueño.

Yo no me quedo quieto, la gente siempre me decía que cómo voy a cubrir un partido de fútbol si no lo puedo ver, siempre me consultaban eso, muchas veces me llegaron a decir que si mejor no quería cambiar de profesión, pero no, siempre quise estudiar esto, mi hermano me impulsó para crear un medio de comunicación, que se llama 100% Deportes Oficial, y eso me ayudó a poder crecer y expandirnos, eso me abrió muchas puertas, ahora estoy colaborando con una página que se llama RM Deportes, que es enfocada en deportes de Cartago.

¿Cómo hace para cubrir los partidos de fútbol?

Cuando voy a los estadios voy con una persona que me ayuda y me guía, yo hago las entrevistas mientras alguien me ayuda a grabar.

Yo utilizo un radio como el de los abuelos, pequeñito y con él escucho el partido, ya después cuando faltan como siete minutos bajamos, y ahí espero para entrevistar a los jugadores, como yo por lo general cubro más al Club Sport Cartaginés, entonces ya prácticamente reconozco la voz de los jugadores, o sea, sé quien es con solo escucharlo.

Es un reto, estar en zona mixta donde hay un montón de periodistas, un montón de medios, uno ahí con el bastón tiene que guiarse, es un gran reto, pero ahí vamos, he logrado viajar con ellos a otros estadios.

Jairo Solano, estudiante de periodismo con ceguera
Jairo Solano trabaja para el medio regional RM Deportes

¿Cómo ha sido su experiencia en la universidad?

Con sus pro y contras ha sido muy buena, yo antes de entrar a la U llevé un curso de locución para animación de radio y televisión, también un curso de inglés.

Tengo una oportunidad de financiamiento, pero vea, para mí todo siempre ha sido un reto, entonces como todo es un reto uno siempre está dispuesto a hacerle frente.

También agradezco a la pandemia, porque las clases virtuales me ayudaron mucho a motivarme para estudiar, ya que el no tener que desplazarme me facilita más mi aprendizaje y ahorro de pagar un taxi o un Uber.

Los compañeros de la U han sido buenos conmigo, no he tenido problemas con nadie, las personas me ayudan porque les nace y yo eso lo agradezco.

Me cuesta llevar cuatris completos, pero gracias también al gran apoyo de mi familia lo he logrado, mis papás son muy humildes y trabajadores, me han enseñado valores, y mis hermanos son pilares de apoyo para mí, mi padrino también.

¿Cómo ha sido su experiencia con la fotografía?

En la universidad tuve que llevar un curso de fotografía, uno de mis retos más grandes, cuando llevé el curso por dicha el profesor Gabriel de fotografía de la U se puso como quien dice la camiseta y buscamos formas de cómo darme la clase a mí, nos tiraron a la guerra, en su momento fue muy curioso porque encontramos una manera de trazar en un relieve lo que tal vez él quería que yo trazara para el curso, entonces lo trazábamos y poco a poco me enseñaron a usar la cámara, sus funciones, cuando él compartía fotos él me describía con detalle cada foto y con base en eso me preguntaba qué tipo de obturador o lente se necesitaba.

El trabajo final lo hice de una manera diferente, con ayuda de un amigo fui a un mirador en Orosi, yo tomaba las fotos, me basaba con el oído, escuchaba el sonido de los pájaros, caminaba para sentir el terreno, yo tengo el oído muy desarrollado por mi discapacidad, entonces trataba de enfocar con el oído y ahí sacaba la foto, y el trabajo final lo enfoqué en eso, cómo una persona a través del oído podía tomar fotografías que quedaran bien. Este curso me hizo salirme de mi zona confort y hacer algo que yo nunca había experimentado, muy diferente y chiva para mí.

Jairo Solano, estudiante de periodismo con ceguera
Fotografía tomada por Jairo

¿Tiene alguna herramienta especial para poder comunicarse?

Sí, yo en la computadora tengo un programa que se llama NVDA, que me dice todo lo que yo escribo, y con respecto al teclado yo me lo sé de memoria, me habían ofrecido instalar un teclado en Braille, pero no quise, decidí aprendérmelo de memoria, yo redacto superbién gracias a ese programa. También, tengo un amigo que me colabora cuando tengo algún problema con la compu, además yo llevé un curso en el INA para personas con ceguera.

Si tengo que entregar trabajos de la universidad yo llego lo digito en Word y luego lo envío por correo.

Con respecto al celular, para leer mensajes de texto, de WhatsApp y así yo utilizo una herramienta que se llama Tool Bar, es una función que traen los celulares con Android.

