Las lluvias sustituirán a las nevadas en el Ártico mucho antes de lo previsto
Una nueva investigación advierte que la zona polar norte se está calentando mucho más rápido que el resto del planeta.
Las lluvias podrían empezar a sustituir a las nevadas en el Ártico décadas antes de lo que se pensaba, según un estudio publicado el martes (30.11.2021) por la revista Nature, en el que además se advierte que el cambio provocado por el calentamiento global podría tener efectos más allá de la región.
De acuerdo con los investigadores, el Ártico se está calentando mucho más rápido que el resto del planeta, derritiendo el hielo marino -o banquisa- y añadiendo mayor humedad al aire, lo que significará un aumento probable de las precipitaciones, al menos "una o dos décadas antes".
"Los cambios van a ser más severos y ocurrirán mucho antes de lo proyectado, por lo que tendrán enormes implicaciones para la vida dentro y fuera del Ártico", dijo Michelle McCrystall, la autora principal del estudio e investigadora de la Universidad canadiense de Manitoba.
Si se respeta el acuerdo de París...
Pero todos estos cambios en el Ártico dependen del grado en el que se encuentre el calentamiento global. Al ritmo actual, la lluvia podría predominar sobre la nieve en el Ártico antes de que acabe el siglo, según los especialistas. Sin embargo, si se limita el calentamiento a 1,5 C -el objetivo más ambicioso del acuerdo climático de París de 2015-, esto podría significar que en el Ártico siga predominando la nieve.
Gavin Schmidt, director del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA, dijo que los resultados "implican que los peores impactos pueden evitarse si los países cumplen con sus intenciones declaradas de reducir las emisiones en línea con el acuerdo de París".
Consecuencias para los ecosistemas
De no alcanzar las metas climáticas, el cambio de la nieve a la lluvia tendrá probablemente efectos importantes en el ecosistema del Ártico y más allá. Por ejemplo, el aumento de las precipitaciones sobre la actual capa de nieve podría provocar un incremento de la superficie de hielo que imposibilitaría la búsqueda de alimentos por parte de caribús y renos.
Asimismo, una menor cobertura de nieve también podría significar que el Ártico pierda parte de su capacidad para desviar el calor y la luz solar de la superficie de la Tierra, contribuyendo así aún más al calentamiento del planeta.