Por Deutsche Welle |23 de julio de 2021, 16:40 PM

Cuando los atletas se suban al podio y se inclinen para recibir sus medallas, estarán felices por haber alcanzado los primeros tres lugares. Para quienes están detrás del Proyecto Medalla Tokio 2020, será también una alegría ver las medallas de los Juegos Olímpicos, ya que están hechas de material de reciclaje de dispositivos electrónicos en desuso.

Pero para Japón, el proyecto de las medallas fue más que eso. Fue una campaña en la cual los ciudadanos tuvieron la sensación de estar apoyando los juegos.

"Esta campaña fue un llamadoa que el público donara aparatos electrónicos obsoletos para el proyecto”, dijo a DW Hitomi Kamizawa, el portavoz de Tokio 2020. "Estamos felices por la cooperación de todos”, añadió Kamizawa.

Una cadena de suministro para el reciclaje

Para obtener suficiente cantidad de material con el que producir alrededor de 5.000 medallas de bronce, plata y oro para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, fue necesario un esfuerzo que duró dos años. Hasta un 90 por ciento de ciudades, pueblos y aldeas japonesas participaron con páginas web a través de las cuales miles de japoneses donaron dispositivos electrónicos antiguos.

La campaña de reciclaje produjo en total 32 kilogramos de oro, 3.492 kilogramos de plata y cerca de 2.200 kilogramos de bronce. Todo eso resultó de aproximadamente 80 toneladas de pequeños aparatos electrónicos, como viejos teléfonos móviles y computadoras portátiles, explicó Kamizawa.

Aunque los esfuerzos por reciclar ese tipo de materiales a menudo parecen sencillos, en el proyecto de las medallas estuvieron involucrados el Gobierno de Japón, miles de municipios, empresas, escuelas y comunidades.

Una de las principales compañías participantes fue Renet Japan Group, cuya filosofía de negocios se basa en la sostenibilidad.

"Desarrollamos un movimiento de gestión de residuos para el proyecto de las medallas, y contamos con la cooperación de muchas partes interesadas, desde el Gobierno japonés hasta las comunidades locales”, dijo a DW Toshio Kamakura, director de Renet Japan Group.

Al comienzo del proyecto, en abril de 2017, solo unas 600 municipalidades tomaron parte. Pero al finalizar el mismo, en marzo de 2019, esa cifra aumentó a más de 1.600. Hubo una gran campaña de relaciones públicas, y se pusieron a disposición los instrumentos necesarios para facilitar la participación en el proyecto, subrayó Kamakura.

Obtener el metal para reciclar fue solo el primer paso. Luego de procesos de desarmado, extracción y refinamiento de los metales, realizados por contratistas, las medallas se produjeron según el concepto de diseño de Junichi Kawnishi. Un diseño que superó a otros 400 que participaron en una competencia celebrada por los organizadores de Tokio 2020.

Obsolescencia programada, enemiga del medio ambiente

Aunque los japoneses serán los primeros en lograr que todas las medallas estén hechas de material reciclado, este concepto no es nuevo. En los Juegos Olímpicos de Río 2016, el 30% de la plata para fabricar las medallas de oro y plata se obtuvo a partir de materiales reciclados, como piezas de automóviles y superficies de espejos.

De cara a los Juegos Olímpicos en París, en 2024, donde el tema central es cómo influir en cambios sociales para mejorar el medio ambiente, hay esperanzas de que el Proyecto de la Medalla de Tokio 2020 siente un precedente.

En lo que respecta al aspecto medioambiental, Kamakura cree que es necesario continuar con este tipo de proyectos para construir una sociedad más sostenible en lo material y económico.

Proyectos como estos destacan la creciente demanda de dispositivos eléctricos con ciclos de vida cortos y pocas opciones de reparación. Un informe de la ONU de 2019 reveló que el año pasado se arrojaron o se quemaron miles de millones en metales como oro, plata y cobre.

Se estima que menos de una quinta parte de los desechos electrónicos son recolectados y reciclados adecuadamente.