Por Natalia Jiménez Segura |9 de mayo de 2021, 8:24 AM

El proceso que pasan las personas con cáncer es muy complicado por sí solo, pero en el último año la situación empeoró con algo que nadie veía venir: el COVID-19. 

La mayoría de los pacientes oncológicos enfrentan tratamientos con consecuencias físicas y emocionales importantes, que el coronavirus llegó a detonar. 

Esta población es de bastante riesgo ante la enfermedad causada por el virus SARS-CoV-2. Según Ronaldo Loría, especialista en Oncología Radioterápica, los pacientes con cáncer tienen hasta cinco veces más posibilidades de fallecer en una UCI.

En una entrevista con Teletica.com, el médico explicó el abordaje de los enfermos cuando el COVID-19 se une al cáncer. Puede repasarla a continuación. 

¿Por qué las personas con cáncer son de alto riesgo? 

En estos pacientes el origen de su cáncer fue, en el fondo, una violación de la capacidad inmunológica del organismo de reconocer una célula que empezó a crecer de forma descontrolada. Ya, de por sí, acarrean una deficiencia en reconocer algo anormal y lo autorizaron como normal porque no se atacó.

Además, dentro de las estrategias de tratamiento, algunos tipos de medicamentos podrían disminuir la capacidad de respuesta a agentes expertos, entonces dependiendo el tipo de fármaco, eso pude reprimir la capacidad de respuesta.

¿Existe alguna diferencia en los síntomas del virus que presentan los pacientes oncológicos?

Los estudios iniciales y primeros reportes de China o Europa manifestaban que, si usted tomaba una persona de la población general contra una persona con cáncer, la persona con cáncer tenía una mayor posibilidad de requerir hospitalización. Cuando ya está hospitalizado, el paciente con cáncer tiene mucho más riesgo de requerir una cama de Cuidados Intensivos e incluso de fallecer, en comparación con alguien de la población general que terminaba en camas de UCI.

Se multiplica el riesgo por cinco en personas con cáncer. Pero esto se potencia cuando el cáncer es en la sangre, como leucemia. Los tumores sólidos son menos propensos, tienen riesgo importante, pero es menos probable en comparación con pacientes que tienen tumores en la sangre.

¿Cómo se abordan estos pacientes que llegan a estar hospitalizados? ¿Hay alguna diferencia con pacientes COVID-19 "regulares"?

En realidad, el hecho de tener cáncer no es sinónimo de muerte y no es justificación para no brindar todas las atenciones solo por el diagnóstico, es el estado funcional lo que determina si realmente hay que ser tan agresivo o invasivo con los pacientes. Por ejemplo, una mujer puede tener 40 años y un tumor de mamá de un centímetro, no por eso vamos a negarle una atención en comparación con una mujer de la misma edad. El diagnóstico no contraindica para nada.

Hay que fijarse en el estudio clínico y cómo la situación de cáncer ha afectado la economía de salud del paciente y determinar si efectivamente da una expectativa de vida que no justifica ser tan invasivo. Esta situación es casi que para estadios de enfermedad terminal.

No se permite que solo por el diagnóstico se reserven medidas de rescate o de salvamento, solo en pacientes en fase terminal donde ya se han acabado todas las alternativas oncológicas, pero eso es poco usual en el cotidiano nacional.

¿Cómo se maneja el tema de vacunación?

Los estudios que han avalado del uso de la inyección y que han demostrado efectividad han incluido población pequeña de pacientes con cáncer. El tiempo de aprobación y la cantidad de pacientes no ha permitido eso. Hay organismos que han autorizado de emergencia el uso de la vacuna porque se ha visto que los riesgos son pequeños en comparación de los beneficios, una autorización de emergencia no quiere decir que sea una autorización definitiva. Este es el caso para las vacunas Moderna, Pfizer y Johnson&Johnson.

Las otras no tienen, de momento, aprobación de la FDA, pero no tenerla no significa que no sirve.

¿La vacuna se puede aplicar en pacientes con cáncer?

Todas se pueden aplicar en pacientes con cáncer, por eso, la recomendación es aplíquese la vacuna en el momento que esté disponible.

Las excepciones van a ser para pacientes que tienen una enfermedad en la sangre, que requieren terapia celular, trasplante de autólogo o alopático. La otra contraindicación es de pacientes que tienen leucemia y requieren de dosis de inducción, que podrían disminuir el sistema inmunológico. Ante estas circunstancias, se recomienda atrasar la vacuna tres meses después de eso.

De todas las leucemias, hay que preguntar al doctor cuál es el medicamento que se está aplicando para que la respuesta de la vacuna sea la más adecuada.

Por eso es que ustedes continúan insistiendo en la vacunación de estas personas...

Todo paciente con cáncer, que haya tenido cáncer o que vaya a iniciar un tratamiento por cáncer debe aplicarse la vacuna. Apenas lo llamen debe aplicársela, no existe contraindicación. Una persona que padece de cáncer de próstata, que es muy común, y que va a iniciar su proceso de radioterapia, debe aplicarse la vacuna.

¿Antes sería lo ideal?

Antes, durante o después del tratamiento, no importa. La idea es que apenas esté disponible la vacuna que se aplique.

Hay guías que dicen que también al cuidador sería prudente vacunarlo. Esto es algo que no se puede generalizar en todos los países, especialmente acá que tenemos un suministro de vacunas limitado. Acá el acompañante se vacunará cuando ya le toque su grupo de riesgo, de acuerdo a las reglas del Ministerio de Salud.

¿Tienen información de secuelas post COVID-19 en estas personas?

Como es un subgrupo bastante limitado que se está estudiando, todavía no están claras las secuelas para los pacientes con cáncer. Lo que se puede hablar son las secuelas en general de pacientes que han tenido COVID-19, que se traslapan al grupo de pacientes con cáncer. Se ha hablado de fatiga, de trastornos de respiración, dependiendo de la gravedad pulmonar que haya causado la infección.

¿Qué porcentaje de las personas con cáncer y COVID-19 fallecen?

No se tiene ese dato a ciencia cierta, lo que sí tenemos son los resultados de que existe un riesgo mayor, un riesgo que ronda cinco veces tener posibilidad de morir si el pacientes ingresa con cáncer a una Unidad de Cuidados Intensivos por infección de COVID-19.

¿Los pacientes con cáncer están en grupo 3 de vacunación?

Si, el grupo tres del Ministerio de Salud.

Usted, como doctor, ¿tiene alguna experiencia con estas dos enfermedades que lo haya marcado? 

Un paciente que estábamos estudiando por cáncer de próstata y no pudo completar sus estudios de trabajo diagnóstico porque se infectó de COVID-19 y falleció por eso. Lo que tenía era un cáncer de próstata con altas posibilidades de ser tratado y con resultados oncológicos exitosos a 10 años, pero no pudo ni tan siquiera ingresar al tratamiento porque falleció de COVID-19.

Tener cáncer de por sí ya es complicado...

Un diagnóstico de cáncer, de por sí, es un problema severo para toda la familia. Hay un estigma de fondo, para que se agrave con una hospitalización y perder el contacto completo con el familiar digamos que es complicado. Se tienen que separar las personas forzosamente de su núcleo familiar, que con el cáncer no pasa. Cuando a alguien le diagnostican cáncer todos en la familia se acercan, con el COVID hay que aislarlo. La ansiedad y la angustia en las familias se duplica.