Un teléfono, Paté y el fuera Vladimir: los tópicos de la frustración morada
La afición dictó su veredicto tras el desastroso partido del Saprissa ante el América
Era una noche de unión morada, de aquellas donde se recuerda a la “Saprihora” y las remontadas que unen en efusivos abrazos entre extraños en las graderías.
Pero justo iniciado, ese ambiente mágico terminó por transformarse en una pesadilla, en una de las noches más pesadas en la reciente historia del club morado.
Justo a los dos minutos de juego Cecilio Domínguez enfrió todavía más la noche en el Ricardo Saprissa con un gol de camerino.
A partir de ahí comenzó el mártir y la frustración en las gradas.
Los silbidos de los morados comenzaron a hacerse cada vez más fuertes con el transcurso de los minutos y los goles de las Águilas del América que anidaron completamente en Tibás.
De la frustración un aficionado -al que parece no importarle el costo de la vida- le tiró al portero Francisco Marchesín un teléfono celular, directo al arco sur.
Luego por los altoparlantes del estadio se informó que se tiraron más objetos a la gradería con su respectiva amenaza de suspensión.
Otro de los tintes de disgusto en las gradas se vio reflejado cuando la afición gritó “Centeno, Centeno” en un pedido a la exestrella morada de llegar al banquillo del Saprissa.
El llamado al ídolo morado fue una clara desaprobación al técnico Vladimir Quesada, quien salió muy criticado y muchos pidieron su cabeza tras el desastre de partido ante el América.
Ya con la “manita” lista por parte de los aztecas, la afición del Saprissa comenzó a abandonar sus asientos en la que esperaban fuera una fiesta y terminó siendo una de las peores pesadillas en la historia de la nueva Liga de Campeones.