Por Mariana Barboza |31 de julio de 2020, 10:20 AM

Enfrentar la pandemia en Bolivia es cada día más difícil por la escasez de medicamentos, falta de insumos, reactivos para pruebas y un inminente colapso del sistema de salud.

En medio de este panorama, se instaló la polémica por el uso del dióxido de cloro que algunos promueven como tratamiento para el coronavirus. Este es el caso de la farmacia boliviana, ubicada en Cochabamba, que comercializa el producto ante una gran demanda de la población.

“La gente duerme aquí con eso le digo todo (…) las 3.000 dosis que se preparan, se venden y falta, si hiciéramos 5.000, igual se venderían”, indicó Federico Anze, bioquímico- farmacéutico.

Sin embargo, este producto, que es considerado un desinfectante, tiene un total rechazo del Ministerio de Salud, que incluso anunció procesos para quienes lo comercialicen. Aunque algunas autoridades locales lo promueven, otros especialistas advierten sobre los graves riesgos para la salud.

“En ninguna parte del mundo el agua potable tiene que tener una concentración mayor a 0,8 miligramos por litro (…) el producto que están vendiendo y consumiendo muchos bolivianos tiene 3 000 veces más la dosis recomendada de cloro”, agregó Juan Saavedra, médico infectólogo.

Saavedra lamentó también que la gente llegue a este punto de desesperación al no encontrar soluciones.

Mientras en otros países se prohibió este producto, el senado de Bolivia aprobó una norma que permite la producción y uso adecuado de la solución de dióxido de cloro, para prevenir y tratar el COVID-19, hecho que avivó más la polémica.