6 de marzo de 2015, 10:58 AM

Daniel Norris tiene 21 años, y sus lanzamientos de 98 millas por hora lo colocan entre los 20 mejores prospectos de las Grandes Ligas.

A final de la temporada pasada hizo su debut en las mayores ponchando nada más y nada menos que al dominicano David Ortiz.

A pesar de que Toronto le dio $2 millones por firmar con ellos, el joven oriundo de Tennesse prefiere vivir en su van, pues asegura que sus padres le enseñaron que no hay que concentrarse en lo que uno quiere, sino en lo que uno necesita.

“Entre más simplifico mi vida fuera del diamante, tengo menos cosas en las que pensar cuando estoy fuera de la cancha y eso mejora mi concentración dentro del béisbol”, señala Norris.

El beisbolista se concina en su van y es un conocido viajero, le gusta surfear y su playa preferida para hacerlo está en Nicaragua. Aunque muchos le han orecido mucho dinero por su carro, no lo vendería nunca.

En este medio de transporte hay música, pero nunca ve televisión. Se aleja lo más posible del mundo mediático y las presiones de un deportista de alto rendimiento para vivir una vida sencilla, frente al mar.