La historia de los sobrevivientes argentinos antes, durante y después del ataque en Nueva York
Nuevos detalles han surgido sobre el grupo de 10 amigos de Rosario embestidos por una camioneta que mató a cinco de ellos.
Diez amigos argentinos celebran en Nueva York su reencuentro. Pasean en bicicleta, entran a una ciclovía en dos filas. Algunos tienen regalos para sus seres queridos. Y de pronto oyen una camioneta que está a punto de atropellarlos por detrás.
Cinco de los amigos mueren embestidos por el vehículo, que además mata a otras tres personas y deja 11 heridos en lo que las autoridades definen como un "acto terrorista".
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Los que sobreviven presencian "una escena dantesca", según las palabras del cónsul argentino en Nueva York, Mateo Estremé, en una conferencia de prensa que brindó este miércoles para dar detalles de lo que ocurrido al grupo de turistas de su país.
El acusado fue identificado por funcionarios estadounidenses como Sayfullo Saipov, un hombre de 29 años que planificó el ataque durante semanas.
Este miércoles en la tarde, Saipov fue formalmente acusado de terrorismo y de proporcionar apoyo material y recursos al grupo extremista Estado Islámico.
Los argentinos también llevaban tiempo preparando su viaje a Estados Unidos, para celebrar los 30 años de su graduación en un instituto secundario de la ciudad de Rosario.
Las vidas de los sobrevivientes se parten ahora entre un antes y un después del martes a las 3:04 horas de la tarde de Nueva York, cuando el azar los cruzó con la muerte a bordo de una camioneta.
Antes
Los rosarinos habían llegado a Nueva York el fin de semana y tenían previsto regresar a Argentina el domingo, con una visita intermedia a Boston.
"Estaban felices de estar juntos, de tener la oportunidad de compartir algunos momentos", dijo Estremé, quien tras el ataque del martes pasó tiempo con ellos y presenció los testimonios que brindaron a investigadores estadounidenses.
El grupo de viajeros lo componían hombres de entre 48 y 49 años, egresados del Instituto Politécnico en 1987.
En las horas previas a la tragedia "estuvieron haciendo lo que cualquier turista hace en esta ciudad, viviendo momentos de compañerismo y amistad", explicó el diplomático.
Algunos habían alcanzado a comprar regalos para sus hijos u otros familiares entre el lunes y martes, antes de alquilar las bicicletas para pasear por el suroeste de la Manhattan.
"Lo que ellos recuerdan (es que) era una tarde de otoño agradable", señaló Estremé. "Muchos de ellos tenían los regalos consigo".
Otros, agregó, todavía estaban pensando en qué obsequios llevarían a su regreso.
Durante
Tras alquilar las bicicletas, los amigos entraron a una ciclovía al lado del río Hudson.
"Lo que ellos recuerdan es que estaban en filas de a dos, dirigiéndose desde el sur de la isla hacia el norte", precisó el cónsul.
Entonces sintieron el sonido de la camioneta, alquilada en una tienda de la cadena "Home Depot" de artículos para el hogar, que aceleraba desde atrás arrollando bicicletas.
"No tuvieron tiempo de reaccionar cuando comenzaron a ser atropellados por la camioneta, especialmente quienes iban del lado central de la bici-senda", dijo Estremé.
"Después recuerdan una escena dantesca, diría yo, una escena casi infernal, en la cual los cuerpos estaban en el piso, la sangre estaba allí", añadió.
Vieron gente intentando huir. Escucharon gritos y llantos.
Entonces sonaron los disparos de la policía, que dieron en el abdomen de Saipov, quien corría entre el tráfico de automóviles tras chocar la camioneta contra un autobús escolar.
Inmigrante de Uzbekistán y radicado desde 2010 en Estados Unidos, Saipov fue trasladado con vida a un hospital, donde ha sido interrogado por los investigadores.
También fueron llevadas a centros sanitarios cercanos las víctimas que sobrevivieron al atropello masivo, incluidos los viejos amigos rosarinos.
Después
Poco después del atentado, Estremé recibió la noticia y se encontró en un hospital con cuatro de los sobrevivientes de su país.
"Estaban en un estado de completo shock, no podían salir de su asombro, con una sensación de dolor y desconcierto", relató el cónsul.
Inicialmente hubo cierta confusión respecto a lo que había pasado con los seis que faltaban.
"Su principal preocupación durante todo este tiempo fue saber cómo estaban sus amigos: si estaban bien, si habían muerto, si estaban hospitalizados", dijo Estremé.
Después fue el momento de identificar cadáveres.
Y, más tarde, informar sobre lo ocurrido a las familias.
"Hablé con las cinco esposas, madres de sus hijos, y la parte más difícil para ellas era decirle a sus hijos que sus padres ya no están con nosotros", explicó Estremé.
Se espera que algunos familiares lleguen a Nueva York el jueves.
Los cuerpos de los cinco argentinos que murieron permanecen en la morgue y recién podrían ser trasladados a Argentina la semana próxima.
La esposa de una de las víctimas le contó al cónsul que este era el primer viaje al exterior de su marido. "Y la primera vez que que sale de la Argentina, un terrorista lo mata en New York", dijo.
Estremé valoró la "entereza" de los cuatro argentinos que sobrevivieron sin necesidad de internación hospitalaria.
"Quienes quisieron brindar esa primera información (a los parientes de las víctimas) fueron ellos, que eran voces amigas de las mujeres, los hijos y familiares de cada uno de ellos", indicó.
Los cuatro han sido interrogados por el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) para que testifiquen antes de regresar a Argentina.
Un quinto sobreviviente argentino, Martín Ludovico Marro, sigue internado en terapia intensiva, tras sufrir algunas fracturas graves pero sin riesgo de vida, informó el cónsul.
"La preocupación ahora de la señora de él —acabo de hablar con ella— y de los amigos es que cuando le demos la noticia estemos todos preparados y tengamos el asesoramiento para poder decirle que sus cinco amigos han fallecido", dijo Estremé.
"No queremos que la situación de él se deteriore a partir del momento en que conozca la noticia", explicó.