¡Pobre Bobby! El perrito triste de un vecino sin corazón
Me parte el corazón verlo en las mañanas y en las noches encerrado en un espacio reducido, rodeado de sus propios desechos malolientes, con una taza de agua y sin iluminación; el lugar es sombrío, feo, asqueroso.
Les presento a Bobby... Es un hermoso perro que, a pesar de su nobleza, irradia tristeza 'gracias' a su dueño, un residente de Pavas que a todas luces no tiene corazón.
Me parte el corazón verlo en las mañanas y en las noches encerrado en un espacio reducido, rodeado de sus propios desechos malolientes, con una taza de agua y sin iluminación; el lugar es sombrío, feo, asqueroso.
Pero si esto no le parece suficiente entonces sepa que a Bobby lo dejan allí desde las primeras horas de la mañana -antes de las 6 a.m.- y lo meten a la casa hasta muy tarde, no importa si ha pasado frío o calor o se ha mojado.
Quienes viven cerca de este noble perrito -porque, a pesar de su desgracia, Bobby es un perrito noble que cuando uno lo saluda se le ilumina su carita, pero también lanza un grito ahogado que clama por mejores condiciones y mejor trato.
¿Y el dueño? Es un tipo indolente, que piensa que por tenerle comida, una taza con agua y una casa basta y sobra. Y a él se le ha dicho, casi increpado, para que mejore las condiciones de este perrito pero le importa muy poco.
La historia de este perrito -que languidece entre días que corren lentos y tediosos, sin posibilidad de correr, jugar, interactuar- es la de muchos otros más.
Esa fue la historia de Bonnie, una dulce perrita que vivía amarrada entre gritos y agresiones de sus dueños en una casa en Santa Ana. Mi hermana Marcela se enteró de su caso y le reclamó a los dueños, quienes más bien elevaron las agresiones contra la perrita.
Un día de tantos Bonnie se escapó de sus dueños y en su alocada huida fue atropellada por un carro. El pronóstico de los veterinarios era que había que amputarle una de las patas traseras.
Mi hermana se entregó en cuerpo y alma en cuidarla; gastó sus ahorros en cuidados médicos y hasta le arañó horas a las madrugadas para velar por la salud de esta mascota.
¿Y saben qué? Bonnie es un milagro de Dios, porque no fue necesario amputarle la patita. Ella es hoy una hermosa, alegre y noble perrita que corre por mi casa con ojos de gratitud y una energía envidiable.
En resumen... Los animalitos merecen un trato digno y amoroso. Y si usted sabe de algún animal que sea víctima de desdén o maltrato... No se quede callado (a). El silencio puede ser tan cruel como el maltrato mismo.
