Por José Fernando Araya |19 de mayo de 2021, 23:10 PM

Saprissa fue el sobreviviente de un clásico caótico, de una serie que se recordará por muchos años debido a la polémica que se dio en más de 180 minutos.

Los morados dieron un golpe de autoridad en el torneo y dejaron tendidos al súper líder Alajuelense tras empatar 2-2 en el Morera Soto e imponerse en el global 6-5.

Atrás queda el invicto manudo, los más de 50 puntos, los dos clásicos ganados en la temporada por goleada y casi una temporada perfecta para los rojinegros. A partir de ahora todo ese queda en la anécdota.

El juego fue un carrusel de emociones y polémicas. Al final un clásico sin polémica no es clásico y efectivamente en el Morera Soto fue así, eso sí con el árbitro Henry Bejarano como lamentable protagonista.

Lo del arbitraje en Costa Rica ya es crítico y confusiones como las que tuvo el cuarteto arbitral son imágenes que causan risa en el colectivo del fútbol, pero dan vergüenza a un campeonato nacional que sigue arrastrando este mal.

La Liga no se guardó nada y tras unos minutos trepidantes golpeando al arco rival, Saprissa pudo regular el partido y comenzó a aventurarse en ataque.

En un despeje normal, Leonel Moreira tomó la pelota y soltó un codazo a Mariano Torres. Roja directa para el guardameta y penal para el Saprissa. Ahí comenzó a descontrolarse todo.

Tras cinco minutos cargados de reclamos, Christian Bolaños cobró desde el punto de penal y puso a ganar al Saprissa en el minuto 26’. La serie ya se ponía 3-5 a favor de los morados.

Muy pollo se vio el volante Wálter Cortés al impedir que Mauricio Vargas (portero suplente de los manudos) cobrara un tiro libre. El joven saprissista se ganó la segunda amarilla y se marchó a las duchas al 38’. Ambos quedaron con 10.

Casi de inmediato llegó otra polémica. Bejarano no dejó seguir una jugada en la que la Liga anotaba y pitó un agarrón de Luis José Hernández sobre Faerrón para la pena máxima.

Otra vez el encargo de cobrar fue Bryan Ruiz. El capitán, con el peso de haber fallado un penal en la ida, volvió a cobrar y Aarón Cruz volvió agigantarse no solo una vez, si no también al impedir el rebote que terminó mandando por fuera el capitán manudo. El hombre de mayor confianza para los rojinegros volvía a fallar y con él la esperanza se diluía.

Pero la polémica no quedaría ahí. Justo al inicio de la complementaria otra vez Hernández volvió a derribar a Faerrón en el área y nuevo penal para la Liga.

Esta vez Arreola se encargó de cobrarlo al 52’, pero su remate dio al palo. Y ahí comenzó otro show del cuarteto arbitral. Primero pitó gol, luego -tras consulta de los réferis- dijo que no había anotación y tras una nueva reunión, volvió a pitar gol del empate. Increíble lo que se ve en el fútbol tico.

Saprissa pudo poner el segundo en sus cuentas con un gran cobro de Mariano Torres que fue a dar al palo defendido por Vargas y que pudo sentenciar la serie.

Pero de inmediato reaccionó Alajuelense con un tiro largo de Faerrón que soltó Cruz para que Alonso Martínez, uno de los mejores del torneo, pusiera el 2-1 al 68’ que les daba el pase a la final.

La respuesta morada vino del banquillo, mediante un hombre que ha sido fuertemente criticado por sus severas faltas como lo es David Guzmán.

El contención, quien ya lo había intentado antes de cabeza, tomó una pelota dentro del área y con todas sus fuerzas mandó el balón al fondo de los cordeles para el empate 2-2 a diez minutos del final.

El gol metió a los morados a la final tras una temporada en la que llegaron a sumar hasta 11 partidos sin victoria, con tres cambios de técnico y goleadas ante sus rivales.

Pero el Saprissa, fiel a su extirpe ganadora ahora luchará por un nuevo título nacional ante el ganador de la serie entre Herediano y Santos. Los morados de momento podrán celebrar tranquilos que acabaron con la temporada de ensueño de sus archirrivales.

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