Por José Fernando Araya |18 de agosto de 2018, 16:56 PM

Marc Anthony deleitó una vez más al público costarricense. Su fanaticada es de las más fieles, pues concierto a concierto, el salsero regala las mismas canciones, como aquel plato favorito que nunca falla.

La novedad es poca, pero el simple hecho de su voz y la fuerza de sus canciones hace que a donde vaya la fiesta se encienda y esta vez el Estadio Nacional abarrotado de cerca de 20 mil personas dio fe de ello.

A las 8:15 p. m. y tras dos shows seguidos de los teloneros Mau y Ricky (hijos del cantante Ricardo Montaner) y Los Tenores el escenario vio como el boricua llenaba de vida a los miles de ticos.

Primero fue su banda la que comenzó a tocar los primeros acordes de “Valió la pena” para que dé un momento a otro el artista apareciera del fondo del escenario para comenzar con el sabor de la salsa.

Luego siguió con “Y hubo alguien” que inmediato puso a prueba las gargantas de los ticos, en su mayoría mujeres.

El remate de su primera intervención fue con “Hasta ayer”. La canción de despecho fue coreada por todo el estadio en una sola voz.

Una a otra, los grandes éxitos de su carrera, y conocidos por todos, fueron apareciendo sin sorpresa de nada. Así salieron “Flor Pálida”, y “Contra la corriente”.

El éxtasis tomó la noche con un mix de baladas con el himno de Juan Gabriel “Abrázame muy fuerte”, que inmediato acompañó con “Ahora quién” y concluyó con un pedazo de “¿Y cómo es él?” de José Luis Perales pero que es prácticamente suya.

Casi sin descanso y ante el cuarto menguante de la luna que posaba por La Sabana, Marc Anthony deleitó con la poderosa fuerza de su salsa más fuerte: “Vivir lo nuestro”.

Ya para el final se reservó tres éxitos antes de la única pausa de la noche: “¿Qué precio tiene el cielo?”, “Te conozco bien” y “Mi gente”.

La noche la cerraría con todo el público de pie y sudado tras la bailada que más de uno se pegó con dos de sus más grandes éxitos, su reconocida “Tu amor me hace bien” y el último de sus himnos más recientes “Vivir la vida”.

Marc Anthony es un plato ya conocido, pero es esa vieja receta que siempre cumple, que no falla. Como una caja de chocolates que trae varios sabores (baladas, algo de pop y salsa), pero que inmediatamente se convierten en los que siempre compra la gente.

Es decir, un show garantizado.