Por Deutsche Welle |5 de julio de 2022, 17:40 PM

Los animales pueden olfatearse intensamente para determinar, por ejemplo, si el otro está preparado para aparearse, pero ¿ocurre lo mismo con los humanos?

¡No!, aseguraría el anatomista Paul Broca, quien influyó de forma decisiva en el modo en el que ahora despreciamos la influencia de los olores corporales en el comportamiento humano. Ya en el siglo XIX, Broca atribuyó al ser humano un sentido del olfato poco desarrollado, lo que debía entenderse como un cumplido: aquellos bendecidos con inteligencia y libre albedrío probablemente podrían prescindir de los olores como portadores de información.

Pero, si bien la investigación del olfato todavía está poco desarrollada, una cosa está clara: no solo nos olfateamos a nosotros mismos y a los demás incesantemente, sino que lo que olemos también influye de forma decisiva en nuestro comportamiento. Incluso si coincidimos con Paul Broca y no prestamos atención a nuestro sentido del olfato, este sigue controlándonos.

El olor de las lágrimas disminuye la testosterona

"El sentido del olfato es el más antiguo del sistema de percepción humano y está directamente relacionado con el sistema límbico, la zona del cerebro donde se procesan las emociones", explica Laura Schäfer, asistente de investigación en la Clínica de Psicoterapia y Psicosomática de la Universidad Técnica de Dresde. Así que los olores tienen una influencia directa en nuestros sentimientos y comportamientos.

El neurobiólogo israelí Noam Sobel describió en un estudio que el olor de las lágrimas de una mujer provocaba un descenso en el nivel de testosterona de los hombres. Esto se asoció a una menor excitación sexual en la mayoría de los hombres. Las lágrimas contienen una señal química que nos impacta, aunque solo podemos percibirla inconscientemente a través de nuestro sentido del olfato.

De forma igualmente inconsciente, podemos leer el miedo, la agresión, el estrés y la felicidad en el olor corporal de otras personas. La elección de una pareja también se hace con la ayuda de la nariz, e incluso las amistades encuentran uno de sus orígenes en el olor corporal.

El olor de los amigos se parece

Inbal Ravreby, que trabaja con Noam Sobel en el Instituto de Ciencias Weizmann de Israel, publicó recientemente otro estudio al respecto. "Sabemos que los amigos suelen parecerse en muchos aspectos. Son similares en personalidad, pero también suelen ser genéticamente similares. Por eso, queríamos saber si es más probable que nos hagamos amigos de personas cuyo olor corporal es similar al nuestro", sostiene Ravreby.

Los investigadores analizaron el olor corporal de las personas que ya eran amigas y descubrieron que estos tenían un olor similar. Pero el olor corporal solo podría jugar un papel menor en la elección de los amigos. Los investigadores también verificaron esto y analizaron los olores corporales de varias personas de la prueba para luego hacer una predicción sobre qué personas tenían más probabilidades de "congeniar" entre sí.

Para determinarlo, los investigadores utilizaron el llamado "juego de los espejos". En este experimento, dos personas se sitúan frente a frente, no pueden hablarse e intentan reflejar los movimientos de las manos y los brazos del otro. Cuanto mejor se entiendan dos personas, es decir, cuanto más "congenien", más fluidos y sincronizados serán sus movimientos. "En el 71% de los casos, la predicción fue correcta", afirma Ravreby.

Esta enorme influencia del olor corporal sorprendió incluso al investigador. Y se trata, por cierto, de algo que no depende de usar el mismo jabón o perfume. Según Ravreby, estas cosas influyen en el olor corporal, pero todos tenemos un olor único, como una huella dactilar: "De hecho, nos gusta el olor de un champú o de un perfume cuando resalta componentes de nuestro propio olor corporal".

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