A veces la gente piensa que es mejor enviarme audios, pero con esa herramienta es igual si me mandan audios o mensajes de texto, el celular me lo lee.

¿Fue difícil pasar del colegio a la universidad?

Ha sido todo un reto en esa parte, cuando yo estaba en el cole yo tenía el apoyo del Instituto Helen Keller, que ayuda a personas con ceguera, ellos enviaban una tutora que era la que transcribía los exámenes en Braille y me ayudaba, pero cuando salí del cole todo cambió, porque ese instituto da apoyo durante todo el cole nada más.

Pero los profesores de la universidad se han adaptado a mí y yo también trato de colaborarles mucho a ellos. Yo soy consciente que yo soy el estudiante y el que está pagando para aprender, entonces tengo que dar lo mejor de mí, ellos están para enseñar, pero el principal interesado tiene que ser uno, entonces, por ejemplo, cuando ellos dan una presentación visual me van diciendo qué es lo que se está proyectando, los documentos me los envían en PDF y esos yo los puedo leer en la compu.

Cuando hay exámenes me los hacen de manera oral, los documentos y tareas los redacto y se los envío por correo.

Por lo general las clases son muy auditivas, entonces cuando hay una presentación hacen eso que me van describiendo la presentación.

Jairo Solano, estudiante de periodismo con ceguera

¿Qué otras dificultades enfrente una persona no vidente?

Esfuerzo económico, cuando me tengo que desplazarme, porque tenemos que pagarle a un muchacho que haga Uber de confianza que me lleve y me traiga, porque moverme en bus en horas de la noche y solo es bastante complicado.

Yo sí te digo, a veces para poder desplazarme de un lugar cuesta mucho, a uno le dieron en el colegio clases de movilidad, pero todo es muy diferente cuando ya te enfrentas a ello, yo trato de ser muy independiente en todo, pero hay que comprender que a veces cuesta mucho.

¿Su ceguera tiene cura?

El glaucoma congénito no tiene cura, al menos no de momento, tiene tratamiento, que es lo que yo tengo, pero la única cura sería un trasplante de córnea, que es algo con lo que yo sueño a futuro, la doctora que ve mi caso está analizando todas las posibilidades, me han realizado 10 operaciones desde que estaba pequeño, tengo unas válvulas intraoculares que trajeron de Argentina, las tengo desde los ocho años, eran una prueba, yo era el conejillo de Indias, y me han ayudado bastante a poder drenar el ojo, que el ojo pueda lagrimar y liberar presión.

A mí me trata la doctora Tamara Velázquez, es oftalmóloga especialista en glaucoma, ella lleva mi caso de años, y no me cobra nada, porque sabe que yo no tengo dinero para pagar un tratamiento, entonces me da seguimiento en su consultorio en Curridabat desde que yo salí del Hospital de Niños.

La fe de ella y la mía es poder algún día tener un trasplante de córnea, no sé si se dará o no, pero yo estoy tranquilo.

Tengo una capacidad de visión de un 10% que me ayuda a distinguir colores, sombras, cosas muy de cerca, gracias a esas válvulas que me colocaron, pero por eso siempre tengo que estarme colocando dos tipos de gotas para los ojos.

¿Cuál es su mayor sueño?

Claro que me gustaría ver, al final yo sé que con el trasplante de córnea tengo una posibilidad.

Pero mi mayor sueño a nivel profesional es trabajar en un medio de comunicación importante, sin tener la vista yo puedo hacer muchas cosas.

También viajar, pero no es prioritario, ya que en su momento mi padrino me cumplió ese sueño y me llevó a Colombia, primera y única vez en mi vida, estuve en Colombia, me gustaría volver a viajar.

¿Ciego o no vidente? ¿Cuál es la forma correcta?

En realidad, decir ciego es correcto, a veces dicen no vidente, pero en realidad un vidente es una persona que dice ver el futuro y no tiene nada que ver con una persona ciega, no vidente yo creo que somos todos, entonces es importante que la gente entienda que la palabra ciego o ciega está bien dicha, o una persona con una condición visual.

Otro detalle es el bastón, el bastón verde es para las personas que tienen algún grado de visión, como en mi caso, pero también está el bastón rojo, que es para las personas que del todo no tienen ningún tipo de grado de visión.

Lo más curioso es que a veces la gente se le queda viendo a uno de pies a cabeza, y eso uno lo percibe de inmediato, uno percibe las malas o buenas vibras, pero es curioso, por ejemplo, los niños también se acercan con curiosidad, y en esos casos uno los recibe bien.

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