13 de febrero de 2025, 15:40 PM

Periodista: Rubén McAdam.

El reloj marca las 6:30 a. m. y el sonido de la cocina despierta a toda la familia de doña Ania Valverde. Ella suele preparar el desayuno en un sartén: las rayaduras y los camanances son herencia de cada platillo servido desde hace muchos años.

“Todos los días vengo, me levanto y hago unos huevitos en mi sartén de teflón. Ya es algo viejillo, es más, hasta se le cayó ya el teflón”, explicó doña Ania.

Pero algo sucede con este sartén y ella lo intuye.

“La comida me sabe más como a plástico, es en serio, ya no es como antes”, explicó. 

No está exagerando. Es más, sí, la comida puede saber un poco más a plástico, porque precisamente ahora lo que cocina, sin saberlo, es plástico. Un estudio del Centro Global para la Remediación Ambiental (CGRA) advirtió sobre lo peligroso que puede ser usar un sartén rayado.

“El teflón tiene una sustancia química artificial llamada PFOA, potencialmente tóxica, que se utiliza en todo tipo de productos de uso cotidiano desde los años 40, incluidos revestimientos de teflón, sartenes antiadherentes, tejidos impermeables, alfombras, ordenadores y hasta las bolsas de las palomitas para microondas”, aseguró el endocrinólogo Borja Bandera.

Hasta 9.000 partículas de microplásticos se impregnan en la comida si cocinamos con un sartén de teflón rayado. Estas partículas son bioacumulables, por lo que las recolectamos y almacenamos en nuestro cuerpo a lo largo de nuestras vidas. Lo que nos expone a cambios hormonales, infertilidad, y una mayor predisposición al cáncer, según el este informe de la CGRA.

Entonces, si su sartén está rayado, mejor cámbielo. Acorde con la investigación, los mejores sartenes para cocinar son los de cerámica y los de acero inoxidable.

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