Por Daniel Jiménez |22 de junio de 2022, 12:00 PM

Cartaginés es finalista. Cartago está de fiesta. Fiel es el refrán: La victoria tiene cien padres y la derrota es huérfana. Esta victoria bien podría ser de los jugadores y cuerpo técnico en la cancha, de aficionados en la calle, pero hay que ponerle un reflector especial a Leonardo Vargas Monge, abnegado arquitecto de 60 años.

Agarró la brasa en el 2019, poco a poco ha ido ganándose un campo en la dirigencia del fútbol de Costa Rica. Es abierto, transparente y tiene verbo fuerte cuando es necesario. Es autocrítico y no le gusta perder... como a todos. Pero es el primero en reconocer cuando algo no sale como lo esperaba.

No tomó decisiones antes de reunirse con su familia y decirles: "Se nos viene algo complicado y muy fuerte, sabíamos a lo que nos podíamos exponernos y las consecuencias que podía tener esto, me dieron el apoyo".

Dice ser brumoso desde su nacimiento. Por eso, a sus 60 años, cuando es esposo, padre y abuelo le genera un sentimiento único haber celebrado el pase a la final con quienes más ama al llegar a su hogar.

No tiene reparo en admitir: "Este es el mayor logro, el máximo paso desde que estamos en la presidencia, en todos los torneos nos hemos ido superando, pero esto es lo mejor".

Vargas conversó largo y tendido con Teletica.com y cada vez que dijo que estaba muy satisfecho por la alegría que le dio el pase a la final, su discurso vino acompañado de un pero: "Pero, estamos en el camino", "fue un gran paso, pero no hemos ganado nada", "estos contentos, pero es solo un paso más".

Leonardo Vargas, el hombre que apostó todo por Cartaginés y hoy vibra por una final

A ver... Cartaginés ha tenido pocas alegrías en los 2.000's y su presidente contiene la euforia... aunque admite que su cable a tierra es la mujer que lo ha acompañado en todos sus buenos y malos momentos, su esposa Guiselle Masís, con quien tiene 35 años de convivir.

"No era tan futbolera, cuando me conoció, pero hoy es más aficionada que yo, ha estado siempre conmigo, nuestros paseos de esposos con los hijos era cuando jugaba Cartaginés, íbamos a Puntarenas, a Guanacaste y a todos lados", comentó el jerarca.

Dice ser un hombre entregado a su familia, precisamente su hijo Leonardo Vargas, de 30 años, es su mano derecha en el club. Negociación con patrocinios, contratos, conformación de planilla, presupuestos... todo eso lo ven en conjunto.

La dupla padre e hijo está a las puertas de lograr algo histórico para la afición brumosa, que levantó su último campeonato nacional en 1941, hace 81 años.

"Yo sé lo que lograríamos si alcanzamos el título. La historia de la humanidad en estos ochenta y pico de años es inmensa. Sería un hito muy importante para los jugadores y cuerpo técnico, para la afición, pero lo que queda es trabajar y buscar la oportunidad, no todo se consigue en la vida si no es con lucha y trabajo", concluyó Vargas.

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