Por Natalia Jiménez Segura |10 de agosto de 2020, 7:37 AM

Carol Díaz es enfermera del hospital México. A ella le ha tocado presenciar la muerte de varias personas en el sistema de salud, incluidos pacientes COVID-19.

Sollozos brotan de los profesionales de salud cuando las maquinas se detienen y los suspiros se van.

Esta enfermera de 35 años es vecina de Sarchí y trabaja para la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) desde hace 11 años.

“Es un instante donde todo acaba y por más experiencia que se tenga nunca deja de conmover e impactar. Uno jamás se acostumbra a ver pacientes irse de este mundo, menos aun cuando la causa es COVID-19” contó Díaz.

Ella labora en uno de los cuatro hospitales dedicados a la atención de personas con el virus Sars-cov-2 que causa el COVID-19.

“Todos los días son distintos, las jornadas son diferentes y cada fallecimiento es particular. Yo siempre que ingreso al hospital me encomiendo a Dios y me pregunto ¿Cuál será mi misión de hoy?".

Muchas veces a Carol le ha correspondido presenciar la muerte de pacientes COVID-19, lo que la ha llevado a solidarizarse por esas familias.

Posterior a que la persona muere se debe desconectar de todos los aparatos a los que se encuentra adherido.

“Cuando a mí me toca preparar los cuerpos elevo una plegaria a Dios mientras suavemente cierro sus párpados y cruzo sus manos, eso me da tranquilidad y es algo que brota de mi corazón” explica Carol Díaz Calderón.

Aunque el reconocimiento del cuerpo se hace mediante dos bolsas, ella procura que a cada uno se le maquille un poco y se le ponga perfume para que cuente con una despedida digna.

Incluso Díaz llevó la propuesta a la dirección de Enfermería para que se maquille, siempre que se pueda, el rostro de los fallecidos, ya que es lo único que verá un familiar de estos por 15 minutos.

“Yo dispuse de mi maquillaje para embellecer algunos cuerpos, la primera que maquillé un poquito fue una mujer bastante joven, a ella incluso la peiné. Fue inevitable no llorar porque uno se pone en el lugar de la familia de ellos y sufre en silencio, uno es humano y no deja de sentir, por eso lucharé para que las caritas que no volverán a verse por nuestro hospital y por las comunidades costarricenses se vayan con más colorcito. Así ayudaremos, también, a que la persona encargada de reconocer el cuerpo se quede con un recuerdo aceptable de su familiar que yace sin vida” concluyó la enfermera.

Silvia Beirut, directora de Enfermería del hospital México, esta idea podría ser un gran valor agregado para que esa persona que va a ver el cadáver de su papá, mamá, hermano o tío sea lo menos impactante posible.

“Es mucho el trabajo que tenemos, pero estas ideas las recibo con alegría porque esto demuestra la gran calidad humana de los profesionales de enfermería de este hospital y de la CCSS. Esto no conllevará a gastos institucionales, los insumos como maquillaje, lápiz labial, rubor y sombras correrá por cuenta de los trabajadores, entre nosotros mismos aportaremos lo que se necesite para que esta idea humanitaria sea una realidad” afirmó Beirut.

Para Douglas Montero, director general del hospital México, todas las acciones que se hagan en beneficio de las familias costarricenses cuentan con el apoyo de la dirección.

“Cada idea, cada ejecución que haga el personal del hospital México se realizan con los extremos cuidados que exigen y demandan los protocolos del Ministerio de Salud y de la Caja Costarricense de Seguro Social”, indicó la institución.