Por Deutsche Welle |7 de junio de 2023, 6:00 AM

Los centros de datos no suelen ser conocidos por su extravagante arquitectura. Pero el edificio que se está construyendo en Heidelberg, Alemania, no va a dejar indiferente a nadie. Su fachada, en forma de cortina, parece fluir alrededor de la estructura.

"Con esta forma queríamos superar los límites de lo posible", afirma Hans-Jörg Kraus, socio director de Krausgruppe, la empresa promotora del proyecto. En esta ocasión, los arquitectos han podido disfrutar de dar rienda suelta a una mayor creatividad gracias a una técnica de construcción especial: la impresión en 3D.

La impresión 3D consiste en que una manguera controlada por ordenador deposite capa a capa una mezcla especial de hormigón, creando así los muros del edificio. Los elementos horizontales, como los techos, siguen teniendo que construirse por métodos tradicionales.

Cuando esté terminado, en julio de 2023, el centro de datos, que consta de una sola planta, medirá 54 metros de largo, 11 de ancho y 9 de alto. Según la promotora Krausgruppe, esto lo convertirá en el edificio impreso en 3D más grande de Europa.

Ahorro de tiempo, mano de obra y residuos

La obra, diseñada en Heidelberg, muestra alguna de las ventajas de la impresión 3D, como las curvaturas de la fachada. Además, la mayor parte del tiempo solo es necesaria la presencia de dos trabajadores a pie de obra para manejar la impresora.

A diferencia del hormigón colado tradicional, las capas de hormigón impreso mantienen su forma, lo que hace innecesario el uso de moldes. Y, sin moldes, también se reducen los residuos, así como el tiempo de montaje y desmontaje de los mismos. Esa es una "ventaja enorme" de la impresión 3D, explica a DW Jan van der Velden-Volkmann, uno de los arquitectos del edificio.

Según PERI 3D Construction, empresa que participa en el proyecto, solo se tardan 140 horas en imprimir los elementos verticales del edificio. Sin embargo, hay otras tareas más pequeñas que obligan a interrumpir la impresión, por lo que la capa final solo puede imprimirse tras unos cuatro meses de trabajo.

Persisten los obstáculos, pero sigue ganando terreno

Aunque esta tecnología lleva en desarrollo unas dos décadas, los edificios impresos en 3D siguen siendo una rareza. Según COBOD, fabricante de tecnología de impresión 3D, hasta 2022 se han impreso en todo el mundo 130 edificios de más de 10 metros cuadrados, de los cuales, 55 fueron concluidos en 2022.

Según Arnaud Perrot, profesor de ingeniería civil de la Universidad del Sur de Bretaña, Francia, una de las razones del lento crecimiento de esta tecnología es la falta de normas para evaluar la estabilidad de las estructuras impresas. Sin estas normas, resulta increíblemente engorroso demostrar a las autoridades que los edificios impresos son seguros, explica a DW.

Pero, incluso con normas en vigor, la impresión 3D sigue enfrentándose a retos, sobre todo cuando se trata de construir estructuras más elevadas, pues estas suelen reforzarse con acero para soportar el peso.

Eso es algo complicado de imitar en impresiones en 3D, comenta Manu Santhanam, profesor del departamento de ingeniería civil del Instituto Indio de Tecnología de Madrás, en Chennai. Por eso, para edificios de más de dos o, a lo sumo, tres plantas, "la impresión 3D no es una opción", explica Santhanam a DW.

El profesor Arnaud Perrot, por su parte, es más optimista, al menos a largo plazo. "Desde un punto de vista técnico, no hay nada que prohíba la impresión de edificios de varios pisos", afirma. (aa/ms)