Por José Fernando Araya |26 de febrero de 2019, 17:07 PM

Paté pagó cara su ideología ofensiva y Tigres, muy superior en todo el partido, barrió en el Volcán las aspiraciones de Saprissa para golearlo 5-1 y dejar nula la ventaja morada en la ida.

Sí, la propuesta ofensiva de Centeno puede ser muy respetada, pero ante equipos muy superiores hombre por hombre, el precio a pagar por mantener una idea así es muy caro.

Pese a que los primeros 15 minutos del partido fueron inspiradores e incluso los morados se mostraron cómodos y dieron alguna que otra bofetada a los de Monterrey.

Pero una absurda jugada borró todo planteamiento e ilusión posible.

Aarón Cruz abandonó el área para intentar despejar y su compañero Aubrey David también pensó lo mismo con tan mala suerte que el trinitario envió el balón por encima de su guardameta para el torpe autogol al 15 que echó todo por la borda.

A partir de ahí, Tigres se disparó y ahogó al envalentonado Saprissa. La lluvia de goles comenzó.

Tras el autogol vino otro error. Golobio dejó su mano abierta en un remate dentro del área para el claro penal. El ecuatoriano Enner Valencia se encargó de transformarlo en el 2-0 al 24’.

Valencia marcó así el primero de sus tres tantos de la noche. El segundo personal vino dos minutos después tras un rápido contragolpe por el sector izquierdo morado (el punto más flojo de los saprissistas en todo el partido) y con un remate raso al lado izquierdo de Cruz puso el 3-0 definitivo y la lápida morada.

El 4-0 sería obra del chileno Eduardo Vargas al 36’ con un potente disparo que dejó tendido a Cruz.

Hasta ese momento, los Tigres castigaban la propuesta ofensiva morada, que contó sin un defensor central natural (David-Barrantes) ante un equipo potente y ofensivo como el cuadro de Monterrey y que por si fuera poco estaba necesitado.

Pese a eso, Saprissa recortó distancias con un golazo de Mariano Torres desde fuera del área para el 4-1 con el que terminaría el descanso. Como dicen, apenas para maquillar.

La segunda etapa solo mostró un poco más del espectáculo de los aztecas que tuvieron para anotar hasta tres veces más.

Mientras que, en el lado tico, le sirvió a Paté para corregir y colocar a Alejandro Cabral (defensa central) por el hondureño Rubilio Castillo, quien había tenido varias opciones claras sin éxito en la primera mitad.

Sin embargo, la mejora fue poca y Tigres terminó de pulir su monólogo con el tercer gol del ecuatoriano Valencia para el 5-1 (60’).

Tigres pudo anotar tres más, pero la mala puntería no les permitió abultar más el marcador.

Más allá del error entre David y Cruz que le permitió a Tigres despegar, lo cierto es que nuevamente queda en evidencia la diferencia abismal entre el fútbol mexicano y el tico.

El juego de ida le permitió a los morados soñar con aquella historia de “David vs Goliat”, pero la realidad fue que Tigres fue muy superior en la serie, más, si los errores y un planteamiento que le dejó muchos espacios le permiten acomodarse todavía más el marcador.

Saprissa cayó goleado en México una vez más y dice adiós al sueño de volver a un cada vez más lejano, Mundial de Clubes.