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Juristas y computadoras... 25 años después

La tecnología brinda un instrumental maravilloso a los operadores de la Justicia. No todos son conscientes de las herramientas que la informática y la telemática nos brinda. Es más, pienso que muy pocos se percatan.

2 de julio de 2015, 5:38 AM

Un cuarto de siglo es insignificante en el reloj del Universo, en nuestro tiempo planetario es un instante, en la vida profesional de los abogados son solo 25 años, en la carrera tecnológica es una revolución tras otra. Cinco lustros han pasado desde que publicamos el libro Juristas y computadoras y todavía no dejamos de sorprendernos con los grandes avances de la informática jurídica. 

El renacentista Leonardo Da Vinci, en el siglo XV, construyó autómatas tales como un soldado mecánico y u robot, pero sobre todo dibujó con gran detalle todos y cada uno de los mecanismos que formaban parte de sus proyectos mecánicos.

Seis siglos después, nos imaginamos jueces androides ligados a grandes centros de datos y artífices de una justicia digitalmente pura que provocará paz.

La inteligencia artificial tendrá un impacto impresionante en el mundo de la Justicia. Quizá dentro de pocos años desarrollemos un programa llamada Salomón, que aprenda de los buenos y honestos jueces a dirimir pulcramente los casos que le sometan, pero claro está, la decisión será de un tribunal humano, al menos por ahora.

Ahora las abogadas y los abogados costarricenses tienen un reto ineludible. El reto de la nueva praxis. El reto de la nueva abogacía. El desafío del ejercicio del derecho desde la judicatura o desde el bufete, basado en la búsqueda permanente de la justicia.

La tecnología brinda un instrumental maravilloso a los operadores de la Justicia. No todos son conscientes de las herramientas que la informática y la telemática nos brinda. Es más, pienso que muy pocos se percatan.

Menos son los interesados en una administración de justicia más cercana a la sociedad civil, más allá de la legalidad, más lejos de la burocracia judicial que cada día se va alejando más de “los usuarios” de los fríos mostradores de Poder Judicial.

La conjunción del humanismo y de las tecnologías de la información y la comunicación en el desempeño de la abogacía y de la judicatura de nuestros días, fomentarán la evolución de la administración de justicia, hasta ahora administración de legalidad, a niveles de solución de conflictos rápida y eficaz. 

La tecnología permitirá echar mano de medios y mecanismos más potentes y veloces para resolver los conflictos interpersonales, pero no es más que un instrumento y no un remedio en si mismo. Es menester un cambio de paradigma del Derecho, con un nuevo aprendizaje y sobre todo con el avance hacia una cultura de respeto y paz.