Por Natalia Jiménez Segura |21 de mayo de 2023, 8:12 AM

Evelyn Navarro fue una de las protagonistas de una historia de amor en el Hospital Calderón Guardia. Ella se casó con su esposo, Luis Durán, quien se mantiene internado en el centro médico luchando contra un cáncer gástrico. 

El video del romántico momento se hizo viral y le sacó las lágrimas a más de uno. Sin embargo, pocos conocen la historia que subyace detrás de su amor.

Además de la lucha de Luis contra esta cruel enfermedad, el matrimonio tiene cinco hijos por los cuales deben velar. Melody, la mayor e hija de Luis, tiene parálisis cerebral infantil y Evelyn la asumió como hija a pesar del reto que suponía.

Los dos menores, Thiago, de 2 años, y Andy, de 5, están siendo valorados por rasgos de autismo. 

De momento, Luis no está trabajando y Evelyn tiene un pequeño emprendimiento de artículos de fiesta, pero tuvo que dejarlo de lado para cuidar de sus hijos mientras su esposo se encuentra internado en el hospital.

Debido a la condición de la niña, la familia debe alquilar una casa con condiciones específicas, por la que pagan un monto alto.

Las semanas pasan y, para Evelyn, la angustia de sobrellevar la enfermedad de su esposo, sin ningún ingreso para costear los gastos de la familia, le pesa cada día más. El único momento que logra apartarla, a momentos, de esa realidad es su unión con Luis.

Teletica.com visitó a la familia y conversó con Evelyn, quien relató los detalles de la boda y, sobre todo, reveló todo lo que cambiado en su vida desde que recibieron el diagnóstico de Luis. 

Repase la entrevista completa a continuación.

—¿Cómo empezó su historia de amor?

Nosotros tenemos 8 años de estar juntos, nos conocimos en un supermercado trabajando. Era una amistad normal y bonita. Él era una persona muy sonriente y yo muy tímida, entonces se me acercaba y compartíamos. Él ya tenía a Melody pequeñita y lo conocí como un papá superamoroso, del trabajo se iba para el hospital o del hospital se devolvía a trabajar. Nos separamos unos años y me lo reencontré en un puente. Venía yo de trabajar y él venía con su hija y nos topamos. Habíamos perdido contacto, yo ya tenía a mi hijo mayor y los dos estábamos separados. Entonces, me dijo, '¿quiere salir conmigo?' y le dije que sí, con toda la pena, y ahí comenzó todo.

¿Cómo llegaron a convertirse en una familia de siete?

Al inicio éramos cuatro y nació Mía, luego Andy, en 2019 Melody vino a vivir con nosotros y después Thiago, que nació en la casa. No nos dio tiempo a que llegara la ambulancia y vivíamos en una alameda, entonces había que recibir la ambulancia afuera y no podíamos ir. 

Paciente con cáncer se casó con su esposa en el pasillo del Calderón Guardia

—¿Cómo describiría usted a su ahora esposo? 

Es un hombre que ha sacado la casta por la familia, que siempre se ha esforzado, es maravilloso cómo se dedica a sus hijos. Es un papá 4x4, algo que casi no se encuentra en ningún lado. Con Melo es increíble, todo lo sabe, todo lo aprendió, todo lo hace. Siempre va más allá, busca que estén feliz, que comparta con sus hermanos y que lleve una vida normal.

—¿Por qué no se casaron antes? 

Él estaba casado por la Iglesia y costó bastante conseguir el divorcio. Aunque siempre teníamos la ilusión, nunca pasó. Me molestaba y me decía que él quería que le pidieran matrimonio y yo también quería porque nunca me lo habían pedido (risas).

—¿Cuándo empezó la enfermedad?

En junio del año pasado se enfermó y de ahí todo se vino para abajo. Ha sido demasiado fuerte, pero se portó como los grandes, no dejaba de correr y luchar con los chicos, no se quejaba y seguía. 

Aunque iba al médico, le decían que era una gastritis y lo devolvían. Ya en enero se nos complica un poco más de salud, eran muchos dolores, vómitos. Para febrero, cuando entraron a clases, igual corría con ellos. Ahora me recuerdo y me duele un poco el decir: 'hubiéramos parado, siempre corríamos', él, por un lado, yo por el otro y nos reencontrábamos en la noche en la casa. '¿Qué hiciste? ¿Cómo te fue? ¿Cómo se portaron ellos?'.

