Por Deutsche Welle |3 de diciembre de 2020, 13:58 PM

En total en los once primeros meses del año, casi 20.000 migrantes africanos llegaron al archipiélago atlántico tras superar un peligroso viaje en precarias embarcaciones, en algunos casos por cientos de kilómetros, desde la costa de África.

Es un número diez veces superior al registrado en el mismo periodo de 2019 (1.993 personas), y significa un enorme flujo que ha desbordado las infraestructuras de recepción en las islas. Del total, el 75% llegó entre septiembre y noviembre.

Este pico de llegadas trajo a la memoria la pasada crisis migratoria en Canarias, que tuvo su punto culminante en 2006 cuando alcanzaron las costas del archipiélago más de 30.000 migrantes.

Un portavoz del Ministerio del Interior indicó a la agencia AFP este jueves que en esos años se registraban las llegadas de forma diferente, por lo que no es posible comparar las cifras mensuales actuales con las de entonces.

Ante el desbordamiento, el gobierno de España anunció el 20 de noviembre un plan que incluye una ofensiva diplomática en los países de origen para frenar las salidas y habilitar campamentos de emergencia para acoger hasta 7.000 personas en Canarias.

Actualmente, miles de migrantes están alojados en hoteles que habían permanecido cerrados por el golpe que ha supuesto la pandemia del covid-19 al turismo, pilar de la economía de Canarias.

La reactivación de la ruta atlántica se produjo luego de que acuerdos europeos con Turquía, Libia y Marruecos redujeran drásticamente la inmigración por el Mediterráneo.