Por Juan José Herrera |10 de septiembre de 2020, 14:49 PM

La comparecencia ante los diputados de la española Miren Martínez y el contador David Landergren, adjudicatarios de dos polémicos contratos que realizó la Caja Costarricense de Seguro Social para la compra de mascarillas, acabó en medio de airados reclamos de los legisladores y el silencio de los comparecientes. 

Los dos eran parte de una audiencia clave en la Comisión de Control de Ingreso y Gasto Públicos, encargada de investigar los contratos que firmó la Caja con la empresa MR Comunicaciones Políticas (de Martínez) y Landergren para la compra de 12 millones de mascarillas, todo por un monto de $4 millones.

La audiencia inició con la posición clara de Landergren de que no respondería preguntas pues se acogía a su derecho constitucional de abstenerse de declarar en virtud de que la investigación se judicializó.

Martínez, en cambio, aprovechó para hacer una declaración inicial pero se quejó de que solo se le otorgaran cinco minutos para esto. 

En ese tiempo, que luego aumentó a 10 gracias a la cesión del diputado Melvin Núñez, la comunicadora aseguró que "hoy se iban a conocer la verdad de los hechos" y cuestionó el "linchamiento público" que los diputados y la prensa, dijo, han hecho de ella y su empresa.

Martínez aseguró que en ese recinto legislativo se le ha afectado su imagen personal, profesional y de mujer, lo que desató una primera oleada de críticas por parte de los legisladores, que le recordaron que ellos investigan un hecho del que no tuvieron nada qué ver.

La periodista explicó que ella se inscribió como proveedora de la Caja luego de que sus servicios de comunicación cayeran por motivo de la pandemia y que fue así como, el 31 de marzo, fue invitada a participar de un proceso de contratación.

Así, dijo, presentó cuatro proformas y dos ofertas formales a la Caja, estas últimas las que habrían sido aceptadas técnicamente por la comisión de la institución.

En eso ayudó, según ella, la diferencia "exponencial" en el precio que su oferta presentó con respecto a los demás competidores. 

El tono de la comparecencia cambió cuando la presidenta Yorleny León le dijo a la adjudicataria que su tiempo acabó y que iniciaba la ronda de preguntas. Ahí, Martínez aseguró que no respondería ninguna hasta que no se le permitiera brindar su declaración "en parámetros objetivos".

Esa decisión, calificada por los diputados como un "showcito" y una "rabieta", quedó en evidencia cuando el verdiblanco Carlos Ricardo Benavides y el independiente Jonathan Prendas le ofrecieron cederle sus 10 minutos de tiempo (cada uno) para que terminara su declaración y luego respondiera, pero esta aún así se abstuvo.

"Usted vino a montar un showcito alrededor de sus caprichos, ella venía a leer la declaración y una vez que leyera se iba a abstener de responder, quiso usar la carta de la indignación de que no se le daban los 20 minutos para que ese fuera el motivo para no responder las preguntas, pero ha quedado claro que nunca tuvo interés de hacerlo.

"Ustedes (Martínez y Landergren) entraron por la ventana a un concurso al que nunca debieron haber entrado o nunca debieron haberlos invitados", dijo Benavides con evidente molestia.

Los legisladores solicitaron volver a llamar a ambos a una futura comparecencia, pero Prendas dijo que hacerlo sería irrespetar aún más la comisión en vista de que ambos se abstendrán de declarar.