Por Glenda Solano |10 de marzo de 2023, 19:30 PM

¿Por qué es común encontrar casos de machismo desde edades tempranas? ¿Es posible prevenirlo desde la niñez?

Teletica.com entrevistó a la psicóloga infantil Glenda Morera Garro para buscar respuestas a estas y otras interrogantes.

Suelen sobresalir frases o comentarios como “los que se pelean se aman”, “que los niños no pueden llorar”, “que son el hombrecito de la casa”, “y que no deben lavar o ayudar en labores de la casa”.  ¿Por qué sucede esto?

Vivimos en una sociedad marcada por el patriarcalismo, donde los roles asignados a los géneros están muy establecidos de acuerdo con el sexo de la persona. En donde se establece que los niños tienen que hacer toda una construcción de su identidad bajo ‘x’ cantidad de actividades, en las cuales la parte emocional se ve muy lacerada, donde no tienen derecho a expresar emociones o sentimientos, porque parte de las emociones son ‘femeninas’. 

Van haciendo esa diferenciación que va sesgando y separando toda la parte del afecto.

 Tenemos ahora maternidades y paternidades con visiones distintas y se han hecho microconstrucciones de diferentes masculinidades, pero, definitivamente, la sociedad sigue marcando con comentarios como “estás haciendo a ese niño muy sensible, o estás haciendo a esa niña muy masculina”. 

¿Qué se puede hacer si un esposo desautoriza a la mamá cuando da una indicación a los hijos?

Eso es supercomplejo. Y muchas veces son las mismas mujeres las que quitan esa labor. Las mujeres somos las principales encargadas de la crianza de los niños y las niñas. Entonces somos unas de las principales promotoras de los mismos roles de género y de la misma masculinidad, con expresiones como “Yo tengo un machito, y los hombres en la cocina huelen a gallina, entonces mi niño que no entre a la cocina”. 

Y desde la casa, la visión que se ha dado de la figura paterna y masculina es de autoridad, de poder, de superioridad, de control. A veces mamá, o quien ejercer el rol de figura femenina, da una indicación, y papá dice “ay, venga, no le haga caso, que vaya ella si lo necesita”.

Desvalorizan esa posición o indicación que ha dado la mamá y eso genera que el menor de edad la vea como una persona inferior y vulnerable a la cual no tiene por qué seguir indicaciones y cuando le diga algo, le puede decir “no, no me diga nada, porque mi papá es el que dice”.

¿Considera usted que influye el factor socioeconómico en el machismo?

No necesariamente. La parte económica no te quita o te pone más factores expuestos al machismo y a la violencia. Desde los pocos recursos económicos que una tenga, igual se pueden dar muchos patrones del machismo, hasta personas con élite, estudios y títulos académicos, también pueden ser machistas extremos. Entonces la economía no es sinónimo de más o menos machismo.

¿Cómo podemos enseñarle a los pequeños desde la crianza a combatir el machismo?

Creo que tenemos que empezar por las personas criadoras de estos pequeñitos de la casa, porque ellos van siguiendo tus ejemplos, tus comentarios y tus patrones de crianza son los que los van formando. Entonces, hay discursos que se le escuchan a niñitos que definitivamente no son discursos de un niño, utilizando términos peyorativos sobre otros niños cuando ni siquiera saben lo que significa eso. Y si le preguntas, “¿dónde escuchaste eso?”, van a decir “es que mamá dijo, papá dijo, es que mi tío dijo…”. Pero entonces en los contextos en que tenemos a los niñitos en escuelas, guarderías, todo lo que tenga que ver con redes de cuido, podríamos empezar con la promoción de que todos los roles de género son revueltos, no hay tareas de niñas y tareas de niños, aprender a hacer las cosas de la casa les ayuda a ser funcionales. Asumir las labores, aprender a apoderarse de un mismo, no le hace ni menos hombre ni menos mujer. Entonces es ir poco a poco sin hacer diferencias entre niños y niñas, sino haciendo promoción de habilidades y destrezas que cada persona tiene.

¿Con qué actividades lúdicas o educativas se puede explicar a los menores que está mal discriminar por el género? Esto haciendo mención de que se dice que algunas profesiones como ser futbolista es de hombres o que jugar con muñecas es solo de niñas.

Se debe enseñar que todos los juegos que estén relacionados con la crianza, con la casita, con los quehaceres, las muñecas, no tienen sexo. El sexo es algo biológico, los juguetes por ende tampoco dan identidad de género, te dan herramientas para la vida. Entonces, ¿qué juego? Cualquier juego que se pueda hacer. ¿Juegos deportivos? Van todos por igual a hacer deporte, niños y niñas. Para poner un ejemplo, yo nunca he visto un partido de fútbol americano de chicas, por eso hay que promover. ¿Qué pasa con muchas academias de gimnasia? Solo dan clases para niñas, no para niños.

¿Se está trabajando desde las escuelas y colegios a nivel país en temas de inclusión por género?

Es un tema muy delicado porque a nivel del Ministerio de Educación Pública, si hay respaldo de las regionales, se podrían empezar a promocionar diferentes cosas, pero, es muy difícil poder lograr equidad y evitar la discriminación. Seguimos titulando a algunos chiquitos de amanerados por decírtelo bonito, de afeminados. Creo que con los cabellos hay más flexibilidad, aunque mucha institución educativa privada todavía es como “no el cabello largo es de niñas”, y lo tienen así establecido en sus reglamentos. Pero desde la educación depende de la visión de cada docente, por eso es que se vuelve quizás más complejo porque hay personas todavía muchísimo más tradicionales y hasta ortodoxas. Entonces, si no se tienen las herramientas personales para no discriminar por género y promover equidad, no lo va a poder promover a los niños y no le va a poder enseñar al respeto generalizado desde las diferencias de género. 

Por ejemplo, yo sé que hay instituciones educativas cuidando al máximo a sus estudiantes que quieren hacer un proceso de cambio de identidad y de nombre, a que sus títulos de bachillerato aparezcan con el nombre del cambio que van a hacer después. Pero ante el Registro Civil, como no han cumplido los 18 años y no han hecho ese proceso de cambio, su título tampoco puede salir con este nuevo nombre, por decirlo. Entonces sale, por ejemplo, como “Glenda Morera Garro, conocido como Juan Morera Garro”, más no con el nombre con el que se identifican. 

En las instituciones educativas, que es donde los niños y niñas más pasan en el día, también es donde quizás están más expuestos a críticas, a burlas y a discriminación en general.

 Es lo complejo del sistema educativo, por ejemplo, yo he escuchado docentes que dicen “a mí no me pongan a hablar de eso, a mí no me digan que hacer si este niño quiere expresar conductas femeninas, a mí que nadie me obligue a eso”, y no es obligar, es simplemente respetar. Pero es la posibilidad apertura que pueda haber desde la docencia. Y desde el sistema educativo, desde lo político, porque si no viene desde arriba, hay personas que no van a seguir indicaciones, aunque sea algo desde la humanidad.

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