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Mateo Quintavalle: “Los ticos son expertos en dos cosas: juzgar y olvidar rápido”

Con una simpatía muy peculiar al igual que su forma de hablar, el italiano Mateo Quintavalle, que además se consideraba un verdadero tico...

Por Luis Jiménez |3 de junio de 2014, 9:39 AM

Con una simpatía muy peculiar al igual que su forma de hablar, el italiano Mateo Quintavalle, que además se consideraba un verdadero tico, conversó durante una hora con el periodista y presentador, Edgar Silva, en “Las Paredes Oyen”. 
 
En este nuevo episodio el protagonista habla abiertamente sobre su situación judicial, sentimental y de vida, que lo trajo hasta Costa Rica donde vivió por varios años hasta que el viernes 28 de marzo falleció víctima de un paro cardiorespiratorio.
 
Quintavalle, dice en muchas ocasiones estar cansado de lo que él considera una persecución judicial. Sin embargo, este empresario fue protagonista de polémicas inversiones en Costa Rica que lo llevó a pasar seis meses en la cárcel hasta pagar una fianza para quedar en libertad.
 
Quintavalle no oculta su preferencia sexual, el italiano cuenta desde su salida del país que lo vio nacer (Italia) hasta encontrar el amor de su vida en un costarricense que laboraba en Estados Unidos, y sus polémicas compras de jugadores.
 
“Yo quería ser sacerdote y… nada, luego salí gay, feo y gordito. Por eso abandoné Italia porque mi familia no me quería como era”, dijo Quintavalle.  
 
Para Mateo, él demostró en este país que el futbolista no es bueno, todo depende de la plata que tiene.
 
“Yo me enamoré de Costa Rica porque aquí te juzgan y no pasa nada, todos olvidan rápido, también valoro la felicidad de los ticos. En mi país si te juzgan te clasifican y chao, si usted es una mala persona por cuatro generaciones seguidas así lo será”, dice Mateo. 
 
Su paso por la cárcel es algo paradójico porque a pesar de que lo privan de su libertad parece que lo disfrutó, describe que el trato de los presos en San Sebastián fue bueno, a tal punto de enamorarse de un joven de 19 años llamado “Beto”.
 
Su éxito en los negocios fue muy bueno, porque de pintar casas en Estados Unidos pasó en tan solo nueve años a tener su propia compañía, luego incursionó en bienes y raíces, pero la ambición fue tanta que pasó del anonimato a la popularidad gracias al futbol. Este paso que dio en falso fue el causante de su desgracia. 
 
“No medí las consecuencias cuando invertí en futbol, yo quería promocionarme para aumentar mis inversiones pero eso me llevó a querer suicidarme en los últimos años porque en cualquier momento siento que me van allanar mi casa, otra vez, y lastimar a mi familia”, agrega Quintavalle.
 
No se pierda la entrevista completa de Mateo Quintavalle en “Las Paredes Oyen”  en www.teletica.com.