Por Janeth Valverde |5 de abril de 2020, 20:17 PM

El inicio de la Semana Santa se da tras la celebración del Domingo de Ramos, que nos recuerda la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén en medio de una multitud que lo aclamó como el mesías. Esa tradición durante décadas se ha realizado así.

Pero este domingo 5 de abril, debido a la pandemia que nos afecta, la celebración católica fue de otra forma en todas las parroquias del país.

A puerta cerrada y con transmisiones de la misa de forma digital fue la forma en la que la iglesia católica hizo llegar el mensaje del inicio de esta Semana Santa.

Parroquias como la Patriarca San José en Alajuela decidieron llevar la imagen de Jesús en burro sobre un vehículo y de esta forma hacer que muchos desde sus casas se uniera a la celebración del inicio de la semana mayor.

Algo similar realizaron representantes de la parroquia de La Cueva en Santa María de Dota y la parroquia Inmaculada Concepción en Rivas de Pérez Zeledón.

El Domingo de Ramos se caracteriza por la bendición de las palmas, la procesión, la misa y la lectura del relato de la pasión durante la eucaristía; este año, pese a no tener el ambiente tradicional, el mensaje siempre se mantuvo.

Igualmente los sacerdotes a cargo de las eucaristías no dejaron pasar la oportunidad de dar un mensaje a los fieles ante la situación crítica que vive el mundo.

Una celebración muy similar realizó el papa Francisco este domingo en la Basílica de San Pedro.

Por primera vez sin fieles y retransmitida por streaming para evitar el avance del contagio por coronavirus, dio comienzo a las celebraciones de una Semana Santa blindada en el Vaticano.

Normalmente decenas de miles de romanos, turistas y peregrinos con palmas y ramas de olivo habrían llenado esta misa al aire libre dirigida por el pontífice. Pero la afectación por la pandemia hizo que todo cambiara.

Aquí lo que no cambió fue el mensaje del papa Francisco, en esta ocasión dirigido a los jóvenes.

Pero el mensaje también fue en relación a lo que se vive por el Covid-19.

El pontífice recalcó que todo pasa. Pero que el amor debe permanecer.

El papa Francisco pidió al mundo, ser solidario y ayudar al necesitado.

“Procuremos contactar con el que sufre, el que está solo y necesitado. No pensemos tanto en lo que nos falta, sino en el bien que podemos hacer. El drama que estamos atravesando nos obliga a tomar en serio lo que cuenta, a no perdernos en cosas insignificantes, a redescubrir que la vida no sirve, si no se sirve. Porque la vida se mide desde el amor. De este modo, en casa, en estos días santos pongámonos ante el crucificado, que es la medida del amor que dios nos tiene”, aseguró.