Por AFP Agencia |3 de agosto de 2020, 5:28 AM

Filipinas volverá a confinar a partir del martes a más de 27 millones de personas, es decir casi una cuarta parte de la población, después de que asociaciones médicas advirtieran de que el país estaba perdiendo la batalla contra el nuevo coronavirus.

Desde principios de junio, cuando la mayor parte del país salió de uno de los confinamientos más largos y estrictos en el mundo, los contagios se han multiplicado por cinco, superando los 100.000 casos.

El domingo por la noche, el presidente Rodrigo Duterte anunció un nuevo confinamiento en la capital, Manila, así como en cuatro provincias de alrededor, en la isla principal de Luzón.

Durante las próximas dos semanas, el transporte público y los vuelos locales serán interrumpidos.

Las autoridades pidieron a la población permanecer en casa y salir solo para comprar productos de primera necesidad o hacer ejercicio.

Solo un número limitado de empresas podrá abrir. Los restaurantes no podrán hacer entregas a domicilio.

"No hemos estado a la altura. Nadie se esperaba esto", declaró el presidente Duterte, que rechazó en cambio los llamados para destituir al ministro de Salud, Francisco Duque.

El sábado, ochenta asociaciones de médicos habían advertido en una carta abierta al presidente que Filipinas estaba perdiendo la batalla contra la covid-19, y pidieron al jefe del Estado volver a implantar un confinamiento más estricto, en un momento en el que los contagios aumentan y que los hospitales, desbordados, rechazan pacientes.

El lunes, estas asociaciones recibieron favorablemente la decisión del presidente al estimar que esto daría un respiro al personal médico.

Filipinas anunció un récord de 5.032 casos el domingo. Unas 2.000 personas han muerto por la enfermedad en el país.