Por Deutsche Welle |14 de mayo de 2022, 13:39 PM

Desde 2013 siempre gana el FC Bayern Múnich. Quién se lleva la ensaladera hace tiempo que dejó de ser una primicia de la última jornada. En los últimos años, casi siempre había estado decidido mucho antes. El hecho de que los otros grandes clubes no se la disputen siquiera en una temporada en la que el FC Bayern fue más vulnerable defensivamente que en años, da escalofríos a muchos fanáticos del fútbol (excepto a los del propio Bayern, por supuesto). Se pueden imaginar cuánta gente cruza los dedos en algunos lugares para que Robert Lewandowski deje el club bávaro este verano.

Dortmund una vez más no es rival

El Borussia Dortmund -durante años la esperanza de toda esa afición que por fin quiere un cambio en la cumbre de la Bundesliga- ha vuelto a defraudar esta temporada como candidato a llevarse el campeonato. El Dortmund se ha convertido en un club interesante para los mejores talentos (como Jadon Sancho o Erling Haaland), que luego dan el siguiente paso en su carrera hacia un auténtico club puntero. Y en un depósito de jugadores que no dan la talla para dar ese salto y se quedan atascados en el BVB esperando esa consagración. Al fin y al cabo, si fueran mejores, no estarían en el Dortmund, sino probablemente en Múnich o en la Premier League.

Es verdad que Niklas Süle, un jugador de la selección nacional, hace ahora el viaje inverso y se muda de Múnich a Dortmund. Pero eso no cambia nada la asimetría entre ambos equipos. Desde que Jürgen Klopp ganó algunos títulos en 2011 y 2012, el Borussia Dortmund básicamente ha ido dando tumbos de una restructuración total a otra. La próxima revolución llegará este verano con la era post-Haaland.

Los eternos perseguidores Bayer 04 Leverkusen y RB Leipzig padecen la "maldición de hacerlo bien". Las destacadas actuaciones de jugadores como Patrik Schick, Moussa Diaby, Christopher Nkunku y Konrad Laimer sirven para llamar la atención de otros clubes. Es muy posible que los responsables del deporte en Leverkusen y Leipzig pronto tengan que aguzar el ingenio para buscarles alternativas. Porque muy posible es, también, que acaben Schick y Laimer aterrizando en Múnich.

Buenas bases para la temporada que viene

Un gran consuelo es que la Bundesliga -aparte de la cuestión de quién se lleva el campeonato- es apasionante. La duda de quién se clasificaría para la Champions League estuvo abierta hasta el final. Además de los "sospechosos habituales", equipos menos habituados a la mitad superior de la tabla como Freiburg, Union Berlin y Colonia estuvieron cerca de los puestos que llevan a la máxima competición europea hasta el final de la temporada.

Estos "clubes pequeños" ahora jugarán en la Europa League y la UEFA Conference League y pueden, aunque en mucha menor medida que en la Champions League, hacer caja y conseguir dinero extra en estas competiciones. Eso les dará un poco más de igualdad de oportunidades en el futuro a la hora de disputar a clubes como Mönchengladbach, Frankfurt, Wolfsburg o Hoffenheim un puesto en la Copa de Campeones.

Además, tras el parón estival regresan a la Bundesliga el Schalke y, probablemente (la Bundesliga 2 disputa su última jornada, además, el domingo), el Bremen y el HSV de Hamburgo. Clubes que regresan de la 2ª división para quedarse. A diferencia del ascendido la temporada anterior Greuther Fürth, que ha acabado último y vuelve a caer como fruta madura. Esto debería propiciar que la batalla por evitar el descenso sea también más reñida que esta temporada.

Así que no hay que preocuparse tanto por el atractivo o la falta de atractivo de la Bundesliga. Solo hay que resignarse y abandonar la esperanza de que un club que no sea el Bayern Múnich se convierta en campeón de Alemania.

(lgc)