Por Deutsche Welle |4 de febrero de 2021, 22:20 PM

"¿Podría tener vocación de sacerdocio? Nunca me he planteado esta pregunta en serio". Así comienza su contribución la hermana Christine Klimann, de 40 años, en el libro "Porque así lo quiere Dios". Pero una cosa sí tuvo clara siempre que asistió a la oración por vocaciones religiosas en la Iglesia: "Lo que realmente les importa a las diócesis, lo que imploran al cielo y para lo que desarrollan conceptos estratégicos, es por hombres solteros, jóvenes o menos jóvenes, ...hombres que pueden convertirse en sacerdotes".

Klimann estudió Teología, Pedagogía de la Religión e Historia en su natal Graz y en París. Trabajó en el acompañamiento de retiros y el cuidado pastoral estudiantil, y actualmente estudia Psicología en la Universidad Gregoriana de Roma. Un religioso varón de su edad sería un sacerdote codiciado. Klimann sabía que este camino no estaba abierto para ella. "Hoy las mujeres no pueden convertirse en sacerdotisas. Creo cada vez más que la Iglesia lo sufre, y no solo muchas mujeres y algunos idealistas, sino toda la Iglesia", escribe ahora sin embargo en el libro "Porque así lo quiere Dios".

Suficiente para un segundo libro

Klimann es una de las 150 autoras que se expresan en el libro sobre su vocación por el oficio espiritual, como diaconisa o sacerdotisa. Destinos que, según la Iglesia católica, solo están abiertos a los hombres. Es un libro especial. La monja Philippa Rath, con más de 30 años como benedictina de la abadía de St. Hildegard, cerca de Rüdesheim, quería saber, más allá de las discusiones oficiales de la Iglesia, cómo piensan las mujeres sobre esta cuestión personal de la vocación para el sacerdocio.

Rath le escribió a doce mujeres que distribuyeron la solicitud. En unas pocas semanas, la hermana Philippa recibió 150 respuestas. 25 de ellas se publican de forma anónima. Básicamente, los textos no son un catálogo de demandas, sino una colección de historias vocacionales. "La enorme fuerza de esta cantidad de respuestas me sorprendió más", dice Rath, de 65 años, en entrevista con DW. "Por cierto, ¡ahora hay más de 200 respuestas! Casi podría publicar un segundo libro", agrega.

La hermana Philippa, que estudió Teología, Historia y Ciencias Políticas, habla con voz tranquila y suena pensativa, no parece una revolucionaria de la Iglesia. Como la hermana Christine Klimann o la mayoría de las mujeres que opinan en el libro. Sor Philippa resalta "la diversidad de estas mujeres". Hay representantes de diócesis de todas partes de Alemania, Austria y Suiza. "La más joven tiene 20 años; la mayor, más de 90". De hecho, la mayor, la ex profesora de Teología de Maguncia Irene Willig, tiene 94 años. En el prólogo del libro, la benedictina habla de un "tremendo derroche de recursos y carisma que se ha producido en la Iglesia durante décadas y sigue ocurriendo".

La hermana benedictina Philippa Rath es una de los 230 miembros de la llamada Vía Sinodal, que la Iglesia Católica en Alemania inició a finales de enero de 2020, sacudida por numerosos escándalos de violencia sexual por parte de sacerdotes. Al final de esta semana, laicos y obispos se reunirán virtualmente. Quieren intercambiar puntos de vista sobre cuestiones de reforma. Por ejemplo, cómo lidiar con el poder en la Iglesia, el papel de la mujer o la moral sexual.

"Esto mueve a las mujeres de todo el mundo"

La hermana Philippa conoce las objeciones. Pero permanece tranquila. Para ellas, las voces de las mujeres de los países de habla alemana son solo "la punta de un iceberg". Está "bastante segura" de que no se trata de un asunto que preocupe solo a las religiosas alemanas, de que la cuestión de las diaconisas y sacerdotisas "mueve a las mujeres en todo el mundo".

La benedictina se refiere a las redes internacionales de mujeres de la Iglesia católica, "Voices of Faith" y "Catholic Women's Council": "Sé muy bien que hay mujeres en todos los continentes que ya no quieren aceptar el hecho de no tener ninguna posibilidad de servicio y cargos en la Iglesia". Aunque los críticos descarten esto como un "fenómeno alemán", como mujer religiosa de la abadía benedictina del Rheingau, con una reputación internacional, Rath tiene contactos en todo el mundo y asegura que "hay un movimiento que involucra a mujeres y religiosas en todas partes en este momento".

El Papa Juan Pablo II declaró en una carta magisterial de 1994 que la Iglesia Católica "no tenía autoridad" para ordenar mujeres sacerdotisas. Sus sucesores, Benedicto XVI y Francisco, reforzaron esta afirmación. Este mismo fin de semana, el actual líder de la Iglesia Católica relacionó la ordenación de mujeres en la Antigua Iglesia Católica con el término "perdición".

La hermana Philippa sabe todo esto. Pero mantiene la calma. Ella describe con alegría que ha encontrado la manera de enviar una copia de su libro directamente al Papa. Ahora reflexiona sobre qué escribirle a Francisco al respecto. "Le pediré que lea estos textos con la mente abierta y se permita entenderlos". La religiosa espera que esos testimonios de vida personal también puedan cambiar actitudes: "Mi esperanza es que los funcionarios simplemente abran sus corazones y mentes para ver qué se perderá la Iglesia si no permite que las mujeres asuman el cargo".

(rml/ers)