Por Julio Naranjo |28 de septiembre de 2020, 9:40 AM

Rodolfo Morales Valladares, un adulto mayor vecino de Heredia, se siente sumamente afortunado por ganarle la batalla al COVID-19 pese a contar con varios factores de riesgo.

Morales, de 72 años, casado y con tres hijos, resultó positivo por el nuevo coronavirus luego de que un compañero de trabajo no informara a tiempo sobre su contagio.

Esta enfermedad lo llevó a estar internado durante un mes y seis días en el Hospital de Heredia y CEACO. Durante su día más grave en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), instruyó a su hijo para que repartiera sus bienes.

“El peor día pensé que me iba a morir. Le dije a mi hijo que dividiera las pertenencias porque yo ya no iba a vivir más. Yo no se lo deseo a nadie, uno siente que se va a ahogar. Le pedí mucho a Dios que me quitara esa enfermedad”, recordó desde su casa.

Don Rodolfo, quien además sufre un desgaste en la cintura que le provocaba un fuerte dolor, describió sus días más críticos luchando contra el COVID-19.

“Estuve en un cubículo donde había, aparentemente, personas fuera de peligro, sin embargo, murieron tres compañeros. Le pedía a Dios que yo no fuera el próximo.

 “Al pueblo de Costa Rica le digo que tenga mucho cuidado, a veces la gente cree que el virus es pasajero y es una enfermedad que hay que tenerle mucho respeto. Hay que usar la mascarilla y careta, y no andar mucho en la calle”, expresó.

Indignados

Los familiares de Don Rodolfo comentaron los momentos de angustia que vivieron durante la hospitalización, pero también de indignación debido a la posible forma de contagio.

Morales trabaja en el Departamento de Control de Calidad de una empresa de prefabricado, donde otro empleado asistió sabiendo que era positivo y generó 30 casos más.  

“Esto fue lo más indignante, hay gente que no hace conciencia de esto y mi tío trabaja para salir adelante. Saber que alguien que tenía COVID-19 no lo dijo, llevó a mi tío a las últimas consecuencias.

“Diabético, hipertenso, con sobrepeso… Nosotros de verdad pensamos que él no iba a salir de ahí, más que uno ve las noticias de que las personas fallecen en cada momento, aunque uno confía en Dios sabíamos que la realidad era muy triste”, mencionó su sobrina Andrea González.

Ella trabaja en un cementerio privado, donde el servicio crematorio ha incrementado en los últimos días. No quería imaginar el momento de gestionar uno para algún familiar.

“Todos los días cremamos personas, o clientes que constantemente piden información. Yo le decía a mi jefe que no quería que mi tío pase por acá, es diferente cuando se vive de cerca en la familia”, agregó.

Al ser dado de alta, la ambulancia que lo trasladó hasta su casa fue recibida por los vecinos y familiares entre globos, música y mucha alegría (ver video adjunto).

“El recibimiento fue muy bonito, uno se da cuenta que hay vecinos que lo quieren”, concluyó Don Rodolfo, quien se apuntó la victoria contra el COVID-19 y ahora agradece.