15 de enero de 2017, 15:23 PM
Nudo

El nudo es 200.000 veces más delgado que un cabello humano.

Con un método infinitamente más complejo que el que usamos para atarnos los cordones de los zapatos, científicos de la Universidad de Manchester, Reino Unido, lograron atar el nudo más apretado de la historia.

El nudo está hecho a partir de una hebra de átomos que se entrelazan en un bucle tripe que se cruza 8 veces.

Armado con 192 átomos conectados en una cadena, el nudo tiene un ancho de dos millonésimas de milímetro, es decir, es 200.000 veces más delgado que un cabello humano.

Los átomos que forman parte del nanonudo son de hierro, oxígeno, carbono y nitrógeno.

¿Pero para qué sirve crear un nudo tan pequeño? ¿Es esto solo una demostración de hasta qué precisión se puede alcanzar manipulando objetos a una escala atómica?

Nueva generación de materiales

Según los investigadores a cargo del proyecto, aprender a tejer con hebras de átomos puede abrir el camino para desarrollar nuevos materiales ultralivianos y ultrarresistentes.

"Históricamente, hacer nudos y tejer dieron lugar a toda clase de innovaciones tecnológicas", explica David Leigh, autor principal de la investigación.

Leigh hace referencia a innovaciones a lo largo de la prehistoria como la invención de las redes de pesca o la ropa.

Chaleco a prueba de balas

Los chalecos antibalas se fabrican con kevlar, pero en el futuro podrían hacerse con un material más liviano y resistente.

"Los nudos deberían ser tan importantes a nivel molecular, pero no podemos explotarlos hasta que aprendamos a hacerlos, y eso es lo que estamos empezando a hacer", añadió el científico.

Leigh cita el ejemplo de los chalecos antibalas que están hechos de kevlar, un plástico que consiste en barras moleculares rígidas alineadas en estructuras paralelas.

"Sin embargo, trenzar hebras de polímeros tiene el potencial de crear materiales más resistentes, livianos y más flexibles, al igual que ocurre cuando tejemos con hebras en la vida cotidiana", señala.

"Algunos polímeros, como la seda de araña, pueden ser el doble de fuertes que el acero, por tanto trenzar hebras de polímero puede servir para crear una nueva generación de materiales superfuertes y flexibles (...) para usar en la construcción".

Metodología

Para armar este nudo, los investigadores utilizaron un proceso químico conocido como autoensamblaje, en el que las hebras moleculares se entrelazan alrededor de iones metálicos formando cruces en los lugares adecuados, como ocurre en el tejido de punto.

Este proceso se demora un día.

Después, un catalizador químico fusiona los extremos de las hebras entre sí y así el bucle queda cerrado formando un nudo.