Por AFP Agencia |14 de septiembre de 2020, 7:21 AM

El exigente ascenso al Gran Colombier, final de la 15ª etapa del Tour, dictó sentencia y, por primera vez en seis años, un corredor del Ineos, el equipo más poderoso del pelotón, no ganará la carrera después del hundimiento de Egan Bernal.

El equipo británico creado por Dave Brailsford en 2010 (patrocinado por Sky hasta que el año pasado tomó el relevo la petroquímica Ineos) ganó siete de los ocho últimos Tours: Bradley Wiggins en 2012, Chris Froome en 2013, 2015, 2016 y 2017, Geraint Thomas en 2018 y Egan Bernal el año pasado.

También s convirtió en el más potente económicamente, con un presupuesto para 2020 de 46 millones de euros (54,5 millones de dólares), un 50% superior al del segundo, el UAE Emirates (30 millones de euros) y más del doble que el Jumbo-Visma, el equipo del líder de la carrera, el esloveno Primoz Roglic (20 millones de euros), según las cifras publicadas por Sportune, una web especializada en el negocio del deporte.

Froome y Thomas ausentes.

El control que ejercía el equipo británico sobre la carrera era absoluto y si se le escapó el título en 2014, ganado por el italiano Vincenzo Nibali, fue en gran parte porque Froome, gran favorito, se tuvo que retirar tras caerse repetidamente en la quinta etapa.

Algunos detalles previos al Tour ya habían dejado presagiar que el equipo británico no era el mismo que en años anteriores: Froome no fue seleccionado al no estar en forma tras una grave caída en 2019 y Thomas no quiso acudir a la salida de Niza si no era el líder incontestable.

Bernal, después del final del confinamiento por la pandemia del covid-19, había padecido problemas de espalda que le obligaron a abandonar el Critérium del Dauphiné.

Si olvidar que Nicolas Portal, artífice de buena parte de los éxitos de los últimos años como director deportivo, falleció en marzo a los 40 años por un infarto.

Paralelamente, el Jumbo-Visma holandés (sucesor del Rabobank) creó un equipo potentísimo completado por Tom Dumoulin, vencedor del Giro en 2017 y segundo en Giro y Tour un año después, que se unió esta temporada a Roglic (ganador de la Vuelta a España en 2019 y tercero en el Giro, además de 4º en el Tour en 2018) y al holandés Steven Kruijswijk, ausente en esta edición del Tour, tras haber subido al podio el año pasado, al haberse roto una clavícula en el Dauphiné.

A 7:20 de Roglic.

Y el equipo holandés está haciendo lo mismo que acostumbraba a hacer el Ineos. El domingo, por ejemplo, imprimió un ritmo muy alto al pelotón en los primeros 100 km (llanos) y arropó con hasta cuatro compañeros a Roglic hasta las últimas rampas del Grand Colombier (Kuss, Dumoulin, Bennett y Van Aert).

Por primera vez en los últimos años, ningún corredor del equipo Ineos entró en el grupo de los favoritos en una etapa montañosa, siendo el primero de ellos el polaco Michal Kwiatkowski, 24º en la meta, justo por delante de su líder Bernal, ambos a 7:20 de Roglic, derrotado en el esprint por su compatriota Tadej Pogacar, segundo en la general.

Bernal se descolgó del grupo principal a 13 km de la meta y los minutos le fueron cayendo hasta la cima del Grand Galibier.

"Esperaba un milagro, pero claramente no pasó. Lo di todo, pero hay que aceptar cuando los otros están más fuertes", declaró el colombiano que volvió a demostrar que sabe perder con deportividad.

Primero, no quiso justificar su desfalleciento en sus problemas físicos: "Hoy fue más el dolor de piernas que el dolor de espalda". Y horas después, pese a la decepción por despedirse de la lucha por la victoria, publicó en Twitter una imagen suya en pleno esfuerzo con el mensaje "Vive le Tour".

Sin duda consciente de las limitaciones actuales de su líder, el director deportivo del Ineos, el noruego Gabriel Rasch, había declarado el pasado viernes: "Tiene solo 23 años y ya ganó el Tour. Claro que quiere ganarlo, pero tiene toda su carrera por delante".

Una declaración sorprendente en uno de los máximos responsables de un equipo que es una máquina de ganar y de gran exigencia como el Ineos. En lo que sí tiene razón Rasch es que, a sus 23 años, Bernal tendrá ocasiones en el futuro para volver a conquistar París.