24 de mayo de 2023, 11:54 AM

Por Julián Blanco

Despeinado, con cara de alivio y con una bandera de Puntarenas sobre los hombros, así atendió Rodolfo Fonseca, técnico de PFC Basketball, en la entrevista post partido. “Tengo un gran grupo de muchachos”, dijo. “Ahora nos queda un juego, no podemos perderlo”, sentenció.

El equipo recién llegado a la Liga Superior de Baloncesto se lleva la serie al Gimnasio Municipal de Puntarenas con una ventaja considerable. Escazú, en cambio, deberá ganar el sábado para alargar la serie y seguir en la búsqueda del tetracampeonato nacional. Pero antes, el juego 1, con una mitad para cada equipo que se decantó finalmente en tiempo extra (82-89).

Nada más empezar el partido, los errores se hicieron presentes. Un mal tiro por acá, un mal pase por allá y dos equipos con sensación de estar apurados. Así se resume un primer cuarto de pocos puntos (15-13), con Escazú sacando ventaja gracias a dos triples de José Esquivel (12 puntos, 4/9 triples) y a un Isaac Conejo (26 puntos, 8 rebotes, 5 asistencias) que poco a poco sacó rédito atacando la pintura.

El segundo periodo siguió igual hasta que Gabriel Quesada Moya se propuso marcar diferencias. Seis puntos seguidos del capitán escazuceño (finalizó con 16 puntos y 7 rebotes) obligaron a Fonseca, visiblemente molesto, a pedir el primer tiempo fuera del partido. Luego los árbitros debieron solucionar un problema con los silbatos: se escuchaban menos que las aficiones. Y luego un espectáculo de triples (hasta cinco) cerró la primera mitad 39-32 a favor de Escazú.

Hasta ahí, todo bajo control, pero llegó la segunda mitad y Escazú empezó a ceder terreno. Puntarenas, con un Justin Pierce maravilloso (35 puntos, 12/13 tiros de campo), comenzó a sumar acompañantes para su extranjero en Daniel Shedden (21 puntos, 10 rebotes) y Mario González (14 puntos, 6 rebotes, 3 robos), claves para la remontada final.

Sin embargo, tampoco se puede dejar de lado que Escazú no contó con su extranjero, Daniel Powell. “Estaba indispuesto”, comentó el entrenador Nicolás Marín tras el partido. Una baja que afectó a la rotación de Escazú y que pesó todavía más visto el final, cuando el capitán Gabriel Moya pisó mal a mediados del último cuarto (su equipo ganaba 66-59) y no volvió a entrar en cancha.

Entonces los equipos volvieron a fallar ofensivas hasta que, finalmente, Puntarenas igualó 73-73 a falta de un minuto. A partir de ahí, sobraron tiempos fuera, jugadas planificadas e intentos de atacar el aro: el marcador no se movió. El partido, digno de una final, se decidiría en los cinco minutos de tiempo extra.

Isaac Conejo y Justin Pierce anotaron las primeras cuatro canastas, dispuestos a ser la figura del encuentro. Pero entonces, con dos minutos por jugar, solo quedó uno. Conejo se equivocó en dos pases seguidos mientras Pierce encestó los siguientes seis puntos de su equipo, defendió muy bien los triples de Kay Martínez (a excepción de uno espectacular que significó el 80-79, la última vez que fue ganando Escazú) y aseguró la victoria con tres tiros libres en el ‘clutch’.

Escazú ya no pudo seguir ese ritmo, agotados por un partido frenético. “Justin Pierce jugó muy bien”, reconoció Conejo tras el partido. Y es que, entre dos equipos tan igualados, los detalles marcan la diferencia. Anoche, esa diferencia fue el número 1 de Puntarenas.

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