Así marcó Olivier Giroud el que podría ser el gol del año un 1 de enero
El delantero francés ejecutó a la perfección una maravillosa jugada colectiva de Arsenal para abrir el marcador frente a Crystal Palace en el cierre de la 19ª fecha de la Liga Premier inglesa que se disputó en el primer día del año. Una genialidad que va más allá de la definición. Aquí te la contamos
"El gol de Giroud".
Así es que el técnico francés Arsene Wenger considera que se conocerá por siempre la espectacular definición con la que el delantero francés Olivier Giroud anotó el primer gol en la victoria 2-0 de Arsenal sobre Crystal Palace en la Liga Premier inglesa.
Fue un gol que combinó a la perfección la brillantez colectiva del equipo con la genialidad individual de un jugador hasta tal punto que ya se considera firma candidato al mejor gol del año, pese a que sólo ha transcurrido un día completo en 2017.
Wenger incluso fue más allá y aseguró que la definición del "escorpión", por la similitud con la forma del animal, se encuentra entre los cinco mejores goles de los que ha sido testigo durante sus 21 años como entrenador de Arsenal.
"Técnicamente no es imposible pero debes tener esos reflejos. El centro no fue el ideal y Olivier hizo algo especial".
El tanto ocurrió una semana después de que el armenio Henrikh Mkhitaryan acaparara los titulares y elogios por su propia definición del "escorpión" con el Manchester United, pero el de Giroud fue una versión mejorada, nacida en una milimétrica e impecable jugada en equipo.
Todo comenzó cuando el español Lucas Pérez interceptó un mal pase de los jugadores de Crystal Palace cerca del borde del área de Arsenal. El balón llegó a los pies de Héctor Bellerín, quien envió un pase raso, en vertical, hacia adelante.
Allí llegó la primera genialidad de Giroud, quien recibió de espaldas y de primera y de taco combinó con Granit Xhaka. El suizo se la dejó a Alex Iwobi y éste la abrió en profundidad para la carrera de Alexis Sánchez.
El chileno frenó la acción, levantó la cabeza y bombeó un balón suave, pero levemente retrasado, para la llegada en carrera de Giroud, quien en una fracción de segundo paró el tiempo.
Inclinó su cuerpo hacia adelante y en posición casi imposible sacó un remate por detrás de su espalda conectando la pelota con el talón de su pie izquierdo.
El balón pasó por encima de su cabeza, golpeó en la parte de abajo del travesaño y rebotó dentro de la portería, ante el vuelo inútil del portero galés Wayne Hennesey.
"Necesité la ayuda de Dios para anotar ese gol. Fue un poco de suerte, pero fue lo único que podía hacer", reconoció un modesto y todavía incrédulo Giroud tras el partido.
"No es difícil decir que es el mejor", agregó.