Por Deutsche Welle |23 de marzo de 2022, 17:37 PM

En 2006, la película sudafricana “Tsotsi” fue una excepción, porque ganó el Oscar a la mejor película extranjera. Por regla general, la estatuilla, que se suele otorgar desde 1948, recae en un país europeo. En casi 75 años, solo tres países africanos han sido premiados en dicha categoría. Las cintas asiáticas y latinoamericanas, al igual que las africanas, apenas participan en el evento.

De las tres películas africanas premiadas, “Z" y "Noirs et Blancs en couleur", fueron coproducciones francesas. A dichas cintas les benefició la gran influencia de la industria cinematográfica francesa en Hollywood. “Totsi” fue la primera película de lengua no francesa en ganar un Oscar.

Según Steve Ayorinde, afamado crítico de cine nigeriano y experimentado miembro de jurados en festivales internacionales de cine como Cannes, Berlín y Toronto, "no hay que olvidar que, de unas diez películas sudafricanas conocidas internacionalmente, cinco o seis son de sudafricanos blancos". Así es también el caso de "Tsotsi", cuyo director es Gavin Hood.

El experto en cine cree que el grupo de presión es un factor muy relevante: "Las películas africanas siempre están al margen de los grandes festivales de cine. Entonces ¿quién las puede promocionar? Sin cooperación, ni apoyo, ni inversión por parte de una gran institución europea, estadounidense o productora, es complicado comercializar una película de estas características a nivel internacional".

Los cineastas estadounidenses o europeos lo tienen más fácil y, por eso, no es de extrañar que el 78 por ciento de las cintas ganadoras en la categoría “Mejor Película Extranjera” sea de Europa. Francia e Italia acaparan más de la mitad de las estatuillas y además tienen mucha influencia en Hollywood, mientras que los otros continentes pasan desapercibidos.

Bollywood también lo tiene difícil en Hollywood

La mitad de las películas ganadoras de Asia son producciones japonesas. Bollywood y su gran industria no han ganado ni una sola estatuilla. Namrata Joshi, autora y crítica de cine con experiencia en los jurados de festivales internacionales de cine como Toronto, Moscú y Cluj, cree que "los cineastas de la India carecen de medios económicos para comercializar sus cintas. La entrega de los Oscar es una estrategia mercadotécnica“.

Además, Joshi cree que el contenido de las películas procedentes de la India es con frecuencia un problema para un público tan global, debido a la cantidad de escenas musicales, de baile y melodrama. Ayorinde afirma que hay varios factores que impiden la nominación a los Óscar de películas africanas. De por sí es complicado sin financiación de instituciones occidentales o cooperación técnica e internacional, pero el idioma juega un papel decisivo: “La ventaja de las películas europeas es que los idiomas como el alemán, el francés, el español o el italiano son internacionales. Así que las personas encargadas de valorar las películas ya conocen el idioma”.

En Nigeria, por ejemplo, el Nollywood de África, se producen alrededor de 2.500 películas anuales, que no tienen éxito en los Oscar. Con Netflix ha mejorado la calidad de los filmes, pero eso no aumenta las posibilidades de ser nominadas a los Oscar, ya que una condición imprescindible de Hollywood es que los filmes nominados tienen que mostrarse en cines.

Poco a poco, hacia la igualdad de oportunidades

Joshi y Ayorinde creen que la Academia de los Oscar intenta, desde hace unos años, optar por la diversidad, pero esto no puede suceder de la noche a la mañana. Joshi asegura que "se necesita cierta curiosidad [por parte del jurado] y voluntad para entender películas de todo el mundo”. Joshi asegura que la participación de personas de la India en el jurado de la Academia de los Oscar es un primer paso importante.

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