Por Eric Corrales 12 de septiembre de 2025, 21:30 PM

Esta semana se realizó la Feria de las Flores por la Vida, un evento que unió arte, cultura y solidaridad para transformar la vida de más de 2.200 niños y sus familias que enfrentan enfermedades terminales.

La Antigua Aduana, la Casa del Cuño, la Iglesia de Santa Teresita y el Teatro La Aduana se convirtieron en escenarios de esperanza bajo la temática “Viajando por el Mundo”. Al ingresar, cada visitante recibía un pasaporte simbólico para recorrer diferentes culturas a través de música, gastronomía, arte y tradiciones, coleccionando sellos y participando en experiencias interactivas y sorteos.

Un recorrido por la vida y la cultura

Espectáculos en vivo: danzas tradicionales, conciertos sinfónicos y teatro interactivo con el elenco de la Universidad de Costa Rica.

Sabores del mundo: platillos típicos de diversos países.

Arte con propósito: un “Árbol de la Vida” con fotografías de pacientes atendidos en 32 años de labor.

Zona de impacto social: espacio para conocer la labor de la Fundación Pro-Unidad de Cuidado Paliativo y cómo sumarse a su misión.

La Dra. Lisbeth Quesada, pionera en cuidado paliativo pediátrico, destacó que el evento es un homenaje a la vida.

“Aquí no se habla de enfermedad, se habla de amor, esperanza y momentos que duran para siempre”, dijo.

Cada aporte, patrocinio y voluntariado se destina a la construcción del primer hospicio pediátrico de 10 pisos en Costa Rica, un espacio para brindar atención digna y especializada a niños en fase terminal y sus familias.

Israel muestra los cinco sentidos


La Embajada de Israel participó con el stand “Israel a través de los 5 sentidos”, ofreciendo:

Vista: recorrido virtual por paisajes y diversidad geográfica del país.

Tacto: muestras de barro del Mar Muerto, famoso por sus beneficios para la piel.

Audición: palabras y pronunciación en hebreo, idioma milenario revivido en el siglo XIX.

Olfato: aromas de especias tradicionales como za’atar, sumaq y cúrcuma.

Tradiciones religiosas: representación del judaísmo, islam y cristianismo.

Además, se exhibieron y vendieron obras de arte donadas por artistas de la comunidad judía para recaudar fondos.

José Rafael Quesada Jiménez, director ejecutivo de la Fundación, afirmó, “este es un movimiento que va más allá de la feria. Es una comunidad que cree en la esperanza y en hacer que cada día cuente”.

El evento fue declarado de Interés Cultural por el Gobierno de Costa Rica y, según Francisco Hernández Ramírez, productor general, se perfila como uno de los más importantes del año.

“Este es el momento en que Costa Rica e Israel demuestran su deseo de mejorar el mundo y cuidar la vida”, concluyó embajadora de Israel, Mijal Gur Aryeh.

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