10 de marzo de 2017, 9:15 AM

Han pasado poco más de dos meses desde que una cadena de explosiones dejó al menos 35 muertos en Tultepec, la capital mexicana de los fuegos artificiales.

Y el sábado pasado otro estallido en una casa en la que se almacenaban cohetes causó la muerte de tres personas.

Pero sus vecinos no han renunciado a celebrar a San Juan de Dios, el patrono de los pirotécnicos.

Los festejos duran toda la semana e incluyen, como no podía ser de otra manera, fuegos artificiales, cohetes y la quema de los famosos "toritos".