Por Deutsche Welle |16 de diciembre de 2020, 18:30 PM

La justicia británica reconoció por primera vez este miércoles (06.12.2020) el papel de la contaminación atmosférica en una muerte. Se trata de Ella Kissi-Debrah, una niña de nueve años que vivía cerca de una concurrida carretera y que falleció en 2013, en Londres.

"Mi conclusión es que la contaminación atmosférica contribuyó materialmente a la muerte de Ella", aseguró el forense adjunto del distrito de Southwark en Londres, Philip Barlow, tras dos semanas de audiencias en este caso.

La pequeña falleció el 15 de febrero de 2013 tras sufrir una grave crisis de asma que le significaron casi tres años de ataques repetidos y más de 30 hospitalizaciones relacionadas con la enfermedad. Ella vivía con su familia a menos de 30 metros de la South Circular, una carretera muy transitada y regularmente congestionada del sur de Londres.

Una investigación inicial realizada en 2014 determinó que murió de una insuficiencia respiratoria aguda causada por un asma severa. Sin embargo, en 2018, el profesor Stephen Holgate, un experto británico en contaminación atmosférica, señaló un "vínculo evidente" entre los ingresos de la niña en urgencias y los picos registrados de dióxido de nitrógeno (NO2) y de partículas en suspensión, los contaminantes más perjudiciales.

En su fallo, el juez Barlow estableció como causas de la muerte, en primer lugar la insuficiencia respiratoria aguda, en segundo lugar el asma que padecía la niña y, en tercer lugar, la exposición a la contaminación, cuyo nivel superaba las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

"La contaminación del aire es un factor importante que contribuye a desencadenar y exacerbar el asma", explicó. "La madre de Ella no fue informada de los riesgos para la salud (...) si lo hubiera sido, habría tomado medidas que podrían haber evitado la muerte" de la niña, subrayó.

"Hemos conseguido justicia para Ella"

La madre de la pequeña, Rosamund Kissi-Debrah, quería que en el certificado de defunción de su hija constase con la contaminación del aire como una de las causas de su muerte.

"Hemos conseguido justicia para ella", celebró en rueda de prensa, "pero hay otros niños" en esta situación, alertó.

"Mientras caminamos por nuestra ciudad, todavía hay niveles ilegales de polución atmosférica" y "este asunto está lejos de haber terminado", agregó.

La familia de la menor, a través de su abogado Richard Hermer, habían denunciado la lentitud para tomar medidas ante el aumento de la polución del aire. Una vez que el consejo local evaluó la calidad del aire en el distrito, se necesitaron tres años para elaborar un plan de acción y otros cuatro para su adopción formal.

Ella "vivía al filo de la navaja. Esto significa que un cambio muy pequeño podía tener consecuencias dramáticas", explicó por su parte Stephen Holgate, profesor de inmunofarmacología de la Universidad de Southampton. El académico aseguró que una "hipersecreción" de mucosidades en los pulmones de Ella le causó prolongados ataques de tos que empeoraron en el invierno de 2012 "cuando la contaminación del aire en su vecindario empeoró".

Se estima que entre 28.000 y 36.000 muertes en el Reino Unido cada año están vinculadas a la contaminación del aire.