3 de noviembre de 2013, 1:59 AM

Esta vez no parecía un concierto, parecía una reunión de amigos. Mayte, Isabel y Fernanda fueron saliendo una a una al escenario para despertar los gritos de un abarrotado Palacio de los Deportes.

Desde el inició el ambiente dio paso al canto. Vanesa Gonzalez, la artista nacional encargada de abrir, seleccionó un fino repertorio de covers para motivar la garganta de las asistentes (y será feminino, porque en su mayoría las mujeres dominaron ese lugar).

Vane, recibió un aplauso maravilloso del público que la motivo a tocar sus temas propios, un par de baladas que de verdad tenían sentimiento.

Justo después una por una fue saliendo Pandora. Mayte fue la encargada de presentarse al público que se volvió loco al verle, los mismo pasó con Fernanda –la segunda en salir-, sin embargo, Isabel llegó para quedarse sin poder cantar.

Al grito de la gente, Isabel no pudo contener el llanto y de una vez se entregó por completo, al punto que sus compañeras tuvieron que cantar por ella.

Con un gran sentimiento solo se le podían ver entre los labios, “gracias”. Cómo todas unas verdaderas estrellas comenzaron un espectáculo fino y digno de ver.

Un público tico por completo entregado a cada una de las canciones que se interpretaba. Gritos, coros y aplausos sonaban en cada acción de las integrantes del trio mexicano, pero no era para menos, ellas se entregaron al público.

Al parecer ellas son conscientes que un artista sin sus fanáticos no es nada, involucraron tanto a los asistentes que abrió más ese espacio de diversión.

En un pupurri de voces todas las canciones tuvieron sus coros a lo tico.

Faritt, uno de los fanáticos más jóvenes del lugar, se robó el gran aplauso de todos al subir al escenario a cantar con sus estrellas favoritas. Con todo sentimiento Faritt cantó la maldita primavera con Pandora.

Así se acercaron fanáticos, regalos y saludos al escenario en el cual no había seguridad apartándolas del público.

No faltó nada –salvo que alguna canción quedará fuera- o más bien faltó tiempo para que ellas siguieran interpretando para los fanáticos que no querían ver el fin del espectáculo.

“Fue un encuentro tan pequeño” que sin ningún problema pudo haberse extendido para seguir cantando.