Ya desesperada porque los médicos de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) lo devolvían cada vez que acudía, Evelyn buscó una cita en un hospital privado, pidiéndole a Dios que le ayudara a pagarlo.

En menos de dos horas Evelyn tenía el dinero de los exámenes para Luis en su cuenta, y, aunque agradece esto con todo su corazón, un sentimiento también salió a la luz. 

"A veces digo que quisiera que todas las bendiciones económicas me las cambie por la salud de Luis. No es ser malagradecida, pero es lo que uno quisiera". 

—¿Qué salió en los exámenes? 

El médico nos dijo que había algo que estaba tomando la espalda, tenía unas vértebras quebradas y de ahí venía mucho de su dolor, estaba como en el canal de los nervios. Ahí nos dijeron que todos los síntomas que él tenía y con la resonancia se veía que había un cáncer y que necesitaba muchísimos exámenes para saber qué era. Es algo que no se quiere escuchar. 

Fueron enviados con referencia al Servicio de Emergencias del Hospital Calderón Guardia, donde recibieron la noticia que cambiaría sus vidas.

—¿Qué se lleva usted en el corazón del día que su matrimonio?

El amor de todos, de mi gordo, la fe de él, de verme y decirme 'mi amor voy para adelante'. No cambio nada de ese día. No importa un hospital o lo que fuera, fue especial de muchísimas maneras. El que hicieran videollamada a mis hijos y oírlos gritar de la emoción. Oí a mi abuelita atrás gritando. Fue lo más lindo que Dios me pudo dar. Si Dios no nos hubiera regalado este momento, tal vez no hubiera podido llamarlo mi esposo. 

—¿Cómo es su día a día ahora con Luis en el hospital? 

Tenemos cinco chicos y es un corre corre. Andy y Melo van al CAI de Guadalupe, los otros dos van a otra escuela. Es un correr intenso, es un acordarme de que Luis está en el hospital, que está fuerte y está intentándolo y que yo tengo que ser fuerte para él, para mis hijos.

Me decían que tenía que seguir mi vida normal y yo digo: '¿Qué hay de normal en esto?' Son mis pollos viendo una situación que no conocen y no saben. Él tenía que pagar la casa, pagar la luz, estar pendientes, el apoyo económico.

—¿Usted es la que está aportando a la casa?

La silla de Melody ya no le queda, lo que la ha frenado mucho para seguir con sus actividades del día. 

A pesar de eso, asegura que la ama y la trata como una hija más. 

"Hay que tener el cuidado de estarla bajando de la silla porque se puede ulcerar la espalda, los costados, es una responsabilidad grande. Yo quiero que esté bien y quiero que ella viva. Ella tiene su condición de salud, pero ella tiene que vivir y no es lo mismo estar vivo que vivir. Hay que compartir, salir, ir a la pulpería, llevarla", dijo.

—¿Qué se dice a usted misma para motivarse a seguir adelante?

Que le dé gracias a Dios por estos tiempos, aunque han sido duros, porque puedo buscar esas gotas de vida que me ayuden en un futuro si no está. Esas gotas de vida para mis hijos. Hemos corrido siempre sin parar, y ellos necesitan esos recuerdos con su papá porque yo no los voy a poder suplir en su momento. Sigo agarrada de la mano de Dios, a quien pido que me conceda un milagro para él. Es inimaginable, porque sé que para el mundo es imposible, pero para él no. Pero es su voluntad, no la mía. Le pido a Dios que me dé fuerza para sobrellevar todos los sentimientos de mis hijos y que Luis esté tranquilo.

Esta madre, que lucha hasta las lágrimas por su familia, le pide a Dios que sus hijos se queden con ese sentimiento de fuerza, de lucha y de fe. Y que se acerquen a Dios, porque él ha estado siempre ahí. 

Si desea apoyar a esta familia con una donación, puede hacerlo por medio de Sinpe Móvil al número 7091-4530, a nombre de Evelyn Navarro.

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