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Vivir sin partidos políticos

De los 81 cantones son muy pocos los que saben ejecutar sus presupuestos. Los mares costarricenses están al garete y son saqueados a diario, a vista y paciencia de todos los irresponsables políticos. El súper Poder Judicial está cuarteado desde su edificio principal hasta el juzgado de Cañas. La Asamblea Legislativa está trabada. Las enormes instituciones autónomas son incapaces de innovar y dar los servicios que la sociedad merece.

10 de septiembre de 2015, 5:41 AM

Nuestro mapa político se desvaneció hace mucho tiempo. Las siete provincias solo existen en los libritos escolares. 

De los 81 cantones son muy pocos los que saben ejecutar sus presupuestos. Descuidamos diez onceavas partes de nuestro país, los mares costarricenses están al garete y son saqueados a diario, a vista y paciencia de todos los irresponsables políticos.  

El súper Poder Judicial está cuarteado desde su edificio principal hasta el juzgado de Cañas. La espantosa lentitud tribunalicia no merece los miles de millones de colones que pagamos los contribuyentes por esa pantomima de justicia.

La Asamblea Legislativa está trabada. Alrededor de mil burócratas tienen sus escritorios en Cuesta de Moras, incluido un candidato presidencial que lleva más de 12 años de estar ahí.  El Poder Ejecutivo está petrificado. Ministerios repletos de oficinistas y burócratas que no hacen nada más que mortificar a los ciudadanos.

Las enormes instituciones autónomas, con sus presidentes ejecutivos y sus juntas directivas, son incapaces de innovar y dar los servicios que la sociedad merece. Muy pocas municipalidades funcionan aceptablemente, ahí están los informes de la Contraloría.   

Y como si todo lo anterior no importara, soportamos una caterva de partidos políticos inservibles y vagabundos, que nos costaron más de catorce mil millones de colones en la campaña electoral anterior.  Si, catorce mil millones de colones para escoger 60 funcionarios que dirigen nuestro destino por un cuatrienio. ¿Cuántos miles de millones despilfarraremos para elegir a los alcaldes, a los regidores y los síndicos?

Tenemos un ordenamiento jurídico anacrónico cimentado en una  añeja Carta Magna, interpretada por siete magistrados.  Miles de normas deberían ser derogadas.  Nuestras leyes principales tiene muchos decenios sin actualizarse. La seguridad social está sumida en la corrupción y el caos.  Las calles y carreteras son la tortura diaria para los ciudadanos. 

Mientras la policía se esfuerza en el combate de la criminalidad, un pequeño grupo enquistado en el poder pretende soltar miles de delincuentes de las cárceles, por la incapacidad de los políticos de resolver la crisis penitenciaria.

Un rápido vistazo sobre el panorama de nuestra realidad, deja ver el motivo principal del desastre: la falta de imaginación de los partidos políticos. Son incapaces de pensar más allá de una campaña electoral. Creen que el calendario de la patria es de sólo  1460 días.  No tienen un gramos de creatividad para buscar la solución a alguno de los problemas que nos agobian. 

Los partidos políticos criollos no han podido darle a Costa Rica ningún remedio a sus problemas, lo que único que han podido hacer en los últimos cuatrienios es manchar nuestro mapa de corrupción y de torpeza. 

Los partidos políticos no han querido plantear ni siquiera una agenda nacional básica. No saben como hacerlo. 

Estamos ahítos de mantener una casta de burócratas sinvergüenzas que despilfarran nuestros recursos y destruyen el futuro de nuestras próximas generaciones.

Nuestra sociedad civil está buscando nuevas formas de organización política, nuevas vías de defensa de la libertad, nuevas rutas de justicia que nos permitan ejercer todos nuestros derechos ciudadanos...  sin partidos políticos.