Por Luanna Orjuela Murcia |15 de noviembre de 2021, 7:35 AM

La diseñadora costarricense, Linda Liz, lanza en diciembre una nueva colección de su marca 33:3, la cual es muy versátil e inclusiva, pensada en mujeres con condiciones oncológicas.

Liz vivió en Costa Rica hasta los 18 años y se fue a Los Ángeles (E.E. U.U.) a estudiar moda. Logró posicionarse como jefa del departamento de Democracy/ Wit&Wisdom, una marca de gran calado dedicada a diseñar y producir prendas para grandes casas de moda en ese país. En 2019 decidió renunciar para seguir su sueño: tener su marca propia.

La diseñadora iba a iniciar su línea contemporánea cuando llegó la pandemia y todo cambió. Recibió un golpe muy duro en Semana Santa del 2020 al enterarse de que su amada hermana, Nicole, había sido diagnosticada con cáncer.

Linda Liz instruye a las modelos antes de la pasarela del CRFashion Week.

La joven de 28 años decidió viajar hasta Texas, Estados Unidos, donde vive su hermana para acompañarla durante ese duro proceso.

Al empezar su tratamiento con quimioterapia, Nicole empezó a notar que la ropa le quedaba ajustada e incómoda. “Nicole y yo empezamos, como un escape, a diseñar mientras ella estaba en su quimioterapia, y ella me contaba que estaba triste por el tema de la ropa, y entonces 33:3 nació de la necesidad. La idea es resolver diferentes aspectos de esos problemas”, comentó Liz.

33:3 es una marca athleisure, es decir, un tipo de ropa deportiva que se puede utilizar de diferentes maneras. Se caracteriza por ser muy versátil, se puede usar tanto para hacer ejercicio, como para estar en la casa; para ir a una reunión de trabajo o para ir por unos tragos. Esto es lo que hace especial a esta marca, ya que no es para una situación específica, sino que se adapta al día a día de quien la use.

“Desde que diagnosticaron a Nicole de cáncer ha tenido que pasar por radiación y quimioterapia y surgieron otras condiciones médicas como la ileostomía (es un procedimiento quirúrgico en el cual una porción del íleon se expone a través de una abertura en la pared abdominal, para permitir el paso de heces). De ahí nació el proceso de inclusión dentro de la marca porque son productos accesibles para personas con condiciones oncológicas y de ostomías y que, además, cualquier otra persona que quisiera ponérsela se va a sentir súper cómoda utilizando”, dijo la diseñadora tica radicada en Miami.

Hay prendas de la colección que se pueden usar de muchas formas distintas, por ejemplo: la camisa que aparece en las imágenes adjuntas. Se le pueden quitar las mangas y se puede usar de manera reversible. “Lo cool es que inviertes en una pieza que te brinda muchas opciones y no te limita, son muy versátiles”.


Además, cuando Liz pensó en su marca quiso que fuera lo más sostenible posible, así que hizo un proceso de sublimación diferente.

“En 33:3 hacemos un proceso de sublimación doble (imprimir en telas). Las piezas se subliman por arriba y abajo, este proceso es con tinta controlada, entonces no termina en los recursos de agua, es mucho más sostenible en comparación a otras técnicas de teñido que son bastantes tóxicas”, mencionó Liz.

Algunas prendas tienen macramé que son hechos a mano por mujeres de Antioquia, Colombia. Liz las apoya y además añade un estilo muy artesanal a su colección.

¿Por qué se llama 33:3?

“Se llama así por Jeremías 33:3 dice: 'Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces'. Durante la pandemia y por lo que pasó con Nicole, nosotras agarramos mucha fuerza de nuestra fe. Además, el tres siempre ha sido nuestro número favorito. Cuando encontré este versículo lo compartí con mi hermana y a ambas nos gustó muchísimo y nos pareció especial, quisimos que el nombre no fuera solo un nombre sino un propósito, como todas las piezas que están caracterizadas por el propósito. Todo lleva mucho detalle, amor y dedicación en su forma más completa. Todas estas virtudes las tiene mi hermana Nicole”.

Al trabajar por muchos años en una empresa estadounidense de ropa, cuando decidió emprender en Costa Rica, la diseñadora se enfrentó a muchas trabas y dificultades. 

“Yo tenía la mejor voluntad de maquilar en Costa Rica, pero una de las cosas principales que me di cuenta es la falta de recursos e insumos en Costa Rica, y tuve que recurrir a maquilar en Medellín, Colombia y es súper triste porque me hubiera gustaría poder desarrollarlo en Costa Rica, pero la industria sigue muy atrasada respecto al mundo”.

La próxima cápsula saldrá en diciembre y en enero espera sacar otra, cuyo color predominante será el turquesa, el color favorito de su hermana.

En este momento se está trabajando en la producción de más piezas que se lanzarán próximamente. Si usted desea apoyar a esta emprendedora puede seguirla en sus redes sociales como @33.3_lindaliz.

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