Por Luanna Orjuela Murcia |5 de enero de 2022, 9:48 AM

Ser youtuber es ahora considerado una profesión. En nuestro país hay varias personas que se dedican y viven exclusivamente de los ingresos que generan por la creación de contenido. Este es el caso de Germán Rodezel (2.08 millones de suscriptores), Yo Soy Pollo (185.000) y Diego Bravo (139.000). 

Rodezel tiene apenas 22 años y su oferta de contenido es muy variada; empezó en 2009 a editar videos en el celular de su papá. De ahí nació la idea de empezar a experimentar con efectos especiales, luego con videojuegos, luego se interesó por los temas de estilo de vida y de humor. Recientemente, se decantó por el contenido musical.

"Agarro música popular del momento y las cambio a diferentes géneros o recreo canciones en YouTube. Ahora me cambié más a TikTok para promover la música que estoy sacando como artista", comentó el joven.

Pablo Ugalde tiene 30 años y es conocido como Yo soy Pollo (apodo que le pusieron en la adolescencia cuando lo compararon con el personaje animado, Chicken Little), inició en el 2015 con su canal.

"Yo hacia shows de comedia cristiana y conforme fue pasando los años, fue saliendo naturalmente lo de Yo Soy Pollo. Éramos un crew que todas las semanas sacábamos videos diferentes y luego pasamos a otras plataformas. En el último año, emigré a otras plataformas, ahora estoy muy activo en TikTok (300.000 seguidores), Instagram y Facebook", contó el vecino de San Pedro.

Yo Soy Pollo se especializa en la comedia, relata sketches, teorías conspirativas, entre otros. También hace videoblogs de viajes y tiene una sección que se llama versus, donde busca responder a preguntas como, por ejemplo, cuáles son los restaurantes que tienen las mejores papitas.

"Esto me ha dado la oportunidad de conocer varios países como Colombia (allí hizo amistad con Luisito Comunica, uno de los youtubers más importantes de Latinoamérica) Argentina, Panamá, México y Guatemala", acotó.

Wilmer Vallejos, Pablo Ugalde, Salvi Cazorla, Andrés Fernández y Marco Mora. Foto del 2016, en los inicios del proyecto.


Diego Bravo vive en Estados Unidos, pero viaja a menudo a Costa Rica. Este youtuber se especializa en contenido de farándula, chisme y espectáculo costarricense. "Encontré un espacio que estaba vacío porque no había creadores de contenido enfocados en esa área así que aproveché la oportunidad".

El herediano de 31 años comenzó hace casi seis años a crear contenido. "Empezó como un hobby, nunca imaginé que llegaría a vivir de esto".

¿Cuáles son los principales retos para un youtuber costarricense?

​Para Yo Soy Pollo el principal reto es ganarse al público, tener un contenido real y de entretenimiento puro. 

"Los youtubers tienen que ser editores de videos, creativos, constantes, deben saber captar el público de mil formas distintas. Es mandarse al agua, y no pensarlo tanto", dijo el vecino de San Pedro.

Según Rodezel, ignorar las críticas es lo más difícil. "Sí, a uno le preocupa mucho cómo lo ven los demás. Cuando comencé nadie cercano sabía y cuando empecé a crecer ya se dieron cuenta, y eso fue una ventaja porque no tenía opiniones. Es importante no dejar que las opiniones afecten lo que uno quiere hacer".

Y Bravo, siente que el reto más grande es el hecho de poder monetizar el contenido. Esto porque la visualización que paga YouTube a Costa Rica es mucho más baja comparada a México o Estados Unidos. "Para nadie es un secreto que los creadores de contenido tenemos una ganancia menor a otros del extranjero". Él contó que en los mejores meses ha monetizado hasta $1.500 por ser youtuber.

Menos ingresos 

Lo que señaló Bravo, lo refuerzan sus colegas. Yo Soy Pollo explicó que por cada mil reproducciones en Costa Rica pagan alrededor de $1, en México $2 y en Estados Unidos hasta $6.

"La diferencia es que en esos países hay más personas y más pautantes. En Costa Rica claro que hay anuncios, pero hay más en México y en Estados Unidos. Lo más importante no es irse a vivir a otro país, si no tener público externo; tengo varios amigos que monetizan por su público mexicano", mencionó Yo Soy Pollo, quien monetiza alrededor de $300 en YouTube. 

Rodezel agrega que "la diferencia de Estados Unidos con el resto de Latinoamérica es que se paga muy diferente, porque existe el CPM (costo por mil), o sea el dinero por 1.000 vistas. Estados Unidos tiene muchos más anunciantes y campañas publicitarias, se mete más dinero en las plataformas y en Latinoamérica es más bajo. Hasta comparando Costa Rica con México, también afecta, por el tamaño de países, anunciantes y empresas".

Pero entonces, si Bravo vive en Estados Unidos ¿por qué no gana lo mismo que un youtuber americano? Esto es porque todos sus usuarios son costarricenses. "Yo me he enfocado en el contenido costarricense porque a mí me gusta, me atrae y aparte de ser un trabajo es una forma de divertirme, aparte de ganar dinero, me gusta hablar de temas que sean de mi interés personal. Aparte que no solo monetizo YouTube, sino Facebook y TikTok".

¿Pagan impuestos?

Yo Soy Pollo indicó que en Costa Rica, a las ganancias por YouTube no se les cobra impuestos, sin embargo, el dinero que genera por marcas sí se factura.

El caso de Bravo es diferente porque él vive en Estados Unidos y su cuenta fue creada desde allí. Está enlazada a un banco americano con su número de seguro social. "Todas esas ganancias se reportan al seguro, el Gobierno sabe cuando dinero haces y lo reportas para los impuestos anuales".

¿Cómo se monetiza en YouTube? 

Para poder monetizar en esa plataforma digital, se debe tener una cuenta de YouTube con un mínimo de 1.000 seguidores, contar con 4.000 horas de reproducción en el último año y ser mayor de 18 años. 

La ganancia depende del tiempo de visualización, es decir, se puede tener un video de 10 minutos, pero si el usuario solo ve un minuto y no consume el video completo, la ganancia será menor.

Si un video dura más de ocho minutos, YouTube da la oportunidad de meter varios comerciales dentro del video, tanto al inicio como al final, para monetizar más.

¿Una carrera para siempre?

Rodezel ahora está promocionando su carrera como artista.

Rodezel considera que esta es una carrera que en el futuro va a ser más formal, sin embargo, Bravo cree que es muy volátil: "las redes sociales son muy pasajeras, y momentáneas, es una profesión temporal".

Si desea estar al tanto de los contenidos de estos jóvenes puede seguirlos en sus cuentas como @rodezel @yosoypollo y @eldiegobravo.

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