Por Mariana Valladares 24 de julio de 2025, 9:56 AM

Hulk Hogan, uno de los nombres más reconocibles y queridos en la historia de la lucha libre profesional, murió este jueves a los 71 años, según confirmaron medios estadounidenses como TMZ.

La noticia fue recibida con pesar por millones de fanáticos en todo el mundo que crecieron viéndolo levantar cinturones, derribar gigantes y pronunciar su icónica frase: “Say your prayers and eat your vitamins, brother.”

El verdadero nombre del luchador era Terry Gene Bollea, pero para el público fue siempre Hulk Hogan: un personaje musculoso, carismático, con su bigote rubio inconfundible y su cinta en la frente. 

Su carrera despegó en la década de 1980, convirtiéndose en el rostro principal de la WWF (hoy WWE) y en protagonista de combates históricos junto a otras leyendas como André the Giant, Randy Savage y The Ultimate Warrior.

Más allá del ring, Hogan se convirtió en figura mediática: participó en películas, series de televisión y comerciales, y su imagen trascendió el deporte para convertirse en ícono cultural. Fue parte fundamental del auge global de la lucha libre, ayudando a que millones de personas se conectaran con este espectáculo que mezcla acción, drama y entretenimiento.

A lo largo de su carrera, Hogan ganó múltiples títulos mundiales y fue incluido en el Salón de la Fama de la WWE en 2005. Sin embargo, su vida no estuvo exenta de polémicas: escándalos legales, conflictos contractuales, problemas de salud y episodios personales salieron a la luz en distintos momentos. Aun así, su legado como pionero y embajador de la lucha libre permanece intacto.

Hulk Hogan no fue solo un luchador. Fue una era, una actitud, un movimiento que bautizó como Hulkamania. Su mensaje de fuerza, perseverancia y espectáculo seguirá vivo en la memoria colectiva de generaciones de fanáticos.

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