Por AFP Agencia |5 de mayo de 2016, 7:16 AM

Seis años después de su última salida desde Ámsterdam, el Giro de Italia vuelve a partir desde Holanda este viernes, en una edición 99 de la Corsa Rosa con el italiano Vincenzo Nibali como favorito, y los españoles Alejandro Valverde (a quien el costarricense Andrey Amador le hará de escudero) y Mikel Landa, junto a los colombianos Rigoberto Urán y Esteban Chaves dispuestos a ponérselo difícil.

En 2010, cuando pisó por primera vez el podio de la carrera italiana, Nibali no era más que un prometedor corredor. Desde entonces el 'Tiburón' siciliano ha conquistado las tres grandes carreras por etapas (Giro, Tour y Vuelta). No en vano, su última aparición en el Giro se saldó con el triunfo en la general (2013). Y en sus dos anteriores participaciones fue segundo y tercero.

Relegado a una discreta posición 21 en el Giro del Trentino conquistado por el vasco Mikel Landa, el vigente campeón de Italia se presenta sin embargo como principal aspirante a la maglia rosa antes de los 3.463 kilómetros que marcarán las 21 etapas.

"Conseguir ganarlo por segunda vez nunca es fácil, pero la experiencia que tengo en las grandes carreras puede ser una ventaja para mí", reconoció.

Pero hasta la meta final en Turín (segunda ocasión en que la ciudad del norte de Italia acoge el final del Giro) el camino estará repleto de trampas.

Las tres primeras etapas por Holanda presentarán el riesgo de caídas, un peligro que se extenderá en las primeras etapas sobre suelo italiano, comenzando el lunes en Catanzaro (sur), hasta llegar a las cumbres alpinas del norte de la península. Será además un Giro apto para contrarrelojistas, con hasta tres etapas de lucha contra el reloj; prólogo, una más de 40 kilómetros, y una crono escalada.

La tradición montañosa del Giro también se ha respetado en esta edición. La etapa reina de los Dolomitas, al final de la segunda semana, establecerá la primera selección entre los favoritos, antes de que decidan las carreteras francesas, en las etapas 19ª y 20ª, que ascienden hasta más de los 2.000 metros de altitud (Agnel, Vars, Bonette, Lombarde), siempre y cuando las condiciones climáticas lo permitan.

La prudencia de Nibali

Landa, quien peleó el año pasado por en los principales puertos con el vencedor Alberto Contador, encara el Giro con un nuevo equipo, el Sky, en el que será el jefe de filas. Sin embargo la escuadra británica, dominadora en el Tour, no ha tenido buenas actuaciones en el Giro (Wiggins, Porte).

En cuanto a Valverde, descubrirá a sus 36 años una carrera que, al menos sobre el papel, se adapta a sus características. Aunque deberá saber digerir la acumulación de dificultades montañosas, los cambios meteorológicos, o el polémico contexto en que se desarrolla a veces el ciclismo en Italia.

"Hay muchos rivales importantes, y también algunos secundarios", estima Nibali con su prudencia habitual. En esta última categoría figuran el colombiano Esteban Chaves, revelación en la última Vuelta (5º), su compatriota Rigoberto Urán (2ª en 2013 y 2014), o el enigmático ruso Ilnur Zakarin (4º en la París-Niza y el Tour de Romandía), así como el escalador polaco Rafal Majka.

¿Inspirará a Tom Doumolin el precedente de 2012, cuando el canadiense Ryder Hesjedal resistió hasta el final? El corredor holandés, que perdió la Vuelta a España en la penúltima etapa, será de nuevo uno de los favoritos, favorecido por las tres etapas contrarreloj.

También el laureado suizo Fabian Cancellara intentará vestirse de rosa por primera vez en el prólogo inaugural de lucha contra el crono.

Los velocistas entrarán en escena en las otras dos etapas holandesas por la región de la Gueldre, la mayor provincia del país de los tulipanes. El francés Arnaud Demare, ganador en marzo de la Milán-San Remo, junto a los Kittel, Greipel, Viviani o Ewan aseguran el espectáculo de las volatas.