Quién fue Shinzo Abe, el "halcón" que trajo estabilidad política a Japón y creó la "Abenomics"
Shinzo Abe fue el primer ministro de Japón que ocupó el cargo por más tiempo. Entre sus legados están su estrategia de estímulo económico conocida como "Abenomics" y sus deseos de enmendar la Constitución pacifista del país.
Este viernes fue asesinado mientras seguía dedicándose a la política, tras recibir varios disparos mientras daba un discurso en plena calle.
Fungió como primer ministro entre 2007 y 2008 y luego una vez más entre 2012 y 2020.
Sus dos períodos de gobierno estuvieron caracterizados por políticas tendientes a revitalizar la alicaída economía japonesa, una postura de línea dura en asuntos de política interior y exterior, y por unificar el apoyo de gobiernos para contrarrestar el creciente poder de China.
Estuvo encargado de supervisar la recuperación de Japón tras el devastador terremoto y tsunami en Tohuku, en 2011, que cobró las vidas de casi 20.000 personas y produjo el colapso de los reactores nucleares de Fukushima.
Su política económica tildada "Abenomics" -una distintiva estrategia fundamentada en expansión cuantitativa, estímulo fiscal y reformas estructurales- fue reconocida como un factor importante en la recuperación de la economía antes de los estragos de la pandemia de covid.
En 2020, abandonó el cargo de primer ministro por motivos de salud, tras semanas de especulación, cuando se reveló que había sufrido una recaída de colitis ulcerosa. Esa enfermedad intestinal lo había obligado a renunciar durante su primer período como primer ministro en 2007.
Fue sucedido por Yoshihide Suga, un cercano aliado de su partido, pero continuó siendo una poderosa figura en la política japonesa después de su dimisión.
Ascenso al poder
Apodado "el Príncipe", Shinzo Abe fue miembro de una dinastía política; hijo del exministro de Relaciones Exterioriores Shintaro Abe y nieto del exprimer ministro Nobusuke Kishi.
Abe fue elegido al Parlamento por primera vez en 1993, e integró el gabinete del primer ministro Junichiro Koizumi, cuando en 2005 fue nombrado como secretario en jefe del Gabinete.
Su ascenso pareció haber llegado a su punto culminante en 2006 cuando se convirtió en el primer ministro más joven de Japón en la posguerra.
Sin embargo, una serie de escándalos -incluyendo la pérdida de los registros de pensiones por parte del gobierno, que afectó los derechos de unos 50 millones- golpeó a su gobierno.
Como consecuencia, su Partido Liberal Democrático LDP sostuvo una fuerte derrota en la Cámara Alta durante las elecciones de julio de 2007, y en septiembre del mismo año renunció, acusando una colitis ulcerosa.
En 2012, Abe regresó al cargo de primer ministro, declarando que había podido superar la enfermedad gracias al tratamiento con medicamentos.
Después fue reelegido en 2014 y en 2017, para convertirse en el primer ministro que más tiempo haya sostenido el cargo.
Aunque la popularidad de Abe fluctuó, se mantuvo prácticamente sin oposición como primer ministro debido a su influencia en el LDP, que modificó sus reglas para permitirle servir un tercer período como líder del partido.
Un nacionalista polémico
Abe, que tenía 67 años al momento del ataque, era reconocido por su postura de línea dura en temas de defensa y relaciones exteriores, y por dedicarse a buscar enmendar la Constitución pacifista de Japón de la posguerra. Los conservadores ven la Constitución -que fue redactada por Estados Unidos- como un recuerdo de la humillante derrota de las tropas japonesas en la Segunda Guerra Mundial.
Sus opiniones nacionalistas frecuentemente aumentaron la tensión con China y Corea del Sur, particularmente después de su visita en 2013 al santuario de Yasukuni, en Tokio, un polémico monumento vinculado al militarismo de Japón antes y durante la Segunda Guerra Mundial.
Las repetidas visitas al santuario también irritaron a las facciones de izquierda en Japón, que las interpretaban como un intento de Abe por encubrir las atrocidades japonesas cometidas durante la guerra.
En 2015, abogó por el derecho colectivo a la defensa propia, que permitiría a Japón el despliegue de tropas en el exterior para su defensa y la de sus aliados que estuvieran bajo ataque.
A pesar de la oposición de los países vecinos y hasta del público japonés, el Parlamento aprobó el polémico cambio.
La meta más amplia de reformar la Constitución para reconocer formalmente al ejército de Japón no se pudo cumplir, y ese tema continúa causando divisiones en el país.
Tampoco pudo asegurar la retorno de lo que Japón llama los Territorios del Norte -una cadena de islas en disputa frente a la costa de la prefectura norteña de Hokkaido que son reclamadas por Japón y Rusia.
Las buenas relaciones de Abe con el otrora presidente de EE.UU. Donald Trump lograron proteger a Japón de sufrir dañinos aranceles comerciales, y de tener que aportar más dinero para sostener la presencia de tropas estadounidenses en el país.
Haciendo frente a la economía y la pandemia
Al fallecido ex primer ministro se le recordará por la llamada "abenomics", su emblemática política económica basada en la expansión cuantitativa, estímulo fiscal y reformas estructurales.
Esas medidas generaron crecimiento durante su primer período, pero las subsiguientes ralentizaciones plantearon dudas sobre la efectividad de "abenomics".
Sus esfuerzos por revitalizar la economía también enfrentaron retos cuando, en la primavera de 2020, Japón entró en recesión por primera vez desde 2015.
La popularidad de Abe sufrió otro golpe en torno a su manejo de la pandemia de covid-19.
También hubo preocupaciones de que las campañas destinadas a promover el turismo interno del país contribuyeron al resurgimiento de la infección.
Los críticos señalan que otras promesas de su política económica -como el empoderamiento de las mujeres en la fuerza laboral, medidas contra el nepotismo y el cambio de culturas laborales insanas- tampoco se cumplieron.
No obstante, se le reconoce que pudo mantener vigente el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, particularmente después de que EE.UU. se retirara de ese tratado comercial.
Renuncia y muerte
Cuando Abe anunció que renunciaba el 28 de agosto de 2020, se produjo un pulso interno entre las facciones del LDP, porque rehusó nombrar a un sucesor.
Finalmente fue sucedido por Yoshihide Suga, un político veterano que durante mucho tiempo fue miembro de su gabinete. Pero Abe continuó dominando la política interior de Japón, incluso después de que Suga fuera reemplazado por el actual primer ministro Fumio Kishida.
Este 8 de julio de 2022, Abe estaba dando un discurso en apoyo de un candidato a la Cámara Alta en la ciudad de Nara, en un distrito occidental de Japón, cuando fue atacado a tiros a eso de las 11:30 am (hora local).
El atacante, un exmiembro de la marina japonesa que fue neutralizado y arrestado en la escena de los hechos, expresó que estaba insatisfecho con las políticas de Abe.
Abe cayó inmediatamente al suelo y se le vio ensangrentado. Todavía consciente, fue llevado a un hospital cercano, pero fue pronunciado muerto poco después.
El asesinato ha causado conmoción en un país que no está acostumbrado a la violencia de las armas y con una de las tasas de crimen más bajas en el mundo.
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