Por Luanna Orjuela Murcia |27 de agosto de 2020, 15:04 PM

La primera línea de contención contra el COVID-19 no solo está compuesta por médicos, enfermeras y otros funcionarios de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). Ahí, frente al nuevo coronavirus, también están los policía penitenciarios. 

Algunos oficiales pasan horas en centros médicos sin estar enfermos y sin trabajar para el sector salud: ellos cumplen su labor de custodiar a los privados de libertad contagiados de la enfermedad.

Diana Posada, viceministra de Gestión Estratégica del Ministerio de Justicia, explicó que a la hora de trasladar a un preso hasta el hospital se deben de seguir ciertos protocolos. Ahora, por la pandemia, se utiliza un equipo de protección personal para resguardar la salud.

“Nosotros tenemos dos tipos de las salidas médicas de las personas privadas de libertad: aquellas que son de tratamiento ambulatorio, por ejemplo, ortodoncia, y cuando se amerita una hospitalización. Para ambos tipos de salidas médicas la Policía Penitenciaria debe de revisar el perfil de la persona y definir el tipo de custodia. Si es una emergencia, se hace de una manera más rápida”, indicó Posada.

“Hay cuatro elementos que se toman en cuenta respecto a la custodia: el tipo de contención que el centro de saluda brinda, la capacidad de sujeción, alertas y la coordinación con otros cuerpos oficiales”, agregó la jerarca.

Todas las personas privadas de libertad, sin importar su perfil, siempre tendrán a un policía penitenciario custodiándolo 24/7. Esto incluye, incluso, a pacientes en Unidades de Cuidados Intensivos.

Teletica.com conversó con Jorge Alonso Rosales, un policía penitenciario que ha estado en la primera línea de lucha contra el COVID-19.

Don Jorge tiene 34 años y lleva ocho trabajando en esta profesión. 

¿Cómo ha sido su experiencia?

“Bien porque es algo que yo elegí, ser policía, y porto el uniforme con mucho orgullo. Algunas veces no se nos toma en cuenta como cuerpo policial, pero estamos en la primera línea. Trabajamos con seres humanos, igual que nosotros, a los cuales tenemos que cuidar y proteger porque para eso fuimos contratados", respondió.                                                                                                                            

En estos tiempos de pandemia, ¿le ha tocado custodiar a pacientes enfermos?

“Sí claro, ya ahora la mayoría de los centros penales tiene protocolos, yo trabajo en el CAI Jorge Arturo Montero Castro y estamos preparados ante el COVID-19, tanto con medidas de higiene para uno y para los privados. Hay que tener cuidado en los recuentos, que siempre usen mascarillas. La mayoría de privados han comprendido que es por el propio bien de ellos. Les hemos dado muchas charlas sobre los protocolos, quizás no hacen caso al 100% pero si hacen conciencia de lo que está pasando”.

¿Cómo es estar gran parte del día en un hospital, sin estar enfermo y exponiéndose al virus?

“Es un poco difícil, pero igual llevamos guantes y cubre bocas. Es difícil porque en el hospital hay contagio grande. A veces uno está con una salida médica y por algún motivo el privado de libertad se cortó y toca llevarlos a Emergencias, pero luego toca evacuar el área porque entra un paciente COVID-19, entonces es un poco difícil porque a veces el hospital se demora mucho, cuatro o cinco horas para atenderlo. Uno tiene familia y si uno se enferma sabe que lo esperan en la casa y puede contagiarlos, pero es parte del trabajo que realizamos día con día”.

¿Qué cuidados toma?

“Yo fui paciente de COVID-19, ya estoy recuperado, hace un mes me dieron de alta, no tuve complicaciones, pero es difícil por muchos motivos. Según lo que me dijeron los médicos, me contagié en el trabajo, porque salí del centro penitenciario el lunes 29 de junio, no fui a otro lado, solo a la casa y el martes amanecí con la sensación de que me iba a dar gripe y el viernes fui al Ebais y me hicieron la prueba, y me puso en cuarentena.”

Al haber estado contagiado, ¿cambió su forma de pensar sobre el virus?

“No hay que bajar la guardia, uno no sabe si le puede volver a dar. Así que las medidas de higiene en la casa y trabajo van a hacer las mismas”.

Don Jorge quiso enviarle un mensaje a la población.

“Como policía penitenciario quiero decirle a la gente que nosotros no somos los malos de las películas, están muy equivocados, nosotros estamos en primera línea y estamos cuidando de los privados de libertad al máximo, suministrándoles todos los implementos de aseo que necesiten, recordándoles que usen la mascarilla y que se laven las manos. En mi caso fue difícil, pero gracias a mi familia lo pude superar sin complicación (COVID-19).

“Pero si recordarle a la gente que tal vez algunos piensan que 'si me da yo me recupero' pero esas personas no saben si pueden contagiar a un hijo o mamá, y esta persona puede estar grave en un hospital o hasta fallecer. No lo hagan por ellos, háganlo por el país completo, implementen las medidas sanitarias para lograr combatir el COVID-19 lo más rápido posible”, concluyó.