¿Qué buscan quienes profanan las iglesias?
En el último año y medio se registraron 161 robos y 202 delitos totales en las iglesias del país.
Quizás para muchos el ingresar en una iglesia sea un sinónimo de respeto, por lo que estos lugares sagrados representan para su religión. Sin embargo, lo que para algunos es un lugar de reflexión, para los dueños de lo ajeno se presenta como una jugosa oportunidad para robar.
En enero de este año, un reconocido delincuente de Santa Cruz ingresó al templo del Santo Cristo de Esquipulas, donde quebró la urna con la imagen del Negrito y extrajo el contenido de la alcancía donde se guardaban las donaciones de los feligreses.
Algo parecido ocurrió en julio de 2020, en Poasito de Alajuela, cuando otro hombre sustrajo una gran cantidad de equipo de sonido de la iglesia de la comunidad. Se coló por un hueco en la pared del recinto y así consiguió robarse dos parlantes, una planta de radio, alimentos y una plancha. Afortunadamente, los artículos fueron recuperados por las autoridades algunas horas más tarde.
En el último año y medio se registraron 161 robos y 202 delitos totales en iglesias, entre los cuales el común denominador fue la hora del atraco, ya que la mayoría de ellos ocurrieron en horas de la madrugada.
En el video adjunto, ampliamos más detalles sobre este fenómeno delictivo, uno que, con cada robo, supone un promedio de ₡200.000 en pérdidas para la iglesia